22. Un final triste

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El día avanzaba dolorosamente rápido a causa de lo bien que la estábamos pasando los cuatro juntos, mi pecho comenzó a sentirse vacío conforme la hora de despedida a Isaac se acercaba.

E irremediablemente sucedió, faltaba media hora para las seis, teníamos que volver al orfanato, cada paso que daba hacia ahí se sentía como una gran carga pesada en sus pies, sabía que Isaac también tenía sentimientos negativos, pues estaba muy callado y no levantaba su mirada del suelo.

—Escucha Isaac, sé que es difícil separarnos, pero de verdad te prometo que ahora si vendré mas seguido, ahora ya sé como llegar desde Avonlea hasta aquí —dije suavemente para intentar mejorar su humor.

—No quisiera volver, tuve un gran día con ustedes —dijo el niño con la voz cortada.

—Lo sé, claro que lo sé... Yo tampoco quiero dejarte, pero quiero que me prometas que siempre te acordarás de lo que te dijimos hoy, serás una buena persona siempre.

—Lo prometo —responde y veo que se limpia los ojos con el dorso de la mano, no puedo evitar el pinchazo en el corazón.

—Oh, no llores, no es una despedida, sino un "hasta luego" —dice Anne poniéndose frente a él y bajando a su altura para tomarlo de los hombros—, también vendré a verte porque ya somos amigos ¿cierto?

—Si, somos amigos —dice Isaac.

—Somos un equipo —añade Gilbert.

Los tres rodeamos a Isaac en un abrazo y logramos hacerlo sonreír un poco, al poco tiempo estamos dentro del orfanato esperando a la directora para firmar el papel de devolución.

Ella nos hace pasar a la oficina y hace algunas preguntas sobre los comportamientos de Isaac, no reacciona de ninguna forma a pesar de que le dijimos cosas maravillosas del niño. Firmé el papel y salí con la promesa de volver.

Isaac me esperaba afuera de la oficina y nos dió un último abrazo a cada uno. Entra a la oficina para charlar con la directora (ella debía asegurarse de que todo había estado bien).

Bajamos las escaleras sintiéndonos vacíos, Anne me tomó la mano y me sonrío para darme ánimos. Nos acercamos a la puerta principal para salir y cuando esta se abrió una voz me detiene llamándome por mi nombre. Me quedé quieto y giro lentamente para mirar sin ganas a William.

—Adiós, espero volvernos a ver —dice sonriendo como si fuéramos grandes amigos.

—Que pesado eres, de verdad, debo pedirte que no vuelvas a hablarme —digo. Gilbert se pone rígido a modo de ataque.

—Solo estoy siendo amable, por todo lo que alguna vez tuvimos —dice Will acusadoramente.

—No teníamos nada ¿no? Siempre me lo recalcaste y así era mejor —termino la frase y me giro.

—Esto va para ti, blanquito —dice a nuestras espaldas—, espero que Dante no sea un impedimento en tu vida, suele ser muy pesado e insistente —ríe burlonamente.

Gilbert se gira y yo lo miro con gesto de suplica para que no caiga en su provocación.

—Te agradezco la advertencia, pero no es bien recibida, ya que a diferencia de ti, yo si veo en él a una persona a la cual amar y no sólo algo superficial y eso, "amigo", es algo que personas como tú no merecen, el ser amado, por eso vas por ahí dañando a las personas que crees inferiores a ti. Pero él no es inferior a ti, es mejor que tú, tiene valores y amor —Will abre la boca—. Es mejor que no digas nada o te acusaré por lo que hiciste con Dante, son dos crímenes, quizás a Dante no le permitan ver al niño, pero cuando él salga de aquí elegirá estar con nosotros. En cambio tú no tendrás trabajo y la mala reputación en el pueblo te harán ser nada. Con permiso.

Affection and Desire | Gilbert Blythe | lgbtDonde viven las historias. Descúbrelo ahora