BODA Y DESCENDENCIA NO DESEADA

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Mi madre cambia su expresión y se vuelve seria y fría—básicamente su estado natural, solo se pone esa máscara de pura amabilidad con los demás para conseguir lo que quiere—. Me mira casi matándome con la mirada.

«Si las miradas matasen, yo estaría ya más que muerta y enterrada.»

—¿Se puede saber qué te pasa?—Se acerca a mí y me agarra del brazo bruscamente. Pero por experiencia (y miedo) no me aparto—¿Sabes la vergüenza y deshonra que has causado a esta familia? De no ser por Liam, estaríamos hundidos en la miseria.

«Y eso es lo que te mereces por zorra.»

Quise decirlo pero no encontraba mis cuerdas vocales. El haber estado tanto tiempo sin verla, ahora me impactaba más como si todos mis recuerdos volviesen de golpe.

—Gracias a los dioses, su familia nos ha dado otra oportunidad, de nuevo gracias a Liam. Mañana tú y Liam os casaréis y ya no hay escape que valga.

«Desde luego que no habrá escape y cómo no mi madre casándome en contra de mis deseos.»

—Y no solo eso. Hemos estado sus padres y nosotros yendo al templo muchas veces... ¿Sabes lo que significa?

Oh oh.

Que ambas familias se reúnan para ir al templo quiere decir que buscan descendencia con mucha urgencia. Y si han ido tantas veces... «Por favor que los dioses declinen sus rezos.»

—Esta misma noche... Liam y tú vais a  consumar el matrimonio por adelantado. Y más te vale llegar al altar con buenas noticias. Liam es el más adecuado para tu descendencia.

«Si esperas que en una noche me quede preñada después de las numerosas veces que lo hice con Zack...»

—Asiente si estás de acuerdo, porque sabes qué consecuencias puedes tener si te niegas, Belia.

Por pavor, asiento lentamente muy encontra de mi voluntad.

—Espléndido. Ahora Margareth y Fabiola, que están encantadas de verte te ayudarán a arreglarte para esta noche porque...—arruga la nariz—apestas—. Te quiero bien arreglada para Liam.

«¿Qué esperas después de estar días en el bosque sin ducha?»

Ella sale del cuarto a la vez que Margareth y Fabiola entran. Ellas corren hacia mí y me abrazan.

—Alteza, no sabes cuánto la extrañábamos.

—Sí. Estábamos muy preocupadas.

Me da pena por Margareth y Fabiola. Ella no tienen la culpa de nada y siempre fueron buenas conmigo. Pero...

—Vamos. En cuanto vimos el caballo del señorito Liam, le hemos preparado un baño caliente. Y vaya realmente tiene las manos heladas—Fabiola me agarra de la mano y me acompaña al baño.

Me fijo en la ventana por la que me escapé de mi boda la otra vez, ahora le habían puesto barrotes a mis ventanas. «Lo tenías todo previsto ¿eh, madre?». En cuanto Fabiola me suelta y se marcha, yo me desnudo y me meto en la bañera. Hacía tiempo que no me daba un baño así. En casa de Zack había una diminuta ducha. El baño caliente, destensó todos mis músculos engarrotados y molidos. Por fin puedo relajarme un poco—y quitarme la mugre de encima—.

Al cabo de un buen rato, salí del baño y veo que me habían dejado una lencería bastante ligera y con mucho escote. ¿Por qué todos quieren que Liam me embarace? Si tuviera hijos sería solo con... Ese alguien. A regañadientes me lo pongo y me tumbo en mi cómoda cama, era lo único que extrañaba del palacio, mi mullidita cama toda para mí sola. Y después de dormir en el bosque, mi cuerpo lo agradeció, hasta que un rato después, Liam entró.

¿Lo raro? No estaba nerviosa. Estaba furiosa.

—Hola, Belia...

—Ni me hables—le corto—. Sé a qué te han mandado y...

—No voy a acostarme contigo, Belia—me interrumpe. Eso me tomó por sorpresa. Él se acerca y se sienta en el borde de la cama—. No me malinterpretes, me encantaría hacerlo, quitarte esa lencería que me está provocando y tener descendencia tuya sería un sueño cumplido. Pero no voy a hacerlo si no quieres.

Apuesto a que si Zack te hubiera dicho eso de: «Me encantaría hacerlo, quitarte esa lencería que me está provocando», te hubieras ruborizado hasta parecer un tomate. Y con Liam no, qué cosas.

Se me escapa una risa seca.

—¿Ahora te importa lo que quiero?—Me incorporo—. Te he suplicado que no me trajeras al palacio ¡Y has hecho todo lo contrario!

—Solo cumplía órdenes.

Aunque las órdenes de los reyes estén por encima de los deseos de Liam...

—Por lo menos podrías habérmelo dicho.

—¿Si te hubiera dicho que lamentándolo mucho, tenía que traerte al palacio en contra de tu voluntad porque así me lo ordenaron, hubieras aceptado? ¿Hubieras subido al caballo?—Enarca una ceja.

—¡No!

—Pues por eso.

Hubo un momento de silencio.

—Y ahora ¿Qué hacemos? Nuestros padres han ido al templo y le han rogado a los dioses por nuestra descendencia. Y mi madre espera que yo llegue al altar con buenas noticias... —le miro de reojo.

—No lo sé...—pasa la mano por su cabello—¿Mentir, supongo? Siempre podemos fingir que lo hemos hecho pero que los dioses no escucharon las súplicas de nuestros padres...

—¿Harías eso?—Enarco una ceja—¿Mentirías por mí?

—Sí... Es lo mínimo que puedo hacer por ti después de todo lo que ha pasado.—hace una pausa—. Igualmente mañana...

—Por favor, no me hables de mañana.—le corto—. No me malinterpretes. Ya te lo expliqué la otra vez. Sabes que te tengo cariño pero no de ese modo.

—Lo sé.

De nuevo reinó el silencio y yo ya no sabía qué más decir.

—Si no te importa. Puedo pasar aquí la noche. Quizá sea más creíble para decir que lo hicimos.

«Con tal de NO hacerlo y mentir a mi madre, dándole malas noticias. Lo que sea.»

—Vale—asiento y le hago un hueco a Liam. Él con delicadeza se tumbó a un lado de la cama—Liam...¿Te quedas para fingir que hemos follado o para asegurarte de que no me escape de nuevo?—entrecierro los ojos, mirándole.

Él se ríe. Cree que lo preguntaba en broma, pero no lo era.

—La primera opción. Los demás se encargaron de la segunda.

—Lo suponía—me dejo caer en la cama y ruedo hasta el otro borde de la cama.

Cada uno durmió en un lateral de la cama, evitando el mayor roce posible.
Pero yo solo podía pensar en Zack, ¿Guardó de verdad todos estos años el chubasquero que le di? No lo puedo creer. Siempre logra sorprenderme con todo lo que hace.

Miro hacia mi ventana por la que antes solía escaparme, pero ahora tiene barrotes.«Malditos rencorosos.»

También pensaba en la boda de mañana, en cómo cambiará mi vida por completo para siempre. Finalmente mi madre logró lo que quería: unir reinos y arruinarme la vida. Me pregunto ¿Cómo se sentirá Liam con todo esto? Quiero decir, él sí me ama y quiere casarse conmigo y tener descendencia mía. Pero sabe que yo no...

Vale. Ahora lo entiendo. A Liam le pasa lo mismo que me pasa a mí con Zack. Ambos amamos y deseamos a una persona a la que no podemos tener o no nos ama. En el caso de Liam, él sí me tendrá—en contra de mi voluntad—pero me tendrá. Yo no. Yo sólo puedo asumir que Zack no me quiere en su vida y recordar nuestros bonitos momentos. Fin. Vaya historia de mierda. Y no puedo pagar mis frustraciones con Liam porque sería injusto para él. Y tampoco puedo pedirle el divorcio o de lo contrario me decapitarían, y no me gusta mi vida actual pero aún no quiero morir, gracias.

No sé si fue el cansancio, el baño caliente, mi cómoda camita—o quizá un conjunto de todo ello—, pero pude conciliar el sueño contra todo pronóstico.

Bueno... Adiós Zack, Hola Liam y hola nueva vida.

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