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Llega el tan esperado día cien, cien días en los que he tenido muchas primeras veces, no me gusta pensar mucho en mi futuro, pues sé muy bien que mi padre quiere que siga sus pasos, por el momento solo quiero vivir mi presente y aunque nadie me garantiza que mi primer amor será el último, adoro amar tanto a Jungkook.

Así que hemos planeado estar juntos en nuestro día cien, por suerte cae en sábado, así que para poder estar juntos y sin que nadie nos siga, veremos a mamá primero, así como en días pasados entramos por separado al hospital, para que, si me siguen, al menos no nos relacionen. Después de ahí iremos a casa de Jungkook a comer, jugar video juegos y pasar la tarde juntos.

Mi mami no despierta y eso sigue haciendo que mi corazón se encoja, pero Kookie se ha acostumbrado a saludarla, platicarle, leerle e incluso atenderla, desde acomodarle la almohada, checar el monitor, ya se ha aprendido las lecturas, solo con ver que cuida a mami, hace que me sienta orgulloso del novio que tengo.

Así como entramos, salimos por separado, él se queda parado en la parada del camión y yo sentado, ambos subimos al mismo bus y ya dentro nos sentamos juntos y nos tomamos de la mano.

Bajamos y vamos a su casa, es muy grande por fuera como la mía, ambos somos de familias adineradas, el papá de Jungkook es abogado y tiene un bufete jurídico, su mamá se dedica a los bienes raíces, así que les va muy bien a ambos.

Entramos y la casa es hermosa, espaciosa y con mucho brillo, es decir, los ventanales son largos por lo que, entra mucha luz, pero hay algo que la hace brillar, sin duda el reflejo de la misma luz al entrar.

-Tienes una casa muy bonita Jungkook.

-Gracias, mi mamá la escogió, pero le ha hecho modificaciones, dice que es su casa soñada.

Jungkook se encoje de hombros y yo me rio, sin duda su mamá tiene excelente gusto, ojalá en un futuro pudiera dedicarme a lo que me gusta, aunque aún no tengo en claro lo que quiero, aunque sé que, si mi padre quiere que algún día maneje su empresa, entonces deberé estudiar administración.

Vamos a la cocina y hay dos charolas ya preparadas con bebidas, frituras y varios postres. Los ojos casi se me salen donde están unos pequeños panecillos, que se ven deliciosos.

-Ayúdame a subir una charola, ahora te alcanzo, subiendo las escaleras a mano derecha la tercera puerta.

Tomo la charola, me acerco a Jungkook y le doy un beso en los labios, abulta los labios y me besa, yo le sonrío y voy subiendo despacio los escalones, hay un panecillo que me grita "cómeme" y no quiero tirar ninguno.

Camino y voy contando las puertas, llego a la tercera y sujeto con una sola mano la charola y con la otra abro la puerta. El cuarto de Jungkook es muy lindo, entra suficiente luz, pero tiene muchas bocinas, una televisión muy grande y un video juego conectado, el control está en el piso, algo descuidado, pero no hay ropa tirada, huele a Jungkook y doy una fuerte aspiración para envolverme en este olor que me es muy familiar y que sin duda me trae paz.

Dejo la charola en una pequeña mesa y sin dudarlo tomo el panecillo y le doy la primera mordida, es tan suave y esponjoso y su sabor es tan delicioso, ¡Sabía que estaría rico, pero jamás creí que tanto!

-La encontraste.

Me giro espantado cuando Jungkook entra a su cuarto, tengo la boca llena, los cachetes abultados, porque me he terminado de meter todo el postre a la boca.

Jungkook se ríe de mí, mientras intento no ahogarme, masticar y pasarme el bocado, deja la charola que trae en la misma mesa y se acerca a mí, me limpia un poco de azúcar glas que hay en mis labios con su dedo, pero en vez de limpiarse con la servilleta se chupa el dedo, mi cerebro vuelve al pasado, donde no reacciona, donde se paraliza y Jungkook vuelve a provocar el mismo efecto, no encuentro la manera de decirle a mi cerebro que funcione.

Mis mejillas las siento arder, Jungkook mira la charola y con el dedo índice le quita a un pastelillo el merengue y me lo pone en la comisura de la boca, entonces se acerca a mí y chupa el merengue, yo cierro mis ojos ante esa provocación y me quedo quietecito, porque mi cerebro sigue sin poder reaccionar.

-Sabes muy bien, ¿Quieres probar? ¿Quieres saber mi sabor?

Jungkook vuelve a tomar otro poco del betún y ahora se lo pone en sus labios, lo miro asombrado y seguramente con cara de idiota, pero doy un pasito más al frente y me pongo de puntitas y lamo el betún, me separo un poquito de Jungkook y abre los ojos para verme, porque cuando lamí el betún cerró sus ojos.

Su manera de verme es diferente, creo que me mira como cuando yo veo un rico postre desde un mostrador y sin duda quiero comerlo, entonces relaciono lo que estoy pensando con Jungkook ¿Querrá comerme?

Siento que debo escapar, pero antes de que diga o haga algo, Kookie me toma de la nuca y me atrae hacía él para besarme, sabe a betún de café, su sabor es riquísimo y me embriago en él, correspondo a ese beso un poco desesperado, Jungkook pega más su cuerpo al mío, tanto que puedo sentir el palpitar de su corazón, eso me asusta un poquito, pero abrazo su cintura y dejo mi cabeza en su pecho, necesito controlarme.

- ¿Tienes sed?

-Sí, un poco.

Entonces nos separamos y me ofrece un vaso con agua que tomo despacio, cuando voy por la mitad, lo dejo en la misma charola y me acerco a la ventana. 

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Qué nervios!!!!!!!!

Seis votos y nos leemos el sábado!

La otra semana jueves pediré comentarios!!! 

Seamos InfinitosDonde viven las historias. Descúbrelo ahora