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Let's Marvin Gaye and get it on – cantaba con mis audífonos puestos – You got the healing that I want...

Me percato de la mano de Marshall que mueve sin parar frente a mi, pidiendo que me quite los audífonos para escucharle.

— ¿Puedes callarte? ¡Intento estudiar! – reclamó claramente frustrado.

— Ay, está bien – respondí – ¿Qué estudias?

— Literatura.

Eso...

— No hay ninguna prueba. O al menos, yo no estoy enterado – repliqué, intentando que la decepción no se notara en mi voz.

— No la hay – respondió Marshall, dirigiendo su mirada hacia mi – Al menos tú no tienes prueba. Yo sí.

— ¿A qué te refieres? ¿Cómo es posible que tú tengas prueba y yo no?

— Avan dijo que me haría una prueba oral sobre la clase que dio hoy, a ver qué tanto entendí – explicó, serenamente – Es realmente amable – comentó con una sonrisa.

Eso dolía. Que el chico que te gusta hable de otro muchacho con ese brillo único en los ojos, dolía.

— Es... genial.

— Sí, lo es.

Y la conversación fue terminada cuando me coloqué los audífonos nuevamente y él comenzó a hojear más su cuaderno. Ambos parecíamos muy sumidos y concentrados en lo que hacíamos. Bueno, por mi parte, eso era una total farsa. En mi pecho se hizo presente esa opresión (aquella que duele) que últimamente es común sentir, mi cuerpo está tan débil y mi cabeza está a punto de explotar debido al dolor. Odio que por causa de Marshall esté así. Odio que Marshall se esté enamorando de Avan. Y odio no poder ser yo aquel que gobierne sus pensamientos día y noche.

Oh, me faltó algo en la lista de "Cosas que Travis Woods odia": odio no saber el nombre del chico de mirada profunda.

¡Era frustrante! ¿Cómo se supone que averiguaría su nombre? ¿Podría ir fácilmente a preguntarle a Anna, la secretaria? ¿O le podría preguntar a Dennis?

¿Por qué me dejó de tarea el averiguar su nombre? Viéndolo desde cualquier punto de vista es totalmente patético y ridículo. ¿Acaso se estaba haciendo el difícil?

Simplemente debería dejar de pensar tanto las cosas y dormir, aprovechando que no tengo nada que hacer para mañana. Pensándolo bien, casi no nos mandan tareas o exámenes, probablemente porque es la primera semana.

Me quité los audífonos, desconectando el conector, del aparato mencionado antes, de la laptop. Acomodé aquellos aparatos sobre mi mesa de noche y me acosté plácidamente, mientras escuchaba el sonido de las hojas que Marshall producía al pasar de página. Intenté ignorar ese molestoso (aunque no lo crean) sonido, consiguiendo éxito. El ruido que producían las hojas de la libreta de Marshall se disipaban y solo quedaron como música de fondo, permitiéndome entrar en un sueño profundo.

* * *

Gimnasia.

Toca gimnasia el día de hoy.

¡Maldita sea la maldita gimnasia!

Sí, no soy el mejor en deportes... En realidad, soy un asco. Por lo tanto, odio esta materia. ¿Por qué debe existir? Voy camino a los vestidores para colocarme el uniforme el cual es obligatorio utilizar para entrar a la clase de gimnasia.

En la esperaDonde viven las historias. Descúbrelo ahora