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Tenemos de todo en este momento, queremos hacerlo, necesitamos hacerlo, nuestros cuerpos son los que hablan, son los que se necesitan, son los que se han extrañado, pero nuestros corazones son los que permiten esto, son los que desean esto, son los que se alimentan de esto.

Ninguno de los dos ha estado con nadie, Jungkook pudo estar con alguien por despecho, yo pude estar con algún cliente del restaurante, aquel que me invita una copa, aquel que espera mi hora de salida, pero si he dicho que no, es porque no quiero que otras manos que no sean las de Jungkook me toquen, no quiero otros labios sobre los míos, solo los de Kookie, no quiero ser de nadie más que de él.

Me incorporo un poco, solo para quitarme la camisa que solo está abierta, la aviento al piso, me espera, nos damos un tiempo, porque ambos sabemos que necesitamos calmarnos, está acostado junto a mí, los dos de costado, mirándonos.

- ¿Lo deseas? –Me pregunta.

-Te deseo.

Me sonríe, me muestra el condón y lo rasga, sin dejar de mirarme a los ojos, baja la mirada para colocarse el condón, me acaricia la pierna, nos besamos, con solo un poco más de calma, luego de unos minutos, pone su frente en la mía, cerrando ambos los ojos, se levanta y me coloco boca arriba, él entre mis piernas, me las abre.

-Si necesito prepararte más, avísame.

Asiento rápidamente y varias veces. Cae en mi cuerpo, se sujeta el miembro y lo va metiendo poco a poco, el más profundo placer siento, cierro los ojos deleitándome de su intromisión, si me duele, pero es satisfactorio.

- ¿Seguro que estás bien? Todo tu cuerpo está tenso... me estás apretando tanto...

Abro los ojos y él presiona sus ojos, le aprieto los brazos, sí, estoy tenso, es como hacerlo por primera vez otra vez, si contamos por día, ésta sería mi segunda vez, la primera la disfruté tanto, pero el miedo, la incertidumbre me cegaron, esta vez siento que la disfruto más, porque sé la reacción que tomará mi cuerpo, es Jungkook, el hombre que sigo amando, el que no quiere perderme.

Se empieza a mover, gemidos lastimeros salen de mi boca, gemidos entrecortados de Jungkook, estira sus brazos para no aplastarme y se mueve más rápido, Dios no recordaba lo bien que se siente, no pasa mucho, sé que no ha pasado el tiempo, solo que, mi piel está completamente erizada, que algo diferente toca Jungkook dentro de mí, es algo nuevo que se siente muy bien, toco mi miembro, quiero evitar lo que sé que no podré detener.

-No... puedo...

Y estallo en mil pedazos, la marea llena de olas de placer, se me viene encima, todo en mí es una vibración corporal, espasmos que no puedo controlar.

-No aprietes... Dios Jimin, eres exquisito...

Trato de respirar, creo que olvidé cómo hacerlo, Jungkook se detiene y lo agradezco porque puedo disfrutar de mi orgasmo, puedo sentir la satisfacción en cada fibra de mi piel, esos pequeños segundos son los mejores de la vida y no había podido disfrutarlos.

Cuando abro los ojos Jungkook está justo frente a mí, mirándome como hacía tanto tiempo que no lo hacía.

-Te amo Jimin.

Le tomo la cara y lo acerco para besarnos, nuestras caras juegan de un lado a otro, buscando la manera de seguirnos, de no separarnos, de profundizar el beso, hasta que nos separamos.

-Me seguiré moviendo.

Me sujeta de las piernas para meterse más entre ellas y vuelve al ritmo que tenía, es fascinante cómo mi cuerpo lo acepta tan bien, cómo enseguida vuelvo a sentir placer, aunque hay un poco de dolor, pero entiendo que al tener mi orgasmo mi cuerpo vuelve a cerrarse.

Seamos InfinitosDonde viven las historias. Descúbrelo ahora