3

427 66 31
                                    

Como cada mañana, me levanto, bajo ya bañado y tomo mi desayuno, subo a mi cuarto, me lavo los dientes, tomo la mochila y me dispongo a ir a clases, por las mañanas el chofer me lleva, solo por las tardes regreso en autobús, porque camino de la escuela al hospital y dependiendo de la tarea es mi horario para regresar a casa.

Soy un niño rico, pero mamá me enseñó a no ser petulante, agradezco el desayuno y trato con respeto a las personas, pero no sé cocinar, no levanto mi cuarto, no lo aseo, no sé hacer ningún deber de casa, por eso estudio, no soy el mejor en clase, pero sin duda tengo buenas calificaciones, pues estoy dentro de los cinco mejores. Entro a la escuela y saludo a algunos compañeros hasta adentrarme al salón, por la ventana puedo ver a Jungkook, del cual ahora sé su nombre.

Cada jueves lo veo desde la ventana de mi salón, mi primera hora es historia, pero para él son deportes, es un chico que nunca falta, así que, aunque pongo atención a clase, no evito mirarlo de vez en cuando, es la única hora y día en la que odio que la clase se termine.

Salgo del salón sin prisas y me voy a mi siguiente clase, solo que me detengo cuando veo a Jungkook caminar hacía a mí, bueno tal vez solo venga en mi dirección, pero como buen adolescente hormonal, sueño con que viene a buscarme. Cuando se detiene justo frente a mí es cuando mis nervios se aceleran.

-Buenos días Jimin.

Me toma unos minutos hacer que mi cerebro le diga a mi boca que saque las palabras adecuadas, vamos Jimin tú puedes hacerlo.

-Bu-buenos días Jungkook.

-No estás golpeado... sin embargo, te cuesta hablar... ¿Será que quien produce ese efecto soy yo?

Me maldigo por dentro, que mal Jimin, no sabes disimular, eres pésimo en eso.

-N-no.

-Qué pena. Me hubiera gustado ser yo el motivo.

- ¿Por qué?

Vaya algo sin tartamudear, bien Jimin, sigue así.

-Porque eres lindo y quería invitarte a salir mañana, saliendo de la escuela, pero si te soy indiferente, seguro me rechazarás.

-Q-que yo qué... que tú quieres... por qué.

Jungkook comienza a reírse y yo solo bajo la mirada al sentir mis mejillas enrojecer a su máximo esplendor, muerdo mi labio inferior por la comisura y no puedo evitar las ganas de llorar por lo frustrante que es sentirme un completo idiota frente al chico que me gusta.

Pero siento que mi cuerpo se enfría cuando me sujeta del mentón para levantarlo.

-Lo dejaré en claro, me gustas. Quiero salir y conocerte, ¿Me das la oportunidad de hacerlo?

- ¿Yo?

Jungkook vuelve a sonreír y se acerca un poco más.

-No tienes que estar nervioso, solo quiero platicar, este lobo no te comerá.

Me guiñe el ojo y espera mi respuesta. Lo pienso, pero no por no querer salir con él sino por mi mami.

-Mañana, saliendo de la escuela te veo en los escalones de la entrada.

-Donde te salvé la vida ayer, eso me agrada. Te veo mañana Jimin, ahora corre porque llegaremos tarde a clases.

Miro a todos lados y no hay nadie en los pasillos salvo nosotros, abro los ojos, él hace los mismo y corremos en direcciones opuestas, solo que mi corazón bombea de emoción por Jungkook y no por miedo a ser reprendido una vez más.

A la hora de la salida de la escuela corro al hospital para ver a mi mami, aviento la mochila, la chaqueta y los zapatos.

- ¡Mami! ¡Tengo una cita! ¡Mañana tengo mi primera cita! ¡Con el chico del que te hablé ayer, mami, me invitó a salir!

Seamos InfinitosDonde viven las historias. Descúbrelo ahora