Final

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1 mes después

Narrador
Había llegado el día que ninguno de los dos quería que viniera desde que se dieron cuenta que al momento de confesarse su verdadero amor, era demasiado tarde. Cada uno tenía un lapso de tiempo en el internado, el lugar que los unió y los unía, y el de Travis era mucho más corto que el de Marshall.

Fue imposible el no meditar las cosas. Ya le había sucedido a Marshall pero se convenció que ese sentimiento de tristeza no era real puesto que no pensó más en Avan desde que sus días fueron felicidad con Travis.

Todo fue aclarado a Michael y se convirtieron en los buenos amigos que eran antes. Pero, no duró mucho.

"—Ya casi te irás de aquí, Travis. Comenzaré con el papeleo –dice Denisse.

—¿De qué habla? –preguntó el chico sin entender.

—Tu plazo de tres meses en el internado acabará en una semana."

Travis no sabía qué hacer puesto que ni él se recordaba de la cantidad de tiempo que le quedaba, imaginaba que Marshall y Michael aún menos.

La semana seguía pasando y Travis aún no les comentaba nada. Hasta que tuvo que decírselo, tres noches anteriores al día de su ida.

Marshall y Travis conversaron por horas sobre la situación y solo terminaban llorando ambos mientras compartían esos «últimos besos» como ellos los llamaron.

—Lo siento, Marshall –dijo Travis mientras salía del internado.

—No... no te vayas... –suplicó Marshall una vez más.

—Debo hacerlo.

—Hasta... Hasta nunca, amigo –dijo Michael, extendiendo la mano.

—¡Ay, vamos! –Travis estrechó su mano y luego lo jaló hacia él para terminar en un abrazo– Eres una hermosa persona, no lo olvides.

—¡Travis! –gritan a la lejanía Daniel y Andy.

—¡Chicos!

—Disculpa por lo anteriormente sucedido. Eres amigable –dijo Andy.

—¡Eres muy mono, Travis! Cuídate –sonrió Daniel.

Travis solo rió.

—Ehm... Travis...

Y el único que faltaba, el chico de la mirada profunda, llegó. Abrazó fuertemente a Travis, demostrando que en el poco tiempo que se habían estado conociendo, logró quererlo mucho.

—Gracias por todo, chico anónimo –susurró Travis en su oído.

—Gracias a ti, por enseñarme a querer –dijo para sonreír tristemente e irse, cabizbajo.

Travis dirigió la mirada hacia Marshall quien lo veía de una forma muy triste. Se iría quien amaba y no lo volvería a ver jamás.

—Ven aquí –ordenó Travis a Marshall, abriendo sus brazos.

Marshall no esperó nada para lanzarse en sus brazos y darle un hermoso beso que ambos supieron disfrutar. Increíblemente a ninguno de los presentes en ese momento les causó asco o impresión tal escena; era tierno, dulce, sutil, delicado y nadie podía quitarle eso a tal muestra de afecto.

—Te amaré por siempre –susurró Marshall al oído de Travis.

Woods no respondió. Observó expectante a Marshall, se giró y salió por esas dos puertas que hace tres meses observaba con desprecio, simplemente por el hecho de ser la entrada al Internado Ohio.

De los ojos de Marshall las lágrimas comenzaron a brotar, pero ahora lo único que le dolía no era el hecho de la ausencia permanente de Travis en su vida a partir de hoy, sino porque jamás sabría si su, ahora, ex novio lo amaría por siempre igual que lo haría él.

En la esperaDonde viven las historias. Descúbrelo ahora