Sonríe.

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Sasha se despierta con los ojos rojos este día. Más que por llorar, por la falta de sueño. Ha pasado la noche entera pensando en Delia y en las cosas que ya no podría hacer junto a ella. Camina desde la ducha a s cuarto y mira que SP siga dormido antes de cambiarse. La luna es sólo una tajada en el cielo, cómo si alguien hubiera lanzado una daga y lo hubiera cortado dejando pasar sólo un poco de la luz detrás de él. Se pone una chamarra y se la cierra hasta el cuello. El frío se pega a su piel cómo si fuera miel, entra en los huecos de su ropa y lo hace expulsar nubecillas de vapor cuando sale de la casa. En el radio ya mencionan los eventos del viernes.

"...una gran celebración, sin duda. Los hoteles que rodean la plaza de la Constitución comienzan a llenarse así que si planea quedarse en uno será mejor que haga su reservación pronto.

Será algo diferente a los años anteriores, pues se espera un espectáculo de láser con música electrónica, algunas páginas oficiales mencionan que será algo así cómo un rave. Cuando esto termine, será el Grito de Independencia con la solemnidad que le corresponde junto con la banda militar tocando el himno nacional, para culminar con, y no es broma, media tonelada de fuegos artificiales. Se espera que lleguen personas de toda la República.

Al día siguiente será el desfile militar por lo que desde hace una semana podemos apreciar la movilización de tropas de varias guarniciones del país. Yo no sé ustedes, pero a mí me da pavor ir en Insurgentes y ver junto a mí un tanque sobre una grúa. Tuitéanos si tú vas a ir usando el hashtag Omega te escucha. Ahora disfruta de la mejor música traída a ti por Omega".

Luego de esto se escucha un aullido de lobo y la canción Ravers Fantasy.

"Tengo que reservar un cuarto antes de que se acaben –piensa Sasha-, llegando a la escuela utilizaré una computadora y lo alquilaré con la tarjeta de crédito. ¿Cómo es ese dicho? ¿Mejor que pedir perdón que permiso? Pues bueno, ya veré cómo se los regreso a mis papás."

Maneja por el pesado tráfico matutino entre luces artificiales y sombras que bailan entre coche y coche hasta llegar al estacionamiento de la escuela. Se baja y camina con paso inseguro bajo el escudo de la escuela, el lobo con las dos flechas cruzadas. No quiere toparse con Delia, de verdad no quiere. Se asoma por los pasillos y camina rápidamente de una esquina a otra cómo si fuera un bandido que se mueve entre sombras. Afuera la luna ha bajado y el cielo es de color gris. Cruza el laboratorio de biología y se da cuenta de que SP salió de un laboratorio igual a ese en alguna parte de México. Se estremece ante esa idea y sigue caminando. Camina por un largo pasillo hasta llegar al laboratorio de computación. Se sienta frente al descomunal Mac y pone en el buscador "Gran Hotel de la Ciudad de México". La página está adornada de color verde, blanco y rojo y un enorme botón reza "Reserva tu habitación antes del diez de septiembre y obtén un quince por ciento de descuento". Sasha lo descarta y pone en reservar habitación, la página le pide la clave de su tarjeta y sus últimos dígitos, él los introduce y espera en lo que la transacción se desarrolla. Sólo quedaban suites en los pisos superiores –los más caros- y por una noche tiene que pagar cuatro mil pesos por persona. Sasha duda por un instante con el dedo sobre el ratón. Es una fuerte cantidad y no sabe si pedir perdón sea su mejor seguro en estos momentos. Es decir ¿ocho mil pesos sólo por una cena y para dormir?

Entonces escucha una voz detrás de él que le hace pulsar el botón que dice "comprar" seguido del de "imprimir recibo". Sin mirar a las dos sombras que se apretujan en una computadora en la esquina se acerca a la mujer que le cobra la impresión sentada frente a su propia computadora.

-Vaya, ¿irás al Gran Hotel? Dicen que es muy bonito-dice la mujer mientras la impresora gruñe mecánicamente.

-Sí, voy a ir con otra persona. Quiero que sea una experiencia.

De Felinos y Hombres Donde viven las historias. Descúbrelo ahora