capítulo veintiocho

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Teniendo a MiRan desnuda la mente de JK se transformó en un lugar oscuro, su única guía era la curiosidad. Pero, he aquí un detalle: son siete hermanos. No lo olviden.

—Sé lo que estás pensando, Kook. Hay que vendarle los ojos y atarle las manos. Todo el rollo Grey si estás de humor.

Escupió Yoongi desdeñoso.

—¿Se puede? ¡Yoongi Hyung, ayúdeme!

La expresión del menor les hubiese causado gracia en otro contexto, con esos grandes ojos inocentemente asombrados. Parecía apenas un chiquillo mientras pensaba en cadenas y látigos.

—Era sarcasmo, hijo. ¡Dios! ¿Qué les enseñan a estos niños en las familias disfuncionales hoy en día? —se quejó ruidosamente—. Jin, sé que tienes un montón de rollo BDSM en tu cuarto, voy a buscarlo.

Salió de la habitación con Jin tras él.

—¿Cómo sabes? Espera, ¡no toques mis cosas!

Regresaron rápido con las manos vacías. Los demás esperaban una maleta con un flogger y palas y esposas. Espera, traían dos pares de esposas.

—En primer lugar, no queríamos cortar el rollo yéndonos pero el ambiente era muy deprimente. El Don Galletas apenas y sabe jalársela sin que le sangre la nariz.

—Últimamente hablas demasiado, Yoongi. Me tienes harto.

Habló Hoseok quien entretuvo unos minutos a MiRan dándole "besitos" en los labios y acariciando sus pezones, también sus hombros. Diciéndole tonterías al oído y jugando a tentarla en su ignorancia. Era todo un juego previo muy perverso. Decidió seguir besando su cuello y hacerle cosquillas en el estómago robándole risitas.

—Voy a besarte, MiRan.

Anunció Jungkook y ella dejó de reír.

Era una parodia extraña de su usual relación de salvador y pequeño angel que reclama mimitos. Todavía estaba presente ese vínculo cuando la besó jadeando con la boca abierta.
Taehyung quiere unirse, seguro de qué él podría aprovechar mejor la situación. Da un paso adelante y toma una cinta gruesa que Yoongi aún tiene en su mano. Decide vendarle los ojos con eso e interrumpe el beso con sutileza. Mordisquea el lóbulo derecho —Tae lo considera una porción de piel preciada y sensible— y le aparta el cabello para anudar la cinta detrás de su cabeza. MiRan se estremece y toca la tela cubriendo sus ojos.
JK recita las reglas, sólo esperando que quiera romperlas para ganarse un castigo.

—No te toques la venda ni te muevas de la cama. Si lo haces me enojaré. ¿Recuerdas la última vez que me enojé contigo?

Quería llegar a una parte con su discurso.

—Sí, oppa.

Susurró. Su vocecita era tan baja, tan disminuida que daba pena.

—No quiero. Tu no jugaste más conmigo.

—Cosas malas pasan si no obedeces. Lo único que quiero escuchar de esa linda boquita es cuánto te gusta lo que jugaremos hoy. ¿Entendido, pequeña?

Taehyung puntualizó lo último.

Cuatro figuras se perdían entre las sombras, pero esperaban por el show y su momento de participar.

MiRan no ve nada. Siente el peso de Taehyung detrás de ella, él mismo la guía hacia atrás y queda acostada sobre su espalda, luego nada. ¿No iban a jugar? Hace una mueca sin entender, agitándose mientras recuerda como TaeTae abrazó su cuerpo unas horas antes. Tenía frío.

—¿JK? Oppa, Oppa. ¿Dónde estás? Ah, ayúdame. 

Responde separándole las piernas. Se baja la cremallera, roza sus tobillos. No se quita el pantalón por completo porque así le parece más sucio. Su miembro recorre los labios mayores y penetra. Sólo la punta. Todos esperan, esperan, esperan y JK no se mueve.

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⏰ Última actualización: Feb 02 ⏰

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