En los días siguientes, el tema de la agresión a MiRan pasó a ser un tabú. Los hermanos pasaron el tiempo entre mal genio y escasa comunicación, no se sentían cómodos y ninguno tenía la intención de cambiarlo.—¡Está rota la silla, joder!
Exclamó Yoongi.
—¡Fue Namjoon!
—¡Jimin, todos sabemos que fui yo! Cállate.
En ese momento Namjoon escuchaba la conversación que mantenían MiRan y Jungkook en la habitación de este último mientras jugaban videojuegos. Jungkook y Taehyung buscaban cualquier forma para sacar a la menor del cuadro depresivo que venía presentando; nadie quería admitir que necesitaba desesperadamente ayuda para lidiar con esa situación tan delicada.
—Podrías hablar más con los hyungs, MiRan —sugirió Jungkook, sorteando un obstáculo en Mario Kart—. Están muy preocupados.
—No les importa. Te lo juro. Están muy ocupados siendo egoristas.
Jungkook dejó caer el control inalámbrico al escuchar esas palabras, a la par, Namjoon del otro lado de la puerta también quedó atónito. Ella prosiguió:
—Yo prefiero no decir que me siento muy mal. No me escuchan. Solo pelean. Ayer Yoongi Oppa casi tira a Hobi por las escaleras.
—Pensé que no habías visto eso, fue gracioso. Pero a mí sí me asustó.
El juego quedó en segundo plano. MiRan estaba percibiendo más de lo que sus hermanos creían, lo cual no debería tomarles por sorpresa.
—Obvio que lo ví. Fue porque Hobi es un maldito roba medias, así dijo Yoongi Oppa.
—¡No vuelvas a repetir eso, Kim MiRan! Es una grosería.
—No impota lo que diga. No se dan cuenta.
—Hablaré con ellos, bebita. Te digo que vamos a solucionar esto.
—Ya no impota —sollozó ella.
—Importa —corrigió—. ¿Qué puedo hacer para que te sientas mejor mientras hablo con los hyungs?
—Quisiera ver a Sukkie. Es lo que más extraño de la escuela.
Namjoon gruñó ante la mención del instituto dejándose en evidencia.
—Joon hyung, pasa. ¡Así nos das permiso!
No tuvo otra opción que ingresar. Todo por su descuidado mal humor.
—No estaba escuchando, solo iba por el pasillo.
—¿Nam, podemos llamar a Sukkie? Quisiera jugar con él un rato.
MiRan hizo un puchero para apelar a la ternura del mayor. Y lo consiguió.
—Ven, bajemos y lo llamamos.
JaeRin, la mamá de Sukkie, invitó a MiRan al cine. La cita programada para el día siguiente se llevó a cabo. Entre los niños y la señora Shin, habían preparado un día completo para que los menores compartieran. También acordaron concretar citas de juegos más seguidas, los Shin estaban muy interesados en apoyar a la niña de la manera que fuese.
Después de un par de películas y como transcurría una tarde hermosa, fueron a un parque muy pintoresco. Aún con rocío en las pequeñas florecillas que adornaban el césped. Allí optaron por comerse el par de helados de chocolate sentados en los columpios, balanceándose al compás de la brisa fresca.
—Fue mi culpa, Young-Suk.
Musitó la niña de pronto.
—No lo fue. Mamá dice que Kai está muy mal y que tienen que corregirlo.
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Sí, Oppa [Resubiendo]
FanficRecordemos que el hubiese no existe y lo correcto en esta familia, tampoco. -Tienes mi permiso, ahora haz lo que te digo, cariño. La inocencia en sus ojos los ponía aún más enfermos, nada importaba, su atención estaba fija en la chica que empezaba...