LIKE IT OR NOT [CHESTAPPEN]

Mart

Max bebió un gran trago de whisky mientras hojeaba el último número que su equipo había preparado. Se veía genial. Su equipo había hecho otro trabajo increíble. No es que estuviera sorprendido. Su equipo siempre era excelente, especialmente desde que contrató a Checo.

Su teléfono sonó, haciendo que su corazón se le subiera a la garganta. Se inclinó sobre la mesa donde había dejado su teléfono para hacer su bebida.

Un suspiro de alivio salió de su pecho cuando vio que no era Daniel o Sergio.

—Mar, hola.— Respondió Max.

—Max, lamento devolverte la llamada hasta ahora. Tenía que terminar de calificar estos trabajos antes del final de mañana. Recibí tu mensaje, ¿Qué hiciste?— El tono de Martin era entre acusador y preocupado.

Max se pellizcó el puente de la nariz. Había servido el whisky para no tener que pensar sobre lo que había hecho, pero sabía que Martin tendría buenos consejos; siempre lo hacía.

—Cometí un error.—

—Sí, lo deduje por tu correo de voz. ¿Qué hiciste?— Repitió Martin.

Max suspiró. —Daniel va a trabajar en el próximo proyecto con nosotros.—

Hubo una larga pausa antes de que la voz de Martin volviera a hablar. —Por favor, dime que no has regresado con él.—

Max se burló. —Sí, como si me fuera a aceptar.—

—Max—

—Hice que Sergio pretendiera ser mi cita en la reunión con mi jefe porque Daniel apareció con alguien y ahora va a trabajar con nosotros.— Dijo Max antes de que Martin pudiera decir algo más.

—Lo siento, ¿Tú qué?— Martin palideció.

—Entré en pánico.—

—Sí, no, eso lo entiendo—

—Simplemente no quería que pensara que no había superado lo que me hizo.— Gimió Max, tomando su vaso.

—No lo has hecho.— Le recordó Martin.

—Gracias por eso.— Espetó Max, bebiendo otro trago.

—Está bien, abordemos esto racionalmente.— Martin se puso modo mejor amigo.

—Creo que es un poco tarde para eso.— Espetó Max, tomando otro trago.

—¿Cómo está manejando esto Sergio?— Preguntó Martin, ignorando la actitud de Max.

—Sorprendentemente bien. Fue... complicado al principio, pero lo está manejando bien.—

—Oh.—

Max bebió lo último de su bebida. —Sí.—

—Está bien, bueno, son las buenas noticias. Todavía te odia, ¿Verdad?—

Max asintió a pesar de que Martin no podía verlo. —Sí, eso creo.—

—Está bien, entonces...— Hubo una larga pausa.

—Solo di lo que estás pensando, Mar.— Gimió Max. Apretó su vaso vacío como si fuera un salvavidas.

—No sé cómo vas a mantener la distancia y salir con él al mismo tiempo. Y tiene que ser creíble porque Daniel te conoce. Realmente te conoce.—

Max puso su teléfono en altavoz y lo arrojó sobre la mesa antes de ponerse de pie. Su silla chirrió por el suelo en señal de protesta. Agarró la botella de whisky casi vacía.

—Max, ¿Estás bebiendo?— Preguntó Martin, con una ternura en su tono que hizo que la mandíbula de Max se apretara.

—Aún no son las cinco.— Continuó Martin cuando Max no respondió. —No dejes que te haga esto otra vez.—