Las risas se escuchaban en aquella sala.
Tenían una agradable conversación.
Aunque la mirada de Yoongi estaba clavada en Jimin, quien comía en silencio mientras mantenía su cabeza gacha.
— ¿Donde se encuentra el baño?— Pregunta Yoongi.
— Jimin, llévalo— Ordena su padre.
El castaño asiente y se levanta para después caminar hacia Yoongi, quien se levanta y sigue a Jimin hasta el segundo piso.
Jimin caminaba frente a Yoongi, quien mantenía su mirada en el trasero y piernas del castaño.
— Aquí es— Indica Jimin deteniéndose frente a una puerta.
Yoongi se acerca a Jimin, quien al darse vuelta se asusta ante la cercanía. Era tanto que podía sentir la respiración del Cura en su rostro.
— Gracias— Dice Yoongi en un tono ronco y bajo, provocando que las mejillas de Jimin enseguida se pusieran de un color rojizo.
Yoongi pasa al lado de Jimin y se adentra al baño, sonriendo maliciosamente ante lo sucedido segundos antes.
Camina hacia el espejo y arregla su cabello.
Ese chico castaño era tan precioso, que deseaba tenerlo en su cama.
Sus labios eran tan gruesos que se le era imposible no imaginarlo chupando su polla.
Yoongi baja su mirada a su entrepierna y suspira al ver la erección que tenía.
🩸
— Muchas gracias por venir, padre— Dice la mujer con una sonrisa.
— Fue una cena muy agradable— Dice Yoongi haciendo una pequeña reverencia— Nos veremos en otra ocasión.
— Por supuesto— Dice sonriendo.
Yoongi dirige su mirada a Jimin, quien enseguida se pone nervioso y sube corriendo las escaleras. El pálido se da la vuelta y comienza a caminar por las calles oscuras del pueblo.
Yoongi saca un cigarrillo del bolsillo de su chamarra y luego un encendedor. Toma el cigarrillo entre sus dedos y comienza a calar, mientras recordaba a aquel castaño.
Se adentra a su auto y queda estacionado unos segundos, mientras observaba la casa de los Park.
A los pocos minutos todas las luces de la casa se apagan, dejando ver solamente la sombra.
Yoongi mira la iglesia y tira el cigarrillo por la ventana. Encendió el auto y condujo hasta su casa en el bosque.
Se adentra a esta y camina hasta su habitación, donde observa todo el desorden que había.
Sin importarle, se tira a la cama y observa el techo mientras imaginaba todo lo que podía hacerle a aquel muchacho de cabello castaño.
🩸
Los gritos se escuchaban en la casa de los Park. Jimin se encontraba siendo golpeado por su padre.
¿Que había hecho?
Había visto una revista donde habían hombres desnudos.
Su padre lo encontró y golpeó.
— ¡Sabes que no debes de ver estas cosas!— Grita mientras le seguía dando latigazos a Jimin.
— ¡L-Lo siento!— Grita Jimin mientras lágrimas caían de sus ojos— ¡P-Perdoname!
— ¡¿Acaso eres idiota?!— Grita— ¡Eres un hombre. Eres un asqueroso!— Grita y sigue golpeando a Jimin— ¡Irás a la iglesia a confesarte con el padre!
— S-Si, papá— Dice Jimin cuando los latigazos se detienen los golpes.
— ¡Ahora!— Grita.
Jimin pone su camisa y sale corriendo de la casa, mientras sentía sus lágrimas salir sobre sus ojos.
Y por ordenes de su padre corre a la iglesia, donde camina hacia una de las bancas y se arrodilla.
— Perdón, perdón, perdón— Pide mientras las lágrimas seguían cayendo.
Después de varios minutos se levanta y observa a Yoongi, quien se encontraba parado en el altar mientras lo miraba de una manera indescriptible.
— Padre— Dice en un tono bajo y pronto su llanto comienza a escucharse.
A los segundos siente los pasos acercarse a él, y pronto tuvo al pálido frente suyo.
— Q-Quiero confesarme— Dice levantando su mirada.
Yoongi sonríe con delicadeza y le hace una seña a Jimin para que lo siga.
Ambos caminan hasta el confesionario. Yoongi se adentra a este y Jimin se arrodilla.
— ¿Que tienes para decir?— Pregunta Yoongi.
Jimin baja su mirada y comienza a jugar con sus manos, nervioso y con miedo ante lo que diría.
— A mí... m-me gustan los hombres— Confiesa.
Y la sonrisa victoriosa de Yoongi aparece.
Este es un confesionario.
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Misión completada ||Yoonmin||
Random》Un asesino serial que se hace pasar por cura en un pequeño pueblo en Corea del Sur. Sus planes era matar a la familia Park, pero cuando aquel chico de ojos brillantes, labios carnoso y esponjosos, va a confesarse, logra que el plan de un giro por c...