Desperté y eran aproximadamente las 2:53 ya que impartimos a las 9:30 más o menos, nuestro viaje el cual dura 5 horas y 23 minutos. Sí, suelo indagar mucho en internet. El hecho es que estuve dormido prácticamente todo el viaje, me despertaba por tiempos de aproximadamente 10 minutos para caer rendido, nuevamente.
Iba en una limusina grande, creo haberla visto en casa de mi primo mientras indagaba en la web, su nombre por lo que recordaba es Limusina Hummer Leopardo.
En realidad, era espectacular. Contiene pantallas de televisión, equipo de sonido, tapicería de cuero, luces led, dos camas, un refrigerador pequeño pero contenía sodas y jugos, junto con bocadillos por si tenías hambre en esas 5 horas de viaje.
La despedida con mis padres no fue nada especial. Como siempre. No veía tristeza en sus caras y eso me dolió un poco, debo admitirlo.
"Cuídate un montón, Travis. Te veremos en tres meses" exclamó papá.
Mamá dejó por tres minutos su móvil a un lado. Eso sí era bonito de su parte.
"Cuídate mucho. Esperamos que puedas encontrar amigos y que te adecues rápidamente al nuevo entorno" dijo mamá. Asentí. Al menos me decían que me cuidara y no que desapareciera para no tomarse la molestia de irme a buscar en tres meses.
"Cuando llegues y en un momento que estés solo en tu recámara, necesitamos que veas el bolsillo delantero de tu bolso de mano. Solamente cuando llegues, no en el camino."
Debo admitir que tenía mucha curiosidad de saber de que se trataba. A lo mejor golosinas. Me encantan las golosinas. O mangas, o series anime en DVD.
Mis pensamientos fueron interrumpidos por una voz que provenía de unas cornetas que se encontraban en la cabina que yo.
- Estamos por llegar al internado, Travis Woods. Ve acomodando tus cosas y nosotros avisaremos la llegada.
Hice lo que me dijeron para que a los 10 minutos anunciaran que habíamos llegado. No tenía vista del internado, sólo veía negro hasta que se prendieron unas luces y me di cuenta que estábamos solos. No habían más autos, solamente la limusina. Ella comenzó a descender y logré visualizar, esta vez, autos último modelo acompañado de muchas otras Limusina Hummer Leopardo.
Uno de los señores que conducía, abrió mi puerta y bajé con el bolso de mano listo. Mi equipaje ya lo habían sacado de donde fuera que lo habían introducido, era una simple maleta de color rojo con gris. Linda combinación. Me dirigieron hacia una mujer que estaba parada, esperándonos, en la salida de ese aparentemente estacionamiento. Era rubia y tenía cara linda. ¿Habrán más así en este internado?
Los hombres que manejaron de Pensilvania a Ohio me dejaron frente a la mujer anónima y esta solo sonrió. No entendía nada.
- Muy buenas tardes, señorito Travis Woods. Sígame, y yo -aplaudió.- lo ayudaré con su equipaje -Dijo con una media sonrisa esbozada, a lo que llegaron dos enormes hombres los cuales agarraron mi bolso de mano y mi equipaje. Se fueron después de preguntarle a la mujer "¿345?" y que ella asintiera.- Este es conocido como el mejor internado de Ohio. Yo, soy la vicepresidenta, Dennis Phillips. Mucho gusto, Travis. -Al decir eso, ya tenía a la vista la enorme edificación. Literalmente, enorme.- Es un internado exclusivamente para chicos, y espero que no sea de tu desagrado -Ella caminaba y yo la seguía. Tenía unos tacones de tacón tipo ejecutivo negros, un traje formal negro también, un collar de perlas blanco, un anillo de perla blanco igual y sus labios pintados con un labial rojo mate. Era realmente linda. Entramos al internado y estaba totalmente vacío, a excepción de una secretaria que estaba en una especie de recepción, hablando por teléfono. La Sra. Phillips se acercó a ella y la secretaria colgó.
- Mucho gusto -sonrió.- Tu debes ser Travis Woods. -Asentí tímidamente. Ella también era muy guapa.- Yo soy Anna Trinity y soy la secretaria de este internado. Espero que disfrutes de tu estadía. Estaremos siempre a tu orden por si necesitas alguna ayuda. -Mantenía una sonrisa de oreja a oreja. ¿Cómo?- Tu equipaje ya debe estar en tu habitación. La cual es la 345. Compartes tu habitación con... Déjame revisar. -Volteó su mirada al computador y comenzó a teclear algo que no podía ver.- Marshall Smith, cariño. Tiene tu misma edad. Sigue derecho y llegarás a unas puertas corredizas allí te estará esperando alguien que te guiará hasta la habitación. -Asiento para tomar camino.- ¡Ah! ¡Casi lo olvidaba! Debes decirle a Marshall que es su obligación darte un recorrido por todo el internado. -sonrió.- Ahora si puedes irte.
Comencé a caminar dándome cuenta que Dennis se había ido, vi las puertas corredizas, en lo que entré había un montón de chicos: rubios, castaños, pelinegro, de todo tipo. Estaba un chico con una franela blanca que tenía estampado "Internado Ohio" en letras azules, combinado con un pantalón de gabardina negro y unos zapatos del mismo color que el pantalón.
- ¡Hola! -Sonrió el ojiazul.- ¿Tu eres...?
- Travis... Travis Woods. -dije tímidamente. Estaba nervioso.
- Mucho gusto. Soy Nathan. -Extendió su mano y la choqué con él. Parecía agradable.- Ven por aquí.
Fuimos hasta un ascensor cercano y marcó el 5to piso. Llegamos rápidamente y luego de pasar dos puertas había un cartel que decía "345" y abajo tenía el nombre "Marshall Smith"
- Aquí te quedas. Marshall debe estar esperándote adentro. Esperamos que disfrutes de tu estadía. -Sonrió y se fue.
Giré la perilla, nervioso ¿Qué tipo de persona sería Marshall?
Cuando entré estaba un chico acostado en una de las dos camas individuales que se encontraban en la habitación. Aparentemente estaba dormido. Mi equipaje estaba allí, así que pude estar un tanto más tranquilo.
- ¿Hola? -dije enfocando mi vista al chico. A lo que abrió los ojos y me vio de reojo. Era una mirada de fastidio.- Disculpa, ¿eres Marshall?
- Lo soy. Tu eres el nuevo. -se sentó en la orilla de la cama. Mirándome.- La secretaria me dijo tu nombre pero lo olvidé ¿Te llamas...?
- Soy Travis Woods. Un placer.
- Muy bien, Travis. Pondremos unas reglas ¿vale? -Asentí. A lo que comenzó a enumerar.- 1- Nada de estar interrumpiéndome el sueño. 2- No soy un marica, así que si te gustan los chicos, ni veas para acá. 3- Dividiremos la habitación, solo compartiremos el baño y porque es algo necesario.
Asentí. Marshall asintió y se volvió a acostar en su cama, cerró sus ojos y se colocó en la misma posición en la que estaba al principio. Su cabello era color negro, ojos verdes, tez blanca. Estaba vestido con una camisa a cuadros roja y unos jeans negros pegados, combinado con unas botas Nike negras. Entré al baño porque necesitaba descargar mi vejiga.
Salí y era hora de acomodar mi habitación.
***
Marshall no estaba en la recámara. Ya había pegado los tres únicos pósters que había traído para mi pared, había puesto mi despertador en la mesita de noche, tendí mi cama y coloqué mi ropa en las gavetas que me correspondían. Sonó la campana, no entendía qué significaba así que no me moví de mi habitación, hasta que entró Marshall.
- ¿Por qué no haz salido? -dijo fastidiado.- Es hora de la cena. Son las 7 pm. Te lo indica ese timbre.
- No tenía idea. Lo siento.
Salí, siguiéndolo y entramos al comedor. Nunca había visto a tantos chicos en un mismo espacio.
- Marshall -se volvió hacia a mi.- Perdón por hacer que te molestaras al irme a buscar. No es tu obligación.
- En realidad sí la es y por mi, no iba a buscarte -bufó.- La sexy vicepresidenta me obligó a subir. Ah, y hoy te daré el recorrido por el internado para que después no me reten a mi.
Seguimos el camino y agarramos las típicas bandejas de cafetería y nos servimos lo que queríamos. Yo escogí un croissant con jugo de manzana. No tenía mucha hambre de todas formas.
Marshall escogió papas fritas con una hamburguesa y una Coca-cola. Nos fuimos a sentar y estuvimos en un silencio incomodo.
- Si quieres ve a sentarte con tus amigos. Ya me guiaste hasta aquí, me puedo devolver solo.
- Mis amigos tienen gripa y les llevarán la comida a sus habitaciones porque se sienten pésimo, no tengo otra opción que estar contigo -dijo metiéndome una papa a la boca.- Cuéntame, ¿eres gay?
- Para nada. 100% heterosexual. De hecho, me estaba quejando con mis padres porque aseguraba que la mayoría de los chicos aquí eran gays.
- Y así es, Travis. No sé como he soportado tanto. -Rodó sus ojos.- Siempre se me confiesan chicos y siempre les digo lo mismo. Estoy pensando en ponerme una tira en la frente que diga "No soy marica", y creo que ni así funcionaría. Y ya verás que te lloverán chicos en un dos por tres, porque tienes buen parecido. Eres guapo. Y están detrás de los guapos. -Bufó.
No pude evitar enrojecerme.
Terminamos cada uno su cena y todos subimos a las habitaciones. Marshall me dijo que estaba muy cansado y que haríamos el recorrido mañana por la mañana.
Mi primera noche en este internado.
Mi primera noche con Marshall.
Supongo que no es tan malo, después de todo.
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En la espera
RomanceSoy un chico como cualquier otro. Mis padres, realmente, no son mis padres; soy adoptado. Ellos deciden enviarme a un internado de chicos. Si tanto soy una molestia para ellos: ¿Para qué me adoptan? En fin, el hecho es que tenía mi vida completame...