23.-Un nuevo comienzo.

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—¿Puedes dejar el pies tranquilo? — Sam coloca la mano en mi tobillo.

Suspiro y me relajo en el colchón.

Ambas estamos acostadas en la cama, solo que ella está con la cabeza del lado de los pies y yo en la almohada.

—El examen me tiene nerviosa —miro el techo blanco mientras suspiro.

Han pasado exactamente tres semanas desde el accidente y dos semanas y media durmiendo en la misma cama con William.

Samanta debe volver hoy en la noche porque ya ocupó todos sus días de vacaciones en el trabajo, y Alex regresó hace una semana porque se le presentó una emergencia.

Y yo mañana presento un examen on line para postular a la universidad y poder empezar a estudiar para ser piloto por fin.

Tengo buenos ahorros y a pesar de estar de reposo sigo recibiendo dinero del trabajo.

—Eres muy inteligente, Lily. Lo vas a lograr, ya pasaste la prueba una vez.

Sam abraza mi pierna y eso me hace reír. Amo pasar tiempo con ella, a pesar de la circunstancia.

—¿Y si no es así? ¿Y si esta vez no paso? En serio lo quiero.— muerdo mi uña.

Pero Sam se sienta y separa mi mano de la boca para llevarla a ella.

—Lo vas a lograr porque eres capaz de todo lo que te propongas —me sonríe.

Sam siempre fue un poco más serena que yo. A excepción del año pasado, solo que estaba en una situación que nos superaba a las dos.

Sus palabras aunque no sé si son ciertas me hacen sonreír.

—Sí es verdad —me siento también en la cama de frente a mi amiga —Somos capaces de todo —la tomo por el rostro —siempre lo hemos sido. —le sonrío.

Rie fuerte y me abraza.

—Ya mi vuelo sale dentro de 3 horas y el trafico de aquí es horrible, así que debo irme.  —se levanta y yo hago lo mismo.

—Te acompañaría, pero sabes que William anda muy intenso respecto a la herida.

Ya me quitaron las venda y la herida esta sanada, solo me quedará una cicatriz. Aún así William anda loco porque el hombro me duele a veces.

— No es necesario, los hombres de Will me van a llevar al aeropuerto.  —ambas caminamos a la planta baja.

—Cuídate mucho, te amo. Me avisas cuando llegues —le doy un fuerte abrazo.

—Me siento muy amada por ti— contesta.— Tú también cuídate mucho y también te amo demasiado — se separa para mirarme a los ojos — cualquier cosa no dudes en llamarme. Recuerda que en mi casa tienes un lugar seguro donde ir.

Mi pecho se calienta de amor y sonrío con cariño.

—Lo sé.  No te vas a librar de mi nunca —le doy un beso en la frente.

Sam me da un último abrazo y sale por la puerta dejándome sola en el departamento.

El lugar es enorme, pero no le había prestado atención porque siempre estoy acompañada. Ya me siento como en mi casa, aunque no lo sea.

William se ha comportado a la altura y ya no he intentado parar nada de lo que hago, pienso o digo y se siente de verdad bien.

Subo a la biblioteca con mi tablet para poder leer en digital un libro de física que aunque no es necesario aprenderlo, quiero hacerlo.

Me siento en el escritorio que William compró hace unos días para que yo pueda estudiar, saco unas hojas y un bolígrafo para ir anotando y resolviendo.

At NightDonde viven las historias. Descúbrelo ahora