El alto edificio de cristal se elevaba sobre Sergio parado frente a la entrada. Tenía diez minutos antes de que debiera estar en la oficina de Christian en el décimo piso. Había practicado lo que diría durante todo el camino. Había recibido miradas extrañas en la tintorería cuando estaba formado y hablando solo. Lo que se le ocurrió fue que había un malentendido y que no estaba interesado en ocupar el puesto.
Enderezando la corbata que se había puesto apresuradamente en su auto hacía dos minutos, forzó sus pies hacia adelante.
El vestíbulo estaba casi vacío.
—¿Hola puedo ayudarte?— Preguntó el guardia de seguridad corpulento y calvo, quitándose las migas de bagel de la barba.
Sergio luchó contra una mueca mientras los veía caer entre las letras del teclado frente a él.
—Él está conmigo.— La voz de Christian habló detrás de Sergio.
Sergio sabía que era una persona ansiosa, pero la forma en que su corazón latía en su pecho era demasiado incluso para él.
—Señor.— Sergio extendió su mano.
Christian la tomó y asintió hacia el café vacío al otro extremo del vestíbulo. —Estaba pensando que podríamos tener esta conversación tomando un café, no sé tú, pero a mí me vendría bien la cafeína.—
Sergio estaba casi seguro de que la cafeína le provocaría taquicardia, pero no estaba dispuesto a decirle que no a Christian Horner. —Suena excelente.—
—Perfecto.— Christian sonrió y Sergio intentó desesperadamente encontrar alguna pista sobre cómo iba a ser esta conversación.
Christian tomó asiento en una mesa en el centro de la habitación. Sergio miró al barista, que estaba limpiando el mostrador, antes de hacer lo mismo.
—Entonces, mientras esperamos...— Christian juntó las manos sobre la mesa.
Sergio no señaló que en realidad no habían pedido café, sino que se centró en el lenguaje corporal de Christian. Hasta ahora sólo se lee como profesional.
—Has trabajado para Max durante un año, ¿Es correcto?—
—Sí, señor.—
—¿Te gusta?—
Sergio trató de mantener cualquier confusión fuera de su rostro. —Bastante.—
—¿Cuánto tiempo hace que Max y tú salen?— Preguntó Christian justo cuando el barista colocó dos tazas de café humeantes frente a ellos.
Sergio tomó el suyo con entusiasmo. —Seis meses.— Mintió mientras se llevaba la taza a los labios. El líquido estaba caliente pero dulce. Y luego—
Sergio tosió. El ardor del alcohol inesperado le quemó la garganta.
—Espero que te gusten los capuchinos.— Christian sonrió ampliamente con complicidad.
Sergio se aclaró la garganta y asintió, sonriendo.
—Así que esta posición...— Christian dejó su taza humeante. —¿Simplemente quieres avanzar en la industria o estás buscando otra oficina?—
Sergio abrió la boca para explicar el malentendido, pero luego hizo una pausa. —¿Disculpe?—
—Disfrutas de tu posición actual, ¿Verdad?—
—Sí.—
—Entonces me pregunto qué te hace querer irte.— Christian lo miró como si estuviera mirando a través de él.
Sergio soltó una carcajada. Él entendió ahora. Esto no era una entrevista, era un interrogatorio.
—Señor, si se me permite ser honesto. Cualquier información que le hayan dado es... incorrecta. Max es un jefe maravilloso, incluso cuando está siendo particularmente irritante. Puede pensar que mi relación con él me vuelve parcial. Sin embargo, le imploro que reconozca la tasa de rotación de su oficina. Si no me equivoco, sólo se han ido cuatro personas en los últimos ocho años. Uno de ellos se jubiló. Uno volvió a casa para cuidar de su madre enferma y el otro encontró mejores oportunidades en otro lugar. Daniel es el único que se fue debido a un conflicto en la oficina.—
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LIKE IT OR NOT [CHESTAPPEN]
FanfictionCheco trabaja como asistente editorial en Vogue. Ama todo sobre su trabajo, menos a su jefe, Max Verstappen. Max es el peor y Checo lo odia. Pero cuando Max lo arrastra a la cena anual de la compañía, se ve forzado a pretender ser novio de Max para...