William.
Los tacones de Salomé retumban a nuestro alrededor cuando entramos al club del jefe del cartel de Medellín, el hombre apenas tiene 30 años y es dueño de todo un imperio, claro esta siendo heredado por su padre al igual que yo.
Entramos a un salón VIP donde encontramos a otros cuatro hombres. Inmediatamente miro a mi alrededor para verificar el área y toco debajo de mi saco mi heckler & koch p30l.
Mi hermana no duda en dar un paso al frente con la cabeza en alto, ella ha luchado mucho por tener un puesto en este negocio de hombres y la admiro por eso.
No hay nadie mas aparte de los cuatro hombres y nosotros, no debí aceptar esto, me tiene con los pelos de punta, aunque nunca lo aceptare.
—Gómez —habla la mujer parándose frente a la mesa donde están todos. —Nos arriesgamos un mundo en venir aquí sin un solo guardaespaldas, estamos poniendo nuestra confianza en ti, espero que tú hagas lo mismo.
El hombre de cabello castaño claro le sonríe a mi hermana y puedo ver en sus ojos una chisma que no me agrada en absoluto.
—Usted debe ser Salomé Zambrano un gusto —Emiliano Gómez se levanta y le extiende la mano.
Ella la mira con desconfianza y luego la toma.
—No estamos aquí como una visita social, Gómez —esta vez hablo yo colocándome a un lado de mi hermana —Vinimos solo porque por teléfono no quisiste cuadrar nada y nos pediste esta prueba.
—Aquí nos tienes completamente solos a la cabeza de la organización, dime ¿Vas a permitir que tomemos la ruta de tu mercancía? —Salomé es directa.
Emiliano nos mira simultáneamente. Hasta ahora me doy cuenta del poder que irradia este hombre, este es el tipo de socios que me gusta tener.
—Realmente quieren tener esa ruta ¿No? Pensé que no serian capaces de esto—su acento paisa lo hace sentir amigable.
Y sí, queremos esa ruta porque así vamos a tener el control de todo Latinoamérica, y solo nos falta cubrir la ruta del colombiano.
—¿Para qué mentirte? Sí la queremos—le contesto.
—Armando Rodríguez no va a estar muy feliz por todo el poder que está obteniendo, Zambrano—me habla a mi refiriéndose a uno de los jefes de México.
Me encojo de hombros y le doy una sonrisa arrogante.
—Eso demuestra que soy capaz de hacer lo que él no hizo. ¿Nos vas a dar la ruta si o no? —vuelvo a preguntar.
—Se ganaron mis respetos al venir a un país diferente solo porque se los pedí. Mañana mismo les envío toda la información. —extiende su mano para sellar el trato.
Lucho con todas mis fuerzas para no sonreír.
—Estaré esperando —dice mi hermana —gracias por la confianza.
—Espero volverla a ver —ese brillo malicioso vuelve a sus ojos y luego desvía la vista a mi. —William, como favor le advierto que me han llegado rumores de que es gay, y no es de mi incumbencia, pero sabe lo homofóbico que es este mundo. Opino que es una completa mierda, que mientras haga bien su trabo no importa a quien se coja, pero posiblemente le harán un atentado para sacarlo del puesto.
—Sí a William lo intentan sacar saben que yo me haría cargo —defiende mi hermana.
—Disculpe por dar malas noticias, pero si no quieren ser liderados por un hombre gay ¿En serio dejaran que lo haga una mujer? —nos advierte.
Mi hermana y yo nos miramos ambos con las cejas arrugas, esto es una completa mierda.
—Gracias por la información, Gómez—es lo ultimo que digo antes de salir del lugar.
Solo hasta que estamos en el auto de camino al hotel cerca del aeropuerto con un cigarrillo en la menos miro a Salomé quien esta mirando por la ventana pensativa.
No puedo permitirme un ataque, mi padre y yo hemos luchado mucho por esto, tampoco puedo permitir que le hagan algún daño a mi hermana en el caso que ese complot sea cierto y ella se quede al frente, debo pensar en algo rápido.
—Es una completa mierda eso que te quieran fuera por una orientación sexual, ¿En que año estamos? ¿En los 60's? —Salomé dice con rabia. —Es demasiado injusto y estúpido —cuando me mira sus pupilas brillan con rabia.
Le tomo la mano y la llevo a mis labios para darle un beso.
—Relájate, voy a pensar en algo, por lo menos estamos a un paso de quienes quieran hacer eso, tenemos la información que es lo importante.—inhalo y exhalo lo ultimo del cigarro para apagarlo y dejarle en el cenicero.
—Debes empezar a tener citas —murmura.
Niego con la cabeza, porque no es lo que quiero. No quiero salir con nadie y menos por obligación.
Solo con una pelinegra que hice todo lo que esta a mi alcance para que ahora trabaje para mí, y me tiene obsesionado de una manera poco sana.
—Tienes razón —asiente con la cabeza —lo resolveremos.
Ahora que ya la reunión no esta en mi agenda, mi mente va a Lilianna, cuando me vio esta mañana no pudo ocultar su sorpresa, tuve que decirle que trabajaría para mi. Ahora su mente debe estar a mil por hora, apenas llegue al hotel iré a su habitación.
Miro por la ventana del auto y vuelvo a sentir ese sentimiento extraño en el pecho. He hecho que la sigan y protejan durante casi 7 años y eso a veces me llena de culpabilidad, aun así, nunca he llegado arrepentirme de nada.
Esa noche sentí tantas cosas que nunca mas la pude sacar de mi cabeza, no estoy seguro si fue su rechazo al salir corriendo del hotel, lo bien que se sentía estar dentro de ella, su hermoso rostro inocente o sus ojos brillantes luego del orgasmo.
Como dije, me tiene obsesionado de forma poca sana.
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At Night
RomanceEsa ciudad me asfixiaba. Cuando una de las personas más importantes en mi vida falleció me enamoré de mi trabajo, me hace volar a todas partes y volver a pasar tiempo con mi persona favorita. Pero hace tiempo que no quería volver, que solo quería ma...