Sam y yo vivimos tanto tiempo solas que normalmente desconfiaría de cualquier persona que me dejara encerrada en una habitación. Vivíamos en un barrio peligroso, y luego que mi madre falleció solo fuimos ella y yo para todo, por lo menos hasta que llegó Alexander a su vida y eso nos trajo una pequeña familia.
Aun así aquí estoy sentada frente a un hombre que si me quiere asfixiar solo basta unos minutos y ni me he molestado en percatarme del anillo y collar que compartimos mi mejor amiga y yo. Son unos accesorios que compramos hace cuatro años, el anillo tiene una mini navaja que se extiende si le apretamos un botón y el collar se le desarma un extremo para mostrar una navaja aún más grande.
Pero la mirada oscura de Will no me da tanta desconfianza como para intentar usarlos ¿Por qué? No tengo ni puta idea, no sé porque simplemente confío en este hombre, y esta es la segunda prueba de destino.
—¿Puedes dejar de ser tan misterioso? Me pone nerviosa — soy yo quien rompe el silencio entre nosotros.
Él suspira, mira por la puerta transparente del balcón y vuelve a observarme.
—Me conoces como lo que yo quiero que todos vean. No te dije nada antes porque pensé que Alexander te había dicho, no imagine que te dejara venir aquí sin decírtelo, pero fue real cuando me comento que esto debías saberlo por mi y no por él.
Arrugo las cejas y observo cada expresión de su rostro para intentar descifrar de lo que esta hablando. Sus rasgos están muy serios.
—Discúlpame William, pero no te estoy entendiendo —lo llamo por su nombre completo, porque justo ahora no lo siento como ese hombre que conocí en la casa de mi cuñado.
Suspira y me percato que lleva su mano derecha lentamente detrás de su espalda para sacar de la cinturilla de su pantalón un arma color plomo y colocarla en la mesita de noche.
Inmediatamente yo me levanto con el corazón latiendo en todo mi cuerpo, me alejo de él solo por inercia, porque la verdad no siento miedo.
—Las aerolíneas y todo lo demás son fachadas y empresas de lavado de dinero, Lilianna —habla en voz baja, pero por alguna razón siento su tono muy poderoso.
¿Lavado de dinero? Es imposible, no es real, esta bromeando. Un criminal no pinta paredes de la habitación de un bebé. No se ve Grey's anatomy con Sara en la cocina de Alex. No celebra la revelación de genero de su ahijada. Todo lo que he visto hacer a Will no es propio de un criminal.
Pero entonces...
Todo tiene sentido.
Esa aura peligrosa.
"—No lo parece, pero sí es, aunque se preocupa bastante por sus empleados, supongo que también debe ser así por su puesto"
Las palabras de Sofia retumban en mi cabeza.
"—Es la hermana del joven William y su mano derecha en todos los negocios. Salomé Zambrano."
"—Hay mucho que debes saber. Aunque creo que si no te han dicho es por algo."
Mi boca se seca e instintivamente sigo retrocediendo, mi respiración es irregular.
Lo que pasó con la mamá de Sam, no lo había procesado hasta ahora.
Miro el arma en la mesita de noche y luego su rostro inexpresivo. Esta vez si llevo la mano a mi collar.
—¿Qué eres? —pregunto con voz temblorosa. —No, ¿Quién eres? — me las arreglo para poder hablar.
Will se levanta de la cama con lentitud y las manos a la altura de sus hombros, debe ver en mi rostro la sorpresa, porque me mira como si estuviese estudiando cada uno de mis movimientos.
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At Night
RomanceEsa ciudad me asfixiaba. Cuando una de las personas más importantes en mi vida falleció me enamoré de mi trabajo, me hace volar a todas partes y volver a pasar tiempo con mi persona favorita. Pero hace tiempo que no quería volver, que solo quería ma...