Definitivamente no tenía nada para decir. ¿Marshall es gay? ¡No! Más bien, él se burlaba de ellos.
- ¿Perdona?
- Y si realmente... sintiera algo por ti... ¿Qué pasaría?
Esto debía ser una broma. ¿Es una declaración? ¿Debería tomarlo como tal? Pero, no comprendo. Marshall no es gay.
- ¿Te gusto? Habías dicho que no eras gay.
- A veces... algunas personas hacen cambiar a otras, y supongo que lo único que necesitaba para el cambio... era a ti.
Ok, eso fue muy cursi. Pero a la vez fue tierno. ¡Pero no parece ser Marshall! No puede ser, en serio. ¿Debería creerle?
- ¿Hablas... Hablas en serio?
- ¿Por qué jugar con algo tan serio?
Mi cara de confusión debía de ser espectacular. Realmente así me sentía, confundido. Pero a la vez estaba ¿feliz?
- Eso... Me halaga. Supongo que me hace fe-
Marshall soltó una sonora carcajada.
- Idiota, siempre idiota. ¿Cómo me enamoraría de alguien como tu? Primero, no soy un marica. Dos, eres tú. Eres un niño de mamá y papá, seas adoptado o no, te hayan prestado atención o no. Siempre lo tuviste todo en bandeja de plata, todo fácil. Si fuera gay, definitivamente no me enamoraría nunca de alguien como tu - dijo, seguido de carcajadas - Debías ver tu cara, fue épica. Realmente épica.
Todo cambió de un momento a otro. El escenario era totalmente diferente. Fui engañado, me siento humillado. ¿Cómo me pude creer tal cosa? Es que realmente confío - o confiaba - en Marshall, eso me hizo creerle. No sé porqué pero sentí como mis ojos se cristalizaban, sentí los lagrimales amenazando con soltar ese líquido salado. Mi visión estaba nublada así que no podía visualizar la reacción de Marshall al verme así. No sé porqué me sentía tan decepcionado y humillado. Y comenzaron a brotar las lágrimas de mis ojos.
- Espera... ¿Por qué lloras?
- ¿Recuerdas que preguntaste si éramos amigos? Lo siento, me he equivocado. No lo somos.
Me levanté y me dirigí a la salida, escuchando los repetitivos "Travis" de Marshall. Tenía aún lágrimas corriendo por mis mejillas. En realidad, no sabía qué me sucedía. Me sentía muy mal por una simple broma. Al salir del Cyber, me fui a no sé qué parte del gran internado a tranquilizarme un poco acostado en aquel césped verde. Y lo que faltaba, luego de unos pocos minutos, comenzó a llover. Pero realmente eso no me afectaba, quería sentir el agua fría proveniente de aquellas grisáceas nubes caer sobre mi cuerpo.
Marshall no me había seguido. Realmente no le importo, aunque nos conozcamos hace tan poco, éramos amigos ¿no? ¡Lo éramos! ¿Por qué me hizo esa broma tan pesada?
No.
No fue una broma pesada.
Fue cualquier otra broma.
Sólo que a mi me afectó en sobremanera, ¿por qué?
¿Puede ser que me haya ilusionado?
¡¡No!! Jamás.
Llevaba al rededor de una media hora lloviendo y mi cuerpo bajo esa lluvia fría pero a la vez cálida para mis pensamientos. Ya había pasado el asunto de Marshall, sólo un poco, seguía sintiéndome mal. ¿Qué pensará Marshall de mí ahora? ¿Que soy gay? No le importo en absoluto, no me siguió. No se levantó de esa mesa cuando prácticamente corrí hasta salir de ese Cyber.
Estaba bastante retirado de la puerta principal del instituto, como del Cyber. En mi campo de visión no podía dar con ninguno, y realmente en este momento no me importaba ni un poco. Si existiera la más mínima posibilidad de que Marshall me estuviera buscando, aquí no me encontraría jamás. Aunque sé que nunca me buscaría, nunca buscaría a un llorón como yo, y menos con una lluvia tan fuerte como esta, que yo estaba sabiendo disfrutar.
Volteo hacia la izquierda, en donde a la lejanía se puede observar una de las esquinas del gran internado Ohio. En ese momento, sale un muchacho de dicha esquina ¿bajo esta lluvia? ¿Quién será? Realmente no puedo distinguir quién es, fuera por la lluvia o no, de todas formas no conozco a más nadie que a Marshall, y ahora a Andy. Y hasta Andy es más sincero que mi compañero de cuarto.
El mencionado chico, viene con pisadas lentas, forzosas y no tan firmes debido a la lluvia. El cabello negro tapaba su rostro. Estaba empapado, como yo. Su tez blanca resaltaba, parecía un vampiro con ese color de piel. Un paisaje tan oscuro hacía que el color de su tez resaltara en verdad. Me levanté, sin saber si caminar hasta él ya que venía hacia mí.
Hasta que reconocí... Reconocí su franela. Reconocí el "fuck off" en letras blancas de aquella franela negra. Era él. ¿Cómo era posible? ¿Por qué estaba ahí?
Marshall se encontraba ya a unos dos metros de mí. Alzó su cabeza por primera vez desde que estaba en la esquina, dirigiéndose hacia mi. Dejándome ver sus ojos verdes resaltar tal como su tez blanca, su rostro molestado con algunos mechones de cabellos mojados que se posaban sobre el mismo y finalmente, sus labios con un tono morado suave. Estábamos viéndonos a los ojos fijamente.
Marshall comenzó a acortar la distancia entre nosotros, se estaba acercando mucho a mi. Hasta que finalmente, llegó a estar justo frente a mi. Siendo movidos por el fuerte viento del momento y sintiendo las gotas de agua caer en nuestros cuerpos.
- T-te estuve buscando - dijo Marshall en un hilo de voz.
Luego, los brazos de Marshall rodearon mi cuello; me estaba abrazando. Mi cabeza quedó en su pecho. Estaba literalmente en shock ¿Por qué me estaba abrazando?
Mis brazos aún estaban a ambos lados de mi anatomía. Y debido a la altura de Marshall y la mía, se le fue fácil llegar a mi oído y susurrar:
- ¿N-no piensas abrazarme?
Y eso hizo que mis brazos rodearan la parte media de su espalda, en - ahora - un completo abrazo. A pesar de las frías gotas de agua cayendo sobre nuestros cuerpos, ese abrazo era cálido. Me sentía cómodo. Y por un momento, pude olvidar la decepción, la rabia y la humillación de hace un rato. Con ese abrazo, pude olvidar mis penas... Con ese abrazo, pude sentirme vivo.
Finalmente, nos separamos. Marshall me dedicó una sonrisa ladeada, mientras que yo le dedicaba una sonrisa tímida.
- Vamos, i-idiota - dijo de pronto - ¿Cuánto llevas aquí? ¡V-vas a conseguir un r-resfriado!
Su voz temblaba a causa del frío, estaba mal.
- ¿Qué haces tú aquí? - volteé a otra dirección - Tú conseguirás un resfriado. Además que no es tu problema si me enfermo o no.
- ¿A-acaso sí es tú problema si yo me enfermo? - rió un poco, sabiendo que tenía razón - T-te estaba buscando.
- ¿Por q-qué?
El frío comenzaba a afectarme a mí. Comenzamos a caminar hacia la esquina de donde él salió hace unos minutos ya que por ahí podemos llegar a la puerta principal, sin escuchar aún la respuesta a mi pregunta.
- P-porque estuve preocupado p-por ti, idiot-ta... ¿P-por qué más s-s-sería?
Y aunque estuviéramos en esa situación, luchando contra el viento para no caernos, luchando para no morir de una hipotermia, luchando para caminar... Lo último que dijo, con temblorosas palabras, hizo que esbozara una sonrisa en esta oscuridad.
Una sonrisa en medio de las tinieblas.
Una sonrisa sincera, de las que faltaban en mi vida más a menudo.
n/a:
Creo que subiré el capítulo 9 ahora, seré un poco mala esta vez jejeje.
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En la espera
RomanceSoy un chico como cualquier otro. Mis padres, realmente, no son mis padres; soy adoptado. Ellos deciden enviarme a un internado de chicos. Si tanto soy una molestia para ellos: ¿Para qué me adoptan? En fin, el hecho es que tenía mi vida completame...