SORPRESA

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¿He dicho que estaba lista? ¿Lo había dicho? Pues ¡NO lo estoy para nada! Las manos me empezaban a sudar y los nervios me iban a provocar un infarto.

—Alteza—se acerca una mujer, la madre de Liam y me sobresalto—. Se ve hermosa.

—Mu-muchas gracias...—Agacho la cabeza.

Sus padres eran las últimas personas que quería ver después de la que lié la otra vez. Creo que debería disculparme...

—Majestad. Siento lo que pasó...

—Eso es agua pasada—me interrumpe —. Lo importante es que rectificaste, volviste y vas a casarte con mi hijo, futuro rey de Laslorv—esboza una falsa sonrisa.

—Sí...

Me lo han dicho quinientas veces pero, al asomarme y ver el altar de abajo y todos los preparativos, verme con él traje de novia... se hacía tan real que estaba al borde del desmayo.

—¿Sabes? Liam está súper emocionado. Le gustas mucho.

¿Cómo respondo a eso? ¿Cómo le digo que a mí su hijo no me interesa para nada? Y si le digo lo contrario ambas sabemos que es mentira.

—Yo...—carraspeo—También estoy emocionada—le devuelvo la falsa sonrisa.

—Ah, ¿Sí?

—Sí... Liam... Liam es el hombre perfecto.

No es del todo mentira. A Liam se le da bien prácticamente todo y es muy atento y cariñoso... Si no me hubiera traicionado trayéndome al palacio igual le hubiera dicho «perfecto» al 100%.

—Si es perfecto... ¿Por qué huiste la otra vez?

—Me... Me entró el pánico y no supe... Fui inmadura y...

—Bueno, bueno—me interrumpe—. Veo que te pones nerviosa. Mejor dejemos el pasado como está y escuchemos todos ese «Sí quiero» en el altar.

Dicho esto, se marchó.

«Estúpida...». Qué. Asco. De. Suegra. Se notaba en su tono y en la pregunta sus intenciones. Ha sido muy obvia.

No me dio tiempo a pensar en nada más cuando escuché el peor ruido de todos: las campanadas. Ay no. «Esto está siendo demasiado real. Quiero irme». Sentía que me quedaba sin oxígeno—y no de la forma en la que perdía el oxígeno con Zack en la cama—, no, este era peor. Vi que todos se colocaron en sus respectivos sitios y mi padre se acercó a mí.

—¿Vamos, Belia?—Me ofreció su brazo, yo asentí y lo agarré.

Fuimos hasta abajo del todo. Ver a Liam en el altar hizo que mis nervios explotaran. «Esto va a pasar. Creo que voy a vomitar.»

Ni se te ocurra vomitar sobre este vestido, y menos delante de todos.¿No lo expulsaste ya todo esta mañana?

Creo que aún habiéndolo expulsado todo, puedo vomitar más. Pero contengo mis ganas.

Ha sido un poco erróneo colocar el altar en la puerta teniendo en cuenta que empezaba a llover.«Interesante que ahora que odio la lluvia, esté lloviendo en el día más desgraciado de mi vida». Recorro el pasillo hasta llegar a la puerta y subo al pequeño pedestal. Mi padre me suelta y se sienta. Un par de mujeres tuvieron que quitarme el tren del vestido para que la lluvia no lo mojara. Miré al frente y vi a Liam esbozando una leve sonrisa. Ambos sabíamos que esto no lo quería y eso lo incomodaba.

—Estás preciosa...

—Gracias...

La ceremonia da comienzo y vuelven mis ganas de vomitar.

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