Marshall.
La pregunta que mi compañero de cuarto acababa de formularme había comenzado a dar vueltas en mi cabeza. ¿Avan, gustarme? Es inútil seguir negando que ha logrado captar mi atención en sobremanera y que con solo pensar en él mi corazón comienza a latir frenéticamente. Pero ¿y Travis? Sólo es mi compañero de cuartos, y me es tan difícil admitir esto como el hecho de que siento cosas por Avan, pero Travis no me da igual.
Digo ¿es normal ponerte tan celoso sólo porque un amigo vaya a pasar el descanso con un conocido? ¿Es normal salir a buscarlo en medio de una tormenta? ¿Es normal besarlo sólo por el hecho de escuchar una conversación con su amigo? No, definitivamente no es normal. Y desde ese tiempo me he estado planteando el hecho de ser gay, pero no saben lo difícil y duro que es para mí al fin admitirlo, luego de haber criticado tanto. ¿Sería un hombre sin palabra? Esa es la impresión que me daría si alguien hace algo así, pero la idea tampoco es ocultarlo y menos de alguien como Travis, que al final de cuentas ha sospechado y una cosa nos ha llevado a otra, terminando en este incómodo momento en donde está preguntando la verdad de mi sexualidad.
— ¿Hola? – dice Travis agitando la mano frente a mi rostro – ¡Tierra llamando a Marshall!
— Lo siento... – dije cabizbajo – Sobre la pregunta que me hiciste...
Travis me miró inquisitivo, fijamente a los ojos, acción que hizo que una sensación de calentura se hiciera presente en mis mejillas y realmente nunca pensé que sería tan débil a las miradas y hasta a comentarios.
«¿Qué pensarás de mi?»
— Yo...
«Siento...»
— Y-yo soy...
«Temor»
— Creo que... soy gay – anuncié en voz baja, a penas audible.
Tenía miedo de ver la expresión que estaría colocando Travis. Por alguna razón, mi pecho comenzó a sentir una extraña presión y empezó a ser molesto. Tras haber pasado unos minutos, la respuesta de Travis aún no llegaba así que finalmente me digné a voltear.
Mis mejillas estaban siendo gobernadas por un color carmín muy intenso, mis manos temblaban levemente y, siendo sinceros, mis ojos se encontraban cristalizados debido al temor de la opinión que Travis tenga sobre mí ahora.
Travis mantenía una ligera sonrisa, se notaba avergonzado pero a la vez tenía una expresión de tranquilidad y podría jurar que de felicidad. ¿Por qué? ¿No diría nada que me hiriera? No es que sea masoquista, pero lo menos que me esperaba era que me insultara como desquiciado.
Él comenzó a reír, las carcajadas fluían de manera suave, sin causar tanto estruendo. Han dicho por allí que la risa se contagia y este momento lo confirma; mis carcajadas comenzaron a fluir luego de escuchar las risas de Travis. No sabía de qué reía exactamente, pero ese hecho me causaba gracia. Debía admitir que dentro de las tantas carcajadas que estaba proporcionando, iba una que otra de nerviosismo. Mi mente atemorizada y pensando en la posibilidad peor – para mí – posible, llegó a la conclusión que se estaba burlando de mí cosa que no me dio ni un poco de gracia y dejé de reír, frunciendo el ceño.
— ¿¡Te estás burlando de mí!? – dije histérico, levantándome de la cama – ¡Sí! ¡Sé que me burlé por mucho tiempo de los homosexuales pero he cambiado y siento si ahora te doy asco! Vivo para complacerme, no a los demás – dije para inhalar y exhalar hondo, intentando tranquilizarme.
Con lo que dije las carcajadas de Travis cesaron pero la expresión divertida que tenía aún no era borrada. ¿Se estaba burlando de mí, de verdad? ¿Tanto repelía a los gays?
Recuerdo que una vez mi difunta abuela me dijo que si algo me molestaba, solo debía contar hasta diez e intentar tranquilizarme porque las cosas que hacemos o decimos cuando estamos furiosos, no las podemos controlar debido a la adrenalina y pueden llegar a causar mucho daño.
«Uno... Dos...»
La sonrisa de Travis se ensancha mientras yo sólo inhalo y exhalo de forma lenta.
«Tres... Cuatro...»
¿Por qué Travis se está acercando tanto? ¿Y por qué yo no me alejo?
«Cinco... Seis...»
El aliento de Travis choca contra mis labios. Está acercado de una manera tan peligrosa, lo que la hace provocativa y me dan inmensas ganas de actuar, pero en este momento me encuentro estático. Realmente congelado en el sitio.
«Siete... Ocho...»
La mirada traviesa de Travis se dirigía sin disimulo hacia mis labios, mientras que por su parte relamía una y otra vez sus labios, buscando una manera de provocarme. Lo que no sabía es que, desde que su aliento está pegando contra mis labios, estaba realmente nervioso y mi corazón había comenzado a latir de manera frenética.
«Nueve... Di...»
Mi conteo no pudo ser terminado pues los labios de Travis ya invadían los míos violentamente, sin permiso alguno. El beso no resultaba ser suave ni dulce, era violento y apasionado, sorprendiéndome la forma en la que él movía sus labios. Mi voluntad me falló esta vez, sin ser capaz de rechazar sus labios al unirse con los míos. Su lengua entra a mi cavidad bucal ágilmente e inmediatamente entrelazando la mía con la suya. Nuestras lenguas iban en sincronía y realmente era placentero. En ese momento me di la tarea de pensar ¿cuándo Travis se había vuelto tan atrevido?
Nuestros pulmones comenzaban a exigir oxígeno lo que nos llevó a separarnos, acabando tan apasionado y excitante beso. La única unión que quedó entre nuestras bocas fue un hilo de saliva.
Travis estaba totalmente sonrojado y podía oír su latir frenético y puedo jurar que él escuchaba el mío.
— A-así que gay – dijo al fin – Por alguna razón, luego de escuchar tu confesión las ganas de besarte que tenía desde hace un tiempo, incrementaron.
Y esas palabras bastaron para confundirme aún más. Me encontraba en una lucha mental, en una fuerte lucha mental.
Lo último que pensé de mí era que dos chicos fueran los causantes del actual desorden que mantienen mis pensamientos.
n/a:
¡Subiendo por dos días seguidos! Por favor, regálenme un pastel en felicitación.
Hoy pude apartar un poco de mi tiempo y escribir este capítulo.
Travis me ha sorprendido, por un momento ha parecido el seme JAJAJAJA.Espero que les haya gustado el capítulo. Nos leemos en la próxima.
Buenos días, tarde o noche~
se despide, as
xx (:
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En la espera
RomanceSoy un chico como cualquier otro. Mis padres, realmente, no son mis padres; soy adoptado. Ellos deciden enviarme a un internado de chicos. Si tanto soy una molestia para ellos: ¿Para qué me adoptan? En fin, el hecho es que tenía mi vida completame...