Sasha iba por otro vaso de agua. El sol comenzaba a ocultarse tras su ventana y la luz se hizo azulada. Camina hacia la cocina y abre, por tercera vez, el grifo de metal. Mientras se llena mira los platos –por tercera vez- aun sin lavar y con los restos de sándwich de atuncito. Sacude la cabeza y retira el vaso. Le da un sorbito y se atraganta cuando el sonido de un teléfono rompe el silencio de la casa.
Su corazón se agita cuando corre hacia la sala para coger el teléfono. Tose para sacar el agua y trata de recordar dónde dejó las llaves del coche para ir por SP en ese preciso momento. Debe tener hambre pues ya casi es hora de la cena y él sólo ha desayunado. Levanta el auricular y sostiene la respiración un segundo antes de decir:
-¿Si?
-Hola, Sasha.
-...Hola-responde él sin estar seguro que sean los del Ministerio Público aunque la voz le suena conocida-, ¿quién es?
-¿Ya no te acuerdas de mí? Soy Delia.
-Oh... hola, ¿Qué tal?
-Nada, sólo quería llamar y...-ríe tristemente-, no sé hablar. Aunque no sé realmente por qué lo hago.
"Yo tampoco-piensa Sasha".
-¿De qué querías hablar?
-No sé-contesta seguido de un largo silencio.
-Si no sabes para qué quieres llamar, ¿entonces para qué lo haces?-pregunta Sasha molesto.
-¡Lo siento! Pero, uf, quería arreglar esto. Sé que no fui justa contigo antes y que dije cosas que no estando enojada jamás habría dicho. Te lastimé y quiero pedirte perdón por eso.
-Estás perdonada-agrega Sasha sin saber cómo terminar esa llamada inútil que está saturando su línea impidiéndole saber si SP ya está a salvo.
-Ugh, si supiera que te pondrías así de nefasto, ni siquiera me molesto en llamarte.
-¿Nefasto yo? Tú eres quien tiene la actitud más horrible y tediosa aquí. Aun cuando pides perdón parece que quieres resultar la víctima en todo. Y perdón si no te digo lo que estás esperando.
-¿Y qué, según tú, estoy esperando?
-Que te diga: "sí, mi amor, no pasa nada, estás perdonada, volvamos a ser novios y olvidemos esta tonta pelea. Perdóname a mí por ser un idiota antes". ¿Pero sabes qué? Al cuerno con eso. Acepto tus disculpas, pero no pienses que quiero regresar contigo. Eso jamás.
-Yo no dije que quería regresar contigo, ni siquiera lo pensé.
-Si lo pensaste o no me importa un bledo. Adiós, estoy esperando una llamada y tú la estás interrumpiendo.
-Eres un maricón.
-Ojalá no te hubiera conocido jamás.
Sasha cuelga tan fuerte que el vaso de agua que ha dejado al tomar el teléfono cae de la mesa con un sonido agudo. El agua se desparrama por todas partes y maldice ácidamente antes de ir a la cocina por un paño. Regresa y levanta los trozos de cristal más grandes poniéndolos aparte. Pasa el paño por el agua y rápidamente se llena. Regresa a la cocina para exprimirlo y tirar los pedazos de cristal y regresa a limpiar el agua restante. Estira la mano debajo del sillón y siente golpear algo con los nudillos.
-¿Eh?-extiende los dedos y toca algo metálico y frío. Lo saca a la luz y nota que es la pistola con la que le apuntara a SP el momento en que lo vio. La primera vez que vio esas orejas y esa cola negra moviéndose como una serpiente. La toma de la cacha y siente su peso peculiar.
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De Felinos y Hombres
Teen Fiction¿Qué sucede cuando encuentras a alguien que es diferente a ti? ¿Qué haces cuando ese alguien tiene cola y orejas? ¿Qué pasa cuando intentan arrebatártelo? La historia de como un chico gato pasó de ser un lienzo en blanco a una obra de arte. Las cos...