Remember

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Sergio se dejó caer en la silla de plástico frente a Max. Daniel estaba sentado a su izquierda. La pequeña mesa frente a ellos estaba llena de fotografías de sus modelos.

Le acercó un café a Max y uno a Daniel mientras tomaba una de las fotos para verla mejor. —¿Qué me perdí?— Preguntó sin alzar la mirada.

—Café, que generoso.— Daniel tomo un gran trago. —¿Cómo supiste lo que me gusta?— Preguntó cuando el familiar sabor de su café favorito golpeó su lengua.

—Estaba escrito en tu vaso el otro día y puedo leer.— Sergio respondió con sarcasmo antes de voltear a ver a Max para que respondiera su pregunta.

—¿Recogiste las muestras de tela y-?—

—Ya las deje con Hasley.— Checo lo interrumpió, no muy amablemente. Debía ser más paciente con Max. Quería responder la siguiente pregunta antes que Max pudiera hacerla, ya sabía que le preguntaría, pero decidió mantener la boca cerrada.

—¿Y dejaste mi ropa con Bradley?— Max preguntó, justo como Checo sabía que haría.

—Como siempre.— Respondió Checo tratando de no sonar irritado. Max siempre le preguntaba a Checo si había hecho todas las tareas que le había pedido a pesar de que nunca antes hubiera olvidado hacer algo.

—¿No confías en que lleve tu ropa?— Daniel miró a Max con una ceja enarcada.

Eso hizo que Sergio pausara. Miro a Max y vio que su expresión se había ensombrecido.

—No es sobre confiar en él; es sobre asegurarme para estar tranquilo. Sabes eso.— Sergio gruñó.

Daniel puso los ojos en blanco. —Lo recuerdo. Recuerdo que me preguntabas ochocientas veces si había hecho la reservación o comprado nuestros boletos de avión.—

Sergio frunció el ceño al notar la incomodidad en la postura de Max.

—Recuerdo que revisabas dos veces que la estufa estuviera apagada después de la cena, y revisabas que si había conectado tu computadora antes de dormir y—

—Bien, lo entendemos, lo recuerdas.— Max lo interrumpió con dureza, tratando de no recordar más.

—TOC.— Dijo Sergio en voz alta. Pretendía que la idea solo fuera para él.

Las miradas de Max y Daniel cayeron en él.

—Tienes TOC.— Sergio por fin entendía las constantes preguntas. No es que Max no confiara en que hiciera las cosas que le pedía, solo necesitaba la confirmación de que las había hecho.

Recuerdos de su madre revisando dos veces las cerraduras en la noche antes de dormir y su almuerzo en la mañana antes de la escuela inundaron la mente de Sergio.

Max solo asintió.

Daniel los miró.

Se aclaró la garganta. —¿Continuamos?— Señaló las fotografías en la mesa.

—¿Qué han hecho hasta ahora?— Preguntó Sergio apartando la mirada de Max y dirigiéndola a Daniel. Ignoró el arrepentimiento de todas las veces que se había molestado por las preguntas de Max. No lo hacía por molestarlo, solo estaba batallando con su TOC.

—Bueno.— Daniel levantó una imagen de una castaña con ojos azules y pecas. —Me gusta ella por las pecas, creo que la hacen sobresalir. Y me pregunto qué tan abajo llegan.— Miro a Sergio con una pequeña sonrisa burlona.

Sergio miro a Daniel con los ojos entrecerrados. Quizá Max tenía razón, quizá Daniel estaba jugando a algo. Bueno, dos pueden jugar.

—Si tuviera que adivinar... diría que hasta abajo. ¿No estás de acuerdo, Maxie?—

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