Prólogo.

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Lily

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Lily.


Seis años atrás.


No es primera vez que vengo a una discoteca, antes de mi cumpleaños tenía una identificación falsa. Pero sí es primera vez que un chico al otro lado del lugar me mira con tanta intensidad que no logro dejar de buscarlo con la vista.

Es mayor que yo, de eso no hay duda. Sus ojos negros recorren todo mi cuerpo, gracias al cielo decidí ponerme una linda falta con top, porque esta noche me siento sexy.

Sonrío porque Samanta me ha dicho algo, esta noche ella también se ve hermosa. Ella es mi mejor amiga desde la primaria, y no me veo haciendo nada sin ella o mamá.

—¡Lily! —la voz de Alonso me distrae.

He venido a celebrar mi cumpleaños con los chicos de mi escuela secundaria, es el único circulo social que conozco.

—Viniste —le sonrío amplio.

Alonso es un chico que ha estudiado con nosotras desde hace años, aún así, no lo considero mi amigo cercano.

—¿Cómo me lo pierdo? La primera vez que entras a una disco siendo legal, eso es algo que nunca pensé ver —ambos reímos.

Pero esa sensación de que alguien nos está observando sigue distrayéndome. Volteo la cabeza a la derecha para volver a topar la vista con el hombre sentado en la zona VIP.

Siento algo en la nuca que nunca había experimentado, de repente mi cuerpo arde en llamas y él solo me está observando ¿Eso es normal? He tenido relaciones dos veces, pero aún no he llegado a ese nivel que todos hablan donde las piernas tiemblan y te sientes liberada.

Con los dos chicos que he estado solo se han concentrado en acabar ellos y eso me quitó por completo el interés en el sexo.

Pero algo dentro de mí quiere tener a ese hombre tocándome y gimiendo, puedo jurar que él sí podría hacerme gritar de placer.

El moreno lleva el vaso de algo marrón que está bebiendo y cuando lo baja puedo observar una sonrisa pícara en sus labios a pesar de estar oscuro. Está sentado como si fuese el puto rey de este lugar.

Se levanta de su asiento y me da una señal con la cabeza, se dirige al pasillo donde están los baños.

—Ya regreso, voy al baño— le digo a mi mejor amiga.

—Te acompaño— contesta ella.

—No — me apresuro a decir — Es rápido, además hay que hace fila y todo eso—le sonrío.

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