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Como siempre... no, no siempre, pero voy atrasado para entrar a clases, sé que seré regañado porque llevo el uniforme de deportes, me quise bañar en las duchas, tenemos tiempo suficiente, pero el profesor me pidió guardar los balones y la red en su lugar, me gusta ayudar, además de que, no me gusta bañarme frente a todos, tal vez la gente lo vea muy normal, pero pese a que hay cubículos, muchos de los chicos se pasean desnudos y es algo que no me gusta y sí, lo evito.

No tengo un cuerpo atlético y de repente me gusta comer mucho y hay ciertos rollitos que sobre salen en mi cuerpo, tiendo a subir y bajar de peso, pero adoro comer lo que me gusta, supongo que empezaré a bajar de peso ya que mi mami no podrá hacerme postres ahora.

Voy corriendo, con mi mochila en el hombro, dos, tres están corriendo por los pasillos igual que yo, paso por un salón y alguien topa conmigo, sino estuviera corriendo seguro no me pasaría esto. Caigo al piso y he dado una voltereta poniendo la cabeza en el suelo, dejándome caer sobre la espalda, así que ahora estoy boca arriba, desorientado y con dolor.

-Rayos... ¿Estás bien?

La rodilla y la cabeza me duelen. Abro los ojos y siento mi cuerpo arder, al igual que mis mejillas.

-Tranquilo, yo te ayudo.

Un chico me toma de la mano para jalar mi brazo y de un tirón me levanta, camino dos pasos, solo que los doy cojeando, se detiene, me observa y me alza en brazos, para llevarme dentro del salón, ese de donde él ha salido, me deja sentado en el escritorio y yo no digo nada, estoy apenado y jodidamente excitado. Es que es guapísimo.

- ¿Te duele mucho?

Volteo hacia abajo y mi rodilla está raspada. Me fijo en cómo vengo vestido y es el short y la camiseta sin mangas por lo que, no sé qué cubrirme si las piernas o solo bajar los brazos para que no vea mis rollitos.

-Mmm ¿Debo llevarte a la enfermería?

-No, estoy bien, lo siento.

Me sobo la cabeza de la parte trasera y el chico se acerca a mí para supervisar mi cabeza, pero al hacerlo puedo oler lo bien que huele, mi corazón empieza a hacer un traqueteo que siento en todo mi cuerpo, me dio miedo que se acercara demasiado a mí, así que puse mis manos como para alejarlo, pero al hacerlo he tocado su abdomen y su pecho, que lo tiene fuerte, estoy seguro que él no tiene rollitos. Suspiro algo frustrado.

-No tienes sangre en la cabeza, pero creo que será mejor ir a la enfermería. Tardaste en reaccionar.

Solo lo miro, es muy guapo, lo he visto por ahí, pero nunca había conversado con él, sé que es un grado mayor que el mío, tiene unos ojos hermosos y su voz sin duda me ha seducido. Se vuelve a acercar a mí, siento que mi cuerpo reacciona a su sola presencia, nunca me había pasado y estoy en shock.

Entre cierra los ojos para mirarme, ¿Acaso está leyendo mis pensamientos? Entonces abro los ojos y grito.

- ¡Oye!

Le doy un manotazo cuando ha tocado mi rodilla lastimada.

-Lo siento, pero en verdad me preocupa que no me respondes de inmediato.

-Ni que fueras mi amo como para contestarte así, solo estoy muy adolorido.

- ¿Tu amo? ¿Te van esas cosas pequeño?

Abro los ojos asombrado tanto por la sorpresa del hilo a donde fueron sus pensamientos, así como de la profundidad y sensualidad del cómo lo dice.

Lo aparto a un lado y me bajo de un brinco del escritorio, busco mi mochila que no la veo por ningún lado, camino todavía con un poco de dolor, en la rodilla principalmente y salgo del salón, solo que antes de salir, me volteo a mirarlo.

-No soy un pequeño, solo eres un grado mayor que yo, no te creas la gran cosa y hazme el favor de fijarte antes de salir de los salones, para que no vuelvas a mandar a volar a nadie.

Salgo del salón y tomo mi mochila que está afuera en el suelo, la levanto y sacudo un poco, vuelvo a mirarlo y le enseño la lengua y sigo mi camino, solo que ya no corro, porque me duele la rodilla y de todas maneras ya llegué tarde y no me dejarán entrar a clases.

Puchereo y me voy a la biblioteca a hacer tarea, hoy debo salir pronto de la escuela.

A la siguiente clase si entro, me ha dado tiempo de terminar la tarea, solo me cambio el uniforme, pero me he puesto una bandita que traía en la mochila, no es como si siempre tuviera accidentes, pero si suelo caerme ocasionalmente, debo recordar guardar más banditas en la mochila, al igual que alcohol y pomada... de acuerdo sí, me caigo muy seguido, intento ser cuidadoso, pero siempre ocurre algo.

La clase termina y es la última, así que, tomo todas mis cosas, las meto en la mochila y salgo corriendo, ya casi a punto de salir y bajar los últimos escalones, alguien me sujeta del brazo y echa mi cuerpo para atrás, resbalo y caigo de nalgas.

- ¡Ay!

Levanto la mirada y es otra vez el mismo chico que me tiró hace un par de horas.

- ¿¡Qué te pasa!? ¿¡El plan de hoy es tirar a Jimin o qué!?

-Mira pequeño, lo de hace un rato fue un accidente, yo también iba tarde a clase y lo de ahora, deberías agradecerme.

-Agradecer ¿Qué? ¡El trasero me duele horrible!

Me toma del brazo con fuerza y me levanta, me empuja hacia las escaleras, siento un calor ascender en mi estómago del miedo al pensar que me va a aventar por ellas. Solo son cinco escalones, pero el madrazo que me llegue a poner, será poco, comparado con el sentón que me he dado ya. Pero no, no me suelta.

-Mira pequeño, no me conoces y por eso no haré un escándalo por ello, pero fíjate que hay refresco tirado en ellas, si hubieras resbalado por culpa de eso, te juro que hasta te habrías abierto la cabeza.

Miro hacia abajo y sí, es refresco de uva el que está ahí, el señor del aseo se acerca con su carrito amarillo, pidiendo permiso.

-Qué suerte que no haya caído nadie.

Y se pone a limpiar. De acuerdo, pero me asusté y me duele el trasero. Lo miro una vez que me aleja nuevamente de las escaleras y se cruza de brazos frente a mí.

-Lo siento... me asusté... gracias.

Suspira y cambia su postura, me extiende la mano en forma de saludo.

-Soy Jungkook, de verdad lamento haber chocado contigo hace rato. ¿Volvemos a empezar?

Respondo a su gesto, sonriendo y aprieto su mano.

-Jimin, un gusto.

- ¿Siempre estás corriendo?

-Mmm no, hoy fue un día pesado.

-Veo que mejoraste de la rodilla.

-La verdad no, es que debo correr para ir a ver a mi mamá, por eso tengo prisa, pero tendré más cuidado. Gracias por salvarme, nos vemos otro día Jungkook.

Le sonrío y bajo las escaleras con cuidado, fijándome de pisar bien y vuelvo a correr para salir de la escuela, quiero ver a mi mami.

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Y no dirán que empezamos bien no? Todo tranquilo todavía jajaja 

Sé que mis lunas más brillantes estarán por aquí reportándose como siempre, así que de antemano muchas gracias!!!

Como siempre les regalaré un par de capítulos y si vamos bien en votos y/o comentarios, publico otro en la semana. 

Las loveo!!!

Seamos InfinitosDonde viven las historias. Descúbrelo ahora