14.- ¿Puedo confiar en ti?

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William.


No debí decirle que la recuerdo, ella va a querer explicaciones y la verdad no quiero dárselas.

No tiene que enterarse que me obsesioné, que soy una maldito psicópata, que la ha estado protegiendo por seis años. Puede que todo mi mundo lo ha tomado con calma, tal vez solo no le importa, pero es porque nada la ha relacionado directamente, estoy seguro que si se entera que la he tenido vigilada se va asustar.

Pero es que anoche fue tan fantástico que no pude simplemente quedarme callado. Me encantó volver a tenerla entre mis brazos. Cuando empezó a bailar y mover esa cadera frente a mi no pude controlarme.

Y en el momento que empezó a cantar esa maldita canción, sus labios, sus ojos, todo en ella me encanta, no puedo negarlo. Sin contar lo malditamente sexy que se le veía ese vestido, creo que podría catalogarlo como favorito.

Suspiro y llevo mi mano a su rostro, yo estoy de lado apoyando el codo en la almohada y la cabeza en mi mano. Mientras que Lilianna esta boca abajo con el rostro girado a donde yo estoy. El cabello lo tiene por la mitad del rostro, su espalda y parte de la almohada, se ve preciosa dormida, pacífica, está en un estado vulnerable completamente desnuda a mi lado y eso lo amo. Podría repetir esta escena mil veces.

Bajo la mano para acariciarle la espalda, luego el brazo que se pierde debajo de la almohada y regreso a su lindo rostro. Tiene unas facciones muy angelicales, nariz pequeña y redonda, ojos grandes, cachetes redondos, si la miras al rostro puede que te confunda su edad, porque vas a creer que tiene menos.

Desde la primera vez que la vi supe que era la mujer mas hermosa que ha pisado este planeta.

No estoy seguro que es lo que mas me atrae de ella, después de tantos años sigo sin identificar que es lo que me tiene como una polilla regresando a su luz. Solo sé que soy capaz de matar a quien le ponga un solo dedo encima, y eso para mi es demasiado peligroso. Tengo mucho poder, y querer usarlo todo para que ella siempre este cómoda y tranquila es bastante peligroso.

Aun así, si ella significa mi perdición, estaría encantado de seguir ardiendo en el maldito infierno.

Observo como arruga las cejas, luego abre los ojos muy lentamente, sus pestañas postizas son espesas, aun así puedo ver a la perfección sus lindos ojos marrones.

—Buenos días, nubecita —le doy una sonrisa.

Ella vuelve a pestañar para luego bostezar y darme una sonrisa de boca cerrada.

—Buenos días —su voz es ronca por el sueño.

Ella se voltea para estirarse, en el proceso parte de la sabana le cae y me deja ver unas de sus lindas tetas con el pezón duro.

Yo sonrío, extiendo la mano y le tomo el pecho para darle un pequeño apretón, llevar mis labios a su pezón y chuparlo. La sensación de su protuberancia en mi boca es delirante, sabe a gloria, su piel sabe y huele delicioso.

—¿Cómo dormiste? —pregunto aun desde mi posición entre sus pechos.

—Bien —bosteza —¿Tú como dormiste?

Me muevo para acercar mi boca a la suya y darle un beso rápido. Podría ser adicto a sus labios, se sienten suaves y cálidos.

—Dormí mas de cinco horas —es lo único que contesto.

—¿Eso quiere decir que dormiste bien? —pregunta.

—Sí— sonrío y luego le doy un beso en la nariz.

At NightDonde viven las historias. Descúbrelo ahora