El camino al cuarto fue detestable, a excepción de que admitió que estaba preocupado por mí. Cuando entramos, la secretaria nos regañó por llegar empapados, mojando todo el piso (y obviamente, por permanecer afuera con esa lluvia tan fuerte).
Al final, logramos irnos sin que Dennis volviera y nos viera de esa forma. La secretaria prometió no decir nada, pero que no lo volviéramos a hacer.
Cuando entramos habían muchos chicos con suéteres, otros tapándose con una manta, otros estornudando (la mayoría) pero todos estaban bebiendo chocolate caliente. Necesitaba una taza de eso.
Subimos a nuestra habitación, sin aún mencionar una sola palabra, igual que como estuvimos en todo el transcurso hasta el cuarto. Entré al baño luego de que Marshall lo desocupara para secarme lo necesario y vestirme cómodamente.
Marshall había salido primero que yo, pero no sé a donde se dirigió realmente. En todo el camino, sus mejillas habían estado ligeramente sonrojada, no sé debido a qué pero estoy seguro de que estaban así.
Salí y vi a Marshall apoyando ambos brazos en la barandilla ancha frente a la habitación. ¿Por qué no se ha ido?
- Te estaba esperando.
Respondió a la pregunta formulada en mi mente.
- ¿Para qué, exactamente?
Dije esto, mientras caminaba al ascensor para bajar a tomarme una muy merecida taza de chocolate caliente. Marshall venía atrás de mi, aún sin saber a donde se dirigiría.
- Para...
- ¿Para...?
- Disculparme.
- ¿Disculparte?
- Sí, disculparme.
- Oh... Disculparte...
- Mm... Sí... Disculparme... Es decir, no sabía que te tomarías tan a pecho lo del Cyber, ya sabes, ni yo te gusto ni tu me gustas, ninguno es gay. Así que dije que sería una broma de la cual podríamos reírnos los dos luego.
- Fue estúpido.
- ¿Eh?
- Fue estúpido ponerme de esa manera. Obviamente no somos gays. Pero no pude dejar de sentirme humillado, no pude dejar de sentir rabia y decepción.
- No deberías si entendías completamente que se trataba de una broma.
Asentí.
- Lo sé, pero hay cosas que la gente no puede evitar, Marshall - dije, entrando al ascensor - ¿Vas a venir? - le dije y entró - Ahora, tengo una pregunta para ti.
- Dispara.
- ¿Por qué me abrazaste?
- Pues... Digo... O sea... Sabes la... La cosa es que...
- ¿Puedes decir algo que te pueda entender?
- Bueno... Parecías tener frío... Y yo también... También tenía... Entonces...
- ¿Querías que me calentara con tu calor corporal y tú calentarte con el mío?
- Eso. Y necesitaba abrazarte.
- ¿Cómo?
- Ne-ce-si-ta-ba a-bra-zar-
- ¡Sí, idiota! Ya entendí. Pero, ¿por qué?
- Me sentía mal por lo ocurrido.
Nos bajamos del ascensor y caminamos hasta el comedor, pedimos nuestras tazas de chocolate y nos sentamos en unas de las muchas mesas que se encontraban allí.
ESTÁS LEYENDO
En la espera
RomanceSoy un chico como cualquier otro. Mis padres, realmente, no son mis padres; soy adoptado. Ellos deciden enviarme a un internado de chicos. Si tanto soy una molestia para ellos: ¿Para qué me adoptan? En fin, el hecho es que tenía mi vida completame...