6 temporada

44 3 0
                                    


Pensamientos

Ves como la luz del amanecer se cuela lentamente por la ventana, y comprendes entonces que no ha sido un sueño, que es real. Que sigue junto a ti.

La tocas el brazo con el dorso de la mano, y notas como su piel se eriza. Sonríes. Adoras ver como su cuerpo reacciona al tuyo, desde el primer día.

Descansa placidamente entre tus brazos, te la jugaste quedándote esta noche a dormir con ella, pero lo necesitabas, y sabes que ella también.

Recuerdas como te sentiste cuando creíste que ella se había desmayado por no tomar el antídoto. Entonces comprendiste que harías cualquier cosa por ella, y tuviste miedo, pero tan solo durante un instante, el que tardó ella en abrir esos grandes ojos verdes y en sonreírte, dándote una lección, después de todo.

Notas como ella se acomoda, y sabes que no tardara en despertarse, pero no puedes evitar seguir mirándola como... como un imbecil. Si, Iván Noiret es un imbecil enamorado. Y no sabes porque, solo sabes que la quieres, que no puedes ni imaginar como seria el estar lejos de ella, ni que la pasase algo.

Entonces aparecen en tu mente esos últimos instantes, ella reprochándote no creer que hayas tomado la medicina, y tu volteando de nuevo la tortilla, porque solo quieres que ella no lo pase mal... eso es al menos lo que intentas creer, pero no es verdad, la realidad es que no te sientes capacitado para verla llorar, para tener que despedirte. No la puedes decir adiós, no quieres decirla adiós.

Y te sientes culpable por no haber sido capaz de decirla que la querías, pero temes que si lo dices en alto se haga realidad, pero tonto, te dice la voz de tumente, esa parte racional que a veces tienes, no te das cuenta que ya todos lo saben.

Sonríes de nuevo, y entonces sus ojos empiezan a abrirse. Sin pensar, cierras los tuyos y finges que duermes.

Notas como ella se estira y bosteza, y entonces clava su mirada en ti, y suelta una risita. Notas cosquillas en la tripa, y sabes que lo que a ti te pasa no tiene remedio, es para siempre. Te acaricia la cara, y se acomoda de nuevo en tus brazos, esta vez mirando fijamente tu cara. Sientes como sus labios besan tus mejillas y la comisura de los tuyos, y entonces finges que despiertas.

Esos grandes ojos verdes están clavados en ti, como si no quisiesen perderse nada de tu rostro, y al verte despertar una sonrisa boba inunda su rostro. Tu voz racional te vuelve a hablar: ella te quiere de verdad.

- No me digas que has estado mirándome mientras duermo- dices sonriendo

- Un poco... me gusta mucho verte descansar.- confiesa mordiéndose el labio inferior.

- Serás ñoña – sueltas guiñándola un ojo.

Y entonces ella se lanza a tus brazos y tú la estrechas con fuerza, sabiendo perfectamente que tú eres aun mas ñoño que ella, pero afortunadamente para ti, eso nadie lo sabrá nunca, tan solo tú. Y sabes que podrás vivir con ello. Para siempre.

Relatos JulivanistasDonde viven las historias. Descúbrelo ahora