Esa ciudad me asfixiaba.
Cuando una de las personas más importantes en mi vida falleció me enamoré de mi trabajo, me hace volar a todas partes y volver a pasar tiempo con mi persona favorita.
Pero hace tiempo que no quería volver, que solo quería ma...
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William.
Me falta el aire.
Todo lo que estoy experimentado con Lilianna hace que no pueda respirar bien debido a los sentimientos. Nunca me había sentido de esta forma.
Mi cabeza siempre está dando vueltas y me distrae tenerla tan cerca.
Siempre he tenido en cuenta que tenerla vigilada y con seguridad no está bien. Saber hasta lo que come no es sano, y lo sé. Esta obsesión que tengo por ella desde la primera noche que la vi y la tuve es lo mismo que por un tiempo me mantuvo lejos.
La veía tranquila, en una vida normal con un novio que aunque quería matar ella estaba bien.
Pero apenas supe que habían terminado, algo más allá que mi consciencia hizo todo lo posible por tenerla aquí cerca. Compré el maldito edificio donde vive aunque no tengo ni idea de como se administra una propiedad, le ofrecí un sueldo, horarios y puesto donde ella no podría negarse jamás. Moví cielo y tierra para tenerla conmigo.
No estaba en mis planes hacernos pasar por una pareja y mucho menos que le dispararan. Pero todo esto vino y ya simplemente no quiero tenerla fuera de mi zona.
Esta obsesión se ha intensificado más allá de algo físico, y todo esto hace que me sienta extraño, no puedo respirar con normalidad.
Y luego de verla arrodillada frente a mi mientras me la chupaba como una experta para luego tragarse mi semen ha hecho que no pueda controlarme. La atracción física que tenemos es demasiado fuerte, esto es una locura.
Necesito ir a trabajar e intentar estar alejando de ella, no quiero confundir las cosas. No quiero que mi mente enferma la confunda.
—¿Qué haces aquí solo? —me volteo para ver a Alexander entrando a la biblioteca.
Que es básicamente un espacio arriba de la cocina donde hay libreros del piso al techo, dos muebles, uno individual y un sofá cama que dan a la ventana que ahora tengo abierta mientras me fumo un cigarrillo.
—Necesito alejarme de Lily — digo apenas me percato que Sam y Lily suben a la segunda planta donde están las habitaciones.
—¿Por qué nos estamos escondiendo de Lily? —mi mejor amigo se acerca a mi para colocarse a mi lado.
Alexander es una persona muy seria, serena, educada, no tiene vicios, solo trabaja y es demasiado familiar. Es tan diferente a mi que ha hecho que nuestra amistad dure casi toda nuestra vida.
Yo por el contrario he tenido que fingir ser quien no soy para conseguir respeto en una organización que aunque aprendí a que me gustara, nunca la pedí.
