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Los quejidos y jadeos se escuchaban en aquella habitación, junto a los fuertes golpeteos de la cama en la pared.

Yoongi embestia con fuerza el cuerpo bajo suyo, quien pedía que se detuviera pero Yoongi simplemente hacia oídos sordos.

Yoongi solo tenia visible la espalda y cabellera de aquel muchacho, quien apretaba las sábanas con fuerza mientras se quejaba.

El pálido toma aquella cabellera entre sus dedos y tira de esta hacía atrás, mientras estiraba su mano hacia un cuchillo y lo observa.

Yoongi sigue con sus movimientos de cadera, hasta que relame sus labios y decide clavar el cuchillo en la sien del hombre, quien enseguida muere.

Yoongi suelta con fuerza la cabellera y saca la cuchilla, logrando que la sangre saltara a su rostro y torso.

El mayor sale del interior del contrario y se sienta en la cama, mientras tiraba su cabello hacia atrás con frustración

— Maldición, Jimin— Se queja— Nisiquiera pude correrme, joder.

Yoongi se deja caer en la cama y suspira mientras quitaba la sangre su rostro. Tira el cuerpo al suelo y después se levanta para ir al baño y darse una ducha helada.

Cuando sale vestido, toma de cuerpo y sale de la habitación, para luego salir al patio trasero, donde tira el cuerpo al pozo y hace la acción que finaliza su asesinato.

Quemar el cuerpo.

Queda observando el cuerpo por varios minutos, hasta que el fuego se apaga por completo. Yoongi se adentra a la casa y dirige su mirada hacía el sofá.

Solo pensaba en tener sexo con Jimin, pero al ver aquel rostro inocente lograba que todos sus deseos enfermos se detuvieran.

Yoongi se estira en el sofá y suspira, mientras dirigía sus dedos a sus labios y los acariciaba.

Los labios de Jimin eran tan suaves y deseosos, que al probarlos había perdido el control de sí mismo.

Agradecía que Jimin lo haya detenido.

Tal vez en ese momento el quemado habría sido Jimin.

🩸

Semanas pasaron desde el encuentro de Jimin y Yoongi. El mayor no se había aparecido en todos esos días. Nisiquiera a la iglesia.

Había el rumor de que Yoongi se había ido a un viaje junto a otros curas.

Y Jimin se estaba volviendo loco al no saber nada del más pálido. Se encontraba más rebelde y cada noche se escapaba para ir al bosque tratando de buscar la casa de Yoongi.

Pero la policía siempre lo encontraba primero.

Jimin se encerraba todo el día en su habitación, y simplemente caminaba de un lado a otro esperando al momento en el que el timbre de su casa suene y se escuche aquel.
"Buenas tardes, Señores Park"

Hasta que una noche decidió salir. Estaba lloviendo y ya era demasiado tarde. Sabía que nadie lo buscaría a esa hora.

Una linterna era lo único que necesitaba para buscar a Yoongi.

Caminó por mucho tiempo en el bosque, hasta que pronto escucha los gritos de una mujer, por lo que Jimin se asusta.

— ¡Auxilio!— Jimin escucha y aún sintiendo miedo camina hacia donde provenía aquel grito.

A lo lejos pudo observar una mujer en el suelo, mientras que un hombre se encontraba encima suyo, con un cuchillo en manos.

La mujer dirige su mirada hacía Jimin, quien retrocede asustado.

Solo observa como aquel hombre le Susurra algo en el oído a la mujer antes de clavarle el cuchillo en su pecho, logrando que ella agonice unos segundos antes de cerrar por completo sus ojos.

Jimin retrocede, logrando que tropezara y cayera al suelo, mientras alumbraba a aquel hombre, quien se levanta del suelo y mueve su cabeza cansado.

Pronto sus ojos se llenan de lágrimas.

Estaba demasiado asustado.

El hombre queda quieto en su lugar unos segundos, antes de sacar el cuchillo de la mujer.

Pronto el hombre se da la vuelta, por lo que las lágrimas comenzaron a caer aún más sobre las mejillas de Jimin, quien comienza a retroceder.

— H-Hyung...






































Misión completada ||Yoonmin||Donde viven las historias. Descúbrelo ahora