5 temporada

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Asustada, confundida y cansada, salió de su habitación despacio, dispuesta a hacerlo. Notando el frío parquet en sus pies, recorrió todo el pasillo poco a poco, rezando y suplicando que no se le apareciera de nuevo Valentina, la madre de Iván.

Recordó la conversación que tuvo con Roque horas antes, cómo su amigo la había tranquilizado, la había contado todo lo que sabía de la madre adoptiva de Iván, y lo peor: La había convencido, bueno, medio convencido, de hablarlo con Iván.

Julia se dirigía al baño, cuando alguien conocido la llamó.

- Ei, Julia, ¿Podemos hablar? - Roque de nuevo. "Ufff" Pensó, ¿Es que después de todo no podía ir ni si quiera al baño tranquila?

- Roque... ¿Qué quieres? - Preguntó algo cansada. No era uno de sus mejores días y, para colmo, Iván no dejaba de bromear con el temita de los fantasmas. Hubiera dado la vida por enamorase de cualquier otro, cualquiera que no fuera tan idiota y estúpido con ella. Pero era su idiota, su estúpido... Y sí, a veces la cagaban (Porque muchas veces eran los DOS quiénes lo hacían), pero estaba locamente perdida por él, y él... Ufff, algo tendría que sentir ¿No? Si no, no hubieran conseguido llegar hasta lo poco (Mucho y un gran paso para ellos) a lo que habían llegado.

- ¿La madre de Iván? - Roque la sacó de sus pensamientos. Vaya, seguía interesado en el fantasmita, parecía ser el único. - ¿Cómo lo sabes? ¿Y qué quiere? ¿Valentina no se suicidó?

- Para, para... Me duele la cabeza, córtate un poco ¿No? Joder, más difícil es para mí. - Suspiró, estaba clarísimo: Ese, no era su día.

- ¿Cómo se lo vas a decir a Iván? - Roque parecía más calmado, pero, algo cansino (Cómo no), no dejaba de atormentar a Julia con mil preguntas sin respuesta.

- No... no lo sé... Ya sabes cómo es, y ya sabemos que precisamente bien, lo que se dice bien, no se lo va a tomar. No quiero decírselo... - Suspiró de nuevo, estaba tan cansada de todo... - No se lo voy a decir, y tu tampoco ¿Vale? Dentro de tres días toda esta mierda se acaba y ya no tendremos que preocuparnos por nada de esto.

- Julia... Sabes que, aunque se acabe el curso, puedes seguir viendo a Valentina...

- Sí, sí, sí, ¡Lo sé! ¿Pero qué quieres que haga? ¿Eh? ¿Qué se supone que tengo que hacer? ¿Eh? ¿Decirle a Iván que veo a su madre, muerta? ¿Crees que le hará gracia? ¡Joder, Roque! - Se tranquilizó, estaba perdiendo el control de aquello y eso era lo que menos deseaba en ese momento. - Lo... lo siento. Es sólo que no sé qué hacer, joder. Si hubiera un manual...

- Haz lo que creas que tienes que hacer... Y sí, Iván a veces es un completo imbécil, pero sabes que te quiere... A su manera. - En ese momento Julia soltó una pequeña sonrisa. - Te lo ha dejado claro muchas veces, no con palabras, pero sí con actos, que es lo que más importa... Tú le has cambiado... Sigue siendo borde pero... Ya no tanto - Dijo riendo. - Dale una oportunidad, se la merece. - Y así, sin más, Julia vió la pequeña silueta de su pequeño amigo desfilando por el pasillo en dirección contraria a la que vino.

"Joder", pensó, hasta ese momento no se había dado cuenta de que la puerta de la habitación estaba delante, frente un cuerpo que, quizás, horas después se estaría arrepintiendo de lo que iba a hacer.

"Vale... entras y actúas con normalidad... Vamos, es fácil Julia" Se decía a sí misma. Pero no era tan fácil estar con esa persona por última vez, estar con ella para dejarla para siempre.

Abrió la puerta sigilosamente, despacio, no estaba en sus planes despertar a ninguno de los chicos. Se adentró en la habitación buscando a Iván, encontrándole acurrucado en su cama, abrazado a la almohada. "Dios, que tierno es cuando quiere" Pensó Julia. Una sonrisa triste se le cruzó por la cara e, intentando no hacer ruido, se metió en la cama con Iván, abrazándolo con una mano y acariciándole la cara con la otra. "Ojalá fuera tan sencillo" Pensó. Deseaba como nadie estar así con él, sin discutir por mucho tiempo, aunque a veces las peleas tenían su morbo, admitió, pero esos pequeños detalles sin importancia, como dormir abrazados, eran los que más le gustaban de todos esos momentos junto a él.

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