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Estaba atónito por el golpe que Marshall le había proporcionado a Michael en su rostro, mientras que Marshall tenía cara de repulsión cuando ayudaba a Michael a levantarse, Michael solamente sonreía.

- Entonces, te gusta tu compañero.

Marshall se voltea violentamente hacia Michael y yo no puedo evitar enrojecerme. Maldita sea, no debiste decir eso Michael.

- No sigas, Michael - dijo amenazante - Eres un fastidio.

- Me golpeaste por mencionarlo. Miles de veces te he dicho infantil y no haces más que decirme idiota.

Las mejillas de Marshall tomaron un color carmín y se tapó esa zona con su mano dándonos vista de la palma, mientras veía a otro lado.

- Es que te entrometes en cosas que no debes entrometerte - dice dándonos la espalda nuevamente - Así que cállate.

Michael ríe por lo bajo y Marshall no le dice nada por su acción. Sí, es mejor que dejen la pelea de una vez por todas.

- Y... Dime - dice Michael luego de un rato - ¿Quién es ese amado compañero de cuarto?

- Travis.

- ¿Cuál Travis?

- W... ¿Travis West?

- ¡¡Soy Travis Woods, imbécil!!

- Lo siento por no aprenderme tu apellido, Travis. Es que realmente no me interesa - dice Marshall viéndome de reojo - Y como tu eres un fan, aseguro que sí te sabes mi apellido.

- Eso no es ser fan, idiota. Eso es tener buena memoria.

- Que no me interese tu apellido no significa que no tenga buena memoria.

El ascensor se detuvo. Marshall y yo bajamos en nuestro piso discutiendo, Michael siguió hasta su habitación. ¿No me había invitado a su cuarto? Bueno, qué más da.

- ¿No te puedes acordar de mi apellido y si me puedes robar un beso?

Marshall se ruborizó.

- E-eso no tiene nada que ver... Olvida ese tema.

- No lo puedo olvidar así como así, y menos cuando asegurabas tu heterosexualidad.

- No soy gay - bufó - ¿No querías calentarte con un beso? Ese amigo tuyo estaba lejos en Pensilvania, así que te calenté yo en Ohio, donde te encuentras. ¿O acaso iba a venir él a solo calentarte con un beso?

- Preferiría que fuera venido él.

¿Debo seguir con el juego de poner a Marshall celoso?

- ¿Ah, sí?

- Por supuesto. A ti te conozco desde hace cuatro días, a él desde hace cuatro años.

- Al final sí eras gay.

- No lo soy. Al final tu sí lo eras.

- Tampoco lo soy.

- Pareciera.

- ¿Solo porque te robé un beso? Patético.

- ¿Sólo fue una manera de molestarme?

- Algo así.

- Entonces, no te sonrojes cuando lo mencione. Cuando dejes de ponerte como un tomate cada vez que hable del beso te creeré, de resto no.

Y ahí va, otra vez ese color carmín en sus mejillas.

- M-maldito...

- Gracias - dije guiñándole el ojo.

Eran las diez de la mañana, sí que había pasado el tiempo rápido. Y sí que habían pasado cosas tan temprano. Decidí ponerme a ver televisión, en realidad no veía mucha, Marshall siempre lo usaba pero tomando la oportunidad de que estaba en su Mac, lo encendí.

En la esperaDonde viven las historias. Descúbrelo ahora