4 temporada

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- Mira tu rollito cazafantasmas no lo entiendo, ni lo quiero entender, pero te prometo que vamos a averiguar que pasó, y porque aparece tu padre en esos videos – Julia seguía callada mirando los ojos marrones del chico.- ¿Me oyes?- preguntó Iván viendo que la chica no contestaba.

De repente ambos empezaron a notar eso que ya notaron las veces anteriores, esa pasión que venía desde lo más profundo de sus cuerpos, y que ninguna de las veces podían reprimirla. Julia intentó besar al chico, pero Iván se apartó. La chica se quedó perpleja al ver que él se había apartado ¿Se estaría pillando de él? Iván cuando vio los ojazos verdes de la joven, medio llorosos, pues minutos antes había estado llorando sola. No pudo evitar lo que sentía y la beso. La beso lo más dulcemente posible. Nunca se habían besado así. Los anteriores besos habían sido llenos de pasión desenfrenada, deseo, lujuria, puro calentón, pero esta vez...Esta vez era diferente, esta vez podía sentir sus latido del corazón y como aumentaban a medida que él iba acariciando suavemente su espalda por debajo de la camiseta. Ella tenía las manos ocupadas, una sosteniéndole la cara y otra en la nuca. Al parecer ninguno de los dos quería que ese momento acabara. Pero sabían que tenía que hacerlo, la hora libre estaba a punto de terminar y tenían que ir para clase. Pero no querían. No.

- ¡Ya lo tengo!- exclamó Julia separándose de Iván. Este aún no había reaccionado y seguía con los ojos cerrados. – Llamaremos al bufete de abogados de mi padre, y pediremos sus casos, si mi padre estuvo ayudando a la madre de Marcos debe tener constancia- dijo Julia cogiendo el móvil.

- Joder Casper, ¿mientras nos estamos besando pensaste eso? Empezaré a pensar que te inspiro o algo- dijo el chico sonriéndole. Julia lo miró molesta. – Vale, vale, tienes ese número?- preguntó Iván apoyándose en la pica de uno de los baños.

- No, en el móvil no, pero arriba en la habitación si...¡vamos!- dijo Julia saliendo del baño a paso rápido. Iván la siguió colocándose bien el pelo y fijándose que nadie les estuviese mirando.

Relatos JulivanistasDonde viven las historias. Descúbrelo ahora