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Tae se levantó y yo lo seguí, llegamos a la cocina, Tae sacó huevo, leche, jamón del refrigerador y lo puso en la mesa que había dentro. También sacó una tabla de madera, cuchillo y un traste chico y redondo.

-Bien tu bate los huevos y corta el jamón en lo que yo pongo el café. Déjame ver, pero estoy seguro que, si hay azúcar, debe estar por aquí.... Sí, aquí está.

Tae me mira y luego las cosas que están en la mesa.

- ¿Te sientes mal?

-No.

-Entonces por qué no bates los huevos y cortas el jamón.

-... No sé hacerlo.

-... ¿Qué?

-... No sé cómo hacerlo... yo... nunca entré a la cocina, salvo para saber qué había de comer.

-...

Me muerdo el labio inferior y tomo dos huevos, uno en cada mano, solo los observo. Miro a Tae que casi se le cae la quijada solo de verme. Vuelvo a dejar los huevos en la mesa.

- ¿Sabes limpiar, barrer, lavar baños, lavar trastes? ¿Algo?

Solo niego con la cabeza.

-Ay por Dios, entonces tú... mmm ah...

-No sé hacer nada... salvo estudiar, soy bueno haciendo cuentas. Soy uno de los mejores en mi clase, bueno lo era.

-Nunca es tarde para aprender, y lo tendrás que hacer, deberás aprender, la leche del bebé tiene que ser con agua caliente, las papillas con verduras naturales, deberás aprender a hervirlas, no puedes darle siempre comida de frasco, aparte de que sale muy cara, deberás aprender a guisar para alimentarte, no te preocupes yo te enseñaré.

Tae se acerca, toma un huevo y lo golpea en el traste redondo, el huevo se rompe y lo vacía en el mismo traste, me da el otro huevo, lo tomo y hago según yo, lo mismo, solo que el huevo se rompe en mis manos, dejo caer el huevo en el traste, pero muchos pedazos blancos caen el traste, veo a Tae que no sabe si reír abiertamente u ocultarlo.

-Tranquilo, ten, toma el tenedor, saca los cascarones, y vuelve a intentarlo.

Hago lo que pide, saco los cascarones, pero los más pequeños, me cuestan trabajo ya que se giran y no los puedo sacar, cuando lo logro sigo con el siguiente huevo.

-Despacio, pusiste demasiada fuerza en el anterior.

Asiento con la cabeza y vuelvo a intentarlo, solo que esa vez le falta fuerza a mi brazo, lo hago y solo dos pedazos pequeños se caen. Sonrío al hacerlo mejor que la primera vez.

-Eso. Si puedes, poco a poco irás aprendiendo.

En un solo día Tae me enseña a tomar la escoba y a subir la basura o tierra en el recogedor, a prender la estufa, a lavar los platos, Tae se va cerca de las cinco de la tarde y yo trato de descansar en la cama, me cubro con una frazada, me hago bolita y me duermo, cerca de las ocho me despierto, me levanto y quiero tomar un poco de leche, así que tomo una taza y sirvo leche, encuentro el chocolate y le pongo una cucharada y la revuelvo, la meto en el micro y la caliento, me lo pienso un poquito, por ahí leí que el uso del micro ondas no es saludable, y quiero hacer las cosas bien para mi bebé, mañana en la mañana la calentaré en un recipiente.

Busco algo para cenar, un emparedado no se me hace mala idea, me lo preparo lo ceno, me lavo los dientes y me vuelvo a dormir, cuando amanece tengo hambre así que, esta vez voy a poner un café, vierto el agua en el recipiente y la pongo a calentar, intento preparar unos huevos como ayer, hoy se me dificulta más, muchos pedazos de cascaron se van en el traste, me estoy desesperando.

Seamos InfinitosDonde viven las historias. Descúbrelo ahora