capítulo veintidos

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Jimin lamentaba no haber notado antes lo que estaba pasando con MiRan, se preguntó si pudo haberlo evitado y cuándo había comenzado. Su deber es protegerla y al igual que sus hermanos falló de la peor manera posible. El tiempo en que los hermanos solo eran hermanos parecía lejano, extrañaba eso.

Si analizaba el comportamiento de MiRan no hallaría algo distinto. Excepto la última vez que fueron al arcade, insistía en estar muy cerca de Jungkook, más de lo que acostumbraba. Se detuvo a evaluar mejor, sí que encontró cabos sueltos. Ella besó a Taehyung en los labios, ambos rieron pensando que era un inofensivo chiste. Incluso al mismo Jimin intentó besarlo.

«Somos idiotas para no ver que algo andaba mal», pensó Jimin.

—Chim Chim, no quiero estar aquí.

La aguda voz lo alertó.

—¿Qué, qué tienes?

—Me siento mal —lloriqueó—. Hobi no le habla a Nam, Yoongi dice que no es mi culpa pero sé que sí lo es. Jin Oppa no me habla y me dice que debo tener más cuidado. Yo, yo no quería que se molestaran conmigo.

Jimin le ayudó a sentarse a su lado en el sofá tomando la precaución de no tocarla.

—Decirlo estuvo mal, Jin Oppa tenía razón.

A pesar de intentar esconder el rostro, sus pequeñas manos no pudieron contener los quejidos. MiRan lloraba y Jimin lamentó no saber qué hacer para evitarlo. Quizá no podía aliviar su malestar o eliminarlo por completo, pero distraerla no era una mala opción.

—¿Y si salimos un rato? ¿Al cine?

—¡No quiero ir al cine!

Jimin vio venir el inicio de una inesperada rabieta. Lo pasmó por un segundo, aun así se convenció de que su tarea era lidiar con la situación.

—Bien, ¿a dónde quieres ir?

—Quiero helado.

Esta vez la voz dolida de MiRan bajó de tono mientras bajaba la mirada a sus dedos enlazados.

—Te llevaré a Jojo's, sé qué te gusta el helado de allí.

—¿Tae Tae irá?

—No lo creo, pero yo puedo llevarte. A menos que quieras esperar a que alguno llegue.

—No, vamos, por favor, vamos, Jiminnie.

Antes de salir, se detuvieron en la entrada a ponerse los zapatos y escucharon pasos en la escalera.

—¿A dónde iban?

Preguntó Hoseok.

—La niña quiere ir a tomar helado. Volvemos en un rato.

—No puedes salir con ella, no solos. Déjala.

—Hobi, pero yo, yo quiero. Yo quiero.

—No llores, MiRan.

Pidió Jimin. Las lágrimas en los ojos de la menor formaron una barrera que no tardaría en venirse abajo. Su labio inferior tembló un par de veces y el llanto se hizo presente.

—¿Ves, Jimin?

—¿Yo, qué se supone que vea? ¡Ella solo quiere helado, Hoseok!

—¡Yo quiero que dejen de pelear! ¡Y que Hoseok me hable como siempre hacía! ¡Ya no quiero estar aquí, los odio!

Ambos hermanos quedaron paralizados preguntándose cómo era correcto reaccionar. Aunque Jimin estaba más cerca, Hoseok fue el primero en intentar acercarse.

Sí, Oppa [Resubiendo]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora