Mi primer viaje al zoológico.

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SP entra al zoológico junto a Sasha, ambos ajenos a toda la faramalla creada a partir de una simple sonrisa que para SP fue sólo un gesto de amistad, pero para el policía de la entrada fue una amenaza.

-Y ¿qué es un zoológico, Sasha?-pregunta SP mirando hacia todos lados. Están en la zona de comida así que no hay nada importante que ver aun, sólo unos carteles de McDonald's y La Casa del Pastor.

-Pronto lo verás-contesta Sasha y le sonríe a SP. Está casi seguro que le encantará.

-Bueno.

Caminan hacia la izquierda en una intersección y entran a Bosques Templados. Las primeras jaulas están vacías y el polvo acumulado y las hojas sin barrer dan una imagen que podría asemejarse a una prisión abandonada, la cual no estaría muy lejana a la realidad.

-¿Tienes frío?-pregunta Sasha mirando que SP se masajea los hombros antes de quitarse las gafas oscuras y guardarlas en la bolsa de canguro de la sudadera.

-Poquito. Creo que debí ponerme pantalón porque el short hace que el aire...-su voz se corta al momento que sus ojos se abren casi al doble de su tamaño-. ¿Quién... es... él?

-Es un...-Sasha se asoma al cartel junto a la jaula-Jaguar negro. Vive principalmente en la zona de Chiapas y al Sur de México. Come animales pequeños como aves, mamíferos y algunas veces serpientes.

-Es tan... y tiene orejas como yo y su... se balancea porque... y es muy grande como... se parece a mí pero muy grande y viene para acá.

El enorme jaguar baja de la rama sobre la cual descansa. Camina elegantemente, una pata frente a la otra mientras que sus omóplatos suben y bajan cómo olas negras. Sus ojos verdosos miran el cristal de un lado a otro hasta posarse en los de SP-1071. Entonces su andar cambia a uno más lento, agacha la cabeza y pliega las orejas sobre su cráneo. Sus enormes patas acolchadas aplastan la hierba bajo sus almohadillas. Cuando su cabeza toca el cristal, sus cuartos traseros bajan y se queda sentado. La cabeza de SP le llega al pecho y tiene que apartarse un poco de cabello de los ojos para poder verlo completamente. El chico está boquiabierto, pequeñas nubecillas de vapor salen de su boca con cada exhalación. Su mandíbula tiembla un poco al ver al imponente jaguar que es una sombra con ojos verdes parado frente a él, un monumento a lo salvaje y a lo libre hecho en oro negro con ojos de esmeralda. Sasha se echa para atrás unos pasos para contemplar la escena.

"No son diferentes el uno al otro. Ambos nacieron en lugares dónde no correspondían; ese jaguar en el hospital veterinario del zoológico y SP en un laboratorio. Sus funciones principales eran la investigación, el entendimiento de algo superior y ese entendimiento se volvió algo más importa que ellos en sí-piensa Sasha al ver que SP pega la mano al cristal-. Alguien consideró que era más importante saber de la especie que la especie en sí. Y quizás por eso se miran de tal manera-el jaguar pone su enorme cráneo frente a la mano de SP. Su nariz saca aire tibio que empaña el cristal y hace ver lo grueso que es-, porque han vivido lo mismo y lo ven en los ojos del otro. Ven esa libertad arrebatada, ese salvaje dentro de ellos que duerme encadenado. Ven la sinfonía dentro de ellos condenada a repetir las mismas notas una y otra vez en lugar de hacer sonar todo el repertorio. Ven un oscuro paraíso en unos ojos que, sin saberlo, sueñan con algo más que una vitrina vacía y una jaula abandonada. No saben que hay fuera de la jaula, pero saben que es algo mejor, algo que quieren y que merecen. Quieren su vida de nuevo, quieren tomar decisiones y cometer errores que aunque sean errores terribles y fatales, son mejores que vivir en una seguridad monótona".

SP retira la mano antes de mirar a Sasha con los ojos desnudos. Es increíble lo que una simple mirada puede comunicar.

-Me gusta el jaguar.

De Felinos y Hombres Donde viven las historias. Descúbrelo ahora