Shameless¹ ── Theodore Nott

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[ London Knox ]

Pasaron dos días desde que Venezio se enteró, y golpeó a Theodore.

No volví a hablar con ninguno de los dos desde lo sucedido.

No porque no quisiera, sino porque no sabía que decirles.

Era totalmente mi culpa.

Si yo le hubiera hecho caso a Venezio, y no hubiera ido a esa maldita fiesta..

No hubiera besado a Theo, y no hubiera pasado todo lo que pasó desde entonces.

Él y yo no estaríamos juntos, pero ellos dos estarían bien ahora.

Me sentía tan culpable, tan idiota, entrometida, tan odiosa y despreciable.

Yo había arruinado todo.

Y lo peor era que no sabía que hacer, solo quería hacerme una bolita y llorar en mi cama.

No comía nada, casi no dormía, apenas tuve la suficiente conciencia como para poder prestar atención en las clases.

Fueron dos días horribles.

Lo único bueno fue que, luego de la pelea, fui al lago negro a llorar, y estaba Addeline, la chica del otro día, leyendo un libro.

En lugar de irse, o decirme que me fuera, ella se quedó conmigo, acompañándome mientras lloraba y me sentía la peor mierda del mundo.

Decía palabras bonitas, y me transmitió la confianza suficiente como para que le cuente lo que pasó.

Luego de eso, ella y Lena estuvieron conmigo, todo el día, decían que no era mi culpa, intentaban que yo comiera, me leían libros bonitos, y me hacían sentir más despejada de todo.

Hoy había tenido clases con Ravenclaw, donde estaba Addeline, luego de las clases, salimos juntas.

Hablamos mientras caminábamos por los pasillos, me contaba anécdotas graciosas con la intención de que yo me riera aunque sea un poco.

Sonreí mirándola.

──Addeline, gracias..

Ella me miró confundida.

──¿Por qué? No he hecho nada

──Si has hecho, eres mi amiga, y me ayudas a pesar de que nos conozcamos hace poco.. Me ayudas a despejarme de todo lo que estuvo pasando.

Ella sonrió y me abrazó.

──No tienes que agradecer, Lond, eso hacen las amigas.

Seguimos caminando, hasta que ella dijo que tenía hambre.

Le pedí que fuera ella sola al gran comedor, en un intento de evitar comer, un día más.

Ella me miró entrecerrando los ojos, y luego asintió, diciendo que luego me llevaría comida a mi habitación.

Nos separamos ahí, y yo me dirigí al patio.

Planeaba sentarme debajo de algún árbol, para ver a las demás personas ser felices y sin ningún problema visible.

Caminé lentamente, observando el árbol al cual iría.

Pensando en el desastre que hice, e intentando buscar alguna solución.

Estaba tan metida en mis pensamientos, que me asusté horrible cuando sentí a alguien levantarme del suelo.

Grité, hasta que vi que era Theo quien me abrazaba.