Fun

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Pintar no era el fuerte de Max, pero la instructora lo hacía ver tan fácil. Siguió las instrucciones; sus ojos se concentraron en la mujer al frente de la habitación mientras explicaba cómo lograr los diferentes brochazos dependiendo de cómo se sostiene el pincel.

—Oye, relájate, se supone que sea divertido. Estás actuando como si estuvieras en una clase de la universidad.— Sergio empujó levemente el brazo de Max.

Solo así, Max notó la tensión en sus hombros y el ceño fruncido en su rostro al prestar atención a las instrucciones.

—Lo siento, solo quiero hacer un buen trabajo.— Se encogió de hombros.

—¿Por qué? No se trata de hacer un buen trabajo. Se trata de divertirte.— Sergio se llevó su copa de vino a los labios.

Max bajó la mirada a su copa sin tocar. Se había olvidado de que estaba ahí.

—Cierto, divertirse.— Max asintió, dejando el pincel a un lado para poder tomar el alcohol.

La instructora comenzó a dar sus rondas, dando pistas y consejos mientras revisaba. Eso le permitió a Max respirar profundo. Observó a Checo deslizar su pincel sobre el lienzo. No era una pieza maestra, pero se podía distinguir fácilmente que estaba pintando un árbol; una gran luna brillando detrás.

—¿Has hecho esto antes?— Max preguntó en voz baja, inclinándose hacia Checo.

—Sí, una vez venimos por el cumpleaños de Lance, y ahora venimos a una sesión de vez en cuando.— Sergio asintió.

—¿Por eso es que nos conseguiste lugares de último minuto?— Preguntó Max mirando a la instructora que se estaba acercando.

—Quizá.— Sergio respondió con una amplia sonrisa mientras la rubia se acercaba a su mesa.

—Sergio, es bueno verte de nuevo.— La rubia puso una mano en el hombro de Sergio cariñosamente.

Sergio se recostó en su silla, causando que su mano cayera. —Hola Mia, gracias por los espacios de último minuto.—

—No te preocupes, espero que no te moleste que sea hasta atrás, no te pude poner más cerca— Ella hizo un tierno puchero.

—Nah, es perfecto. El es un poco tímido de todos modos.— Sergio señaló a Max.

Mia miró a Max como si lo estuviera notando por primera vez.

—Max, ella es Mia. Mia, él es mi novio, Max.— Anuncio orgullosamente.

El agarre de Max en la copa de vino se apretó mientras las palabras salían de la boca de Checo. No había esperado que lo presentara así. Y era claro, por la mirada de Mia, que ella tampoco lo había esperado.

—Oh.— La decepción en su en su tono fue evidente. —No sabía que estabas saliendo con alguien.—

La mandíbula de Max de apretó. No solo era una instructora amistosa, a ella le gustaba Checo.

—Como dije, él es tímido.— Sergio estiró la mano y lo puso en el muslo de Max antes de darle un apretón tranquilizador.

Max le dio un gran trago a su copa de vino.

—Bueno, dejaré que ustedes dos continúen.— Mia sonrió forzadamente antes de seguir su recorrido.

—¿Están bien?— Sergio preguntó, inmediatamente removiendo su mano.

—Yo solo... no esperaba esa presentación. Especialmente porque claramente le gustas.— Max comentó, bajando la copa.

—Es por eso que te presenté así. Quiero que sepas que eres mi prioridad, incluso si esto no es real.— Sergio volteó a ver su pintura de nuevo. —Además, ¿Qué clase de novio sería si coqueteara con alguien frente a ti?— Se burló.

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