La mentira es refugio del cobarde.
El ignorante sigue siendo la víctima."No les voy a mentir" afirmó Taehyung en su mente. Tejió la verdad, la vergüenza, la ironía y el descaro, dispuesto a romper la última barrera. Una membrana que permitía a los siete seguir ignorando lo que todos sabían. Lo que habían hecho. No se podía solo hacer de tripas corazón.
El razonamiento lógico los había abandonado hace mucho tiempo, estaban perdidos en una clase de vicio que pudre sus almas con capas de oro sólido. Los llenaba la adrenalina y pretendían arrepentirse, ¿qué pasaría si cambiaban el guión? Terminar de borrar los límites. Desatar el clímax de lo inmoral. Servirse del caído como aves de rapiña.
MiRan percibió la solemnidad en la habitación, despertó con la voz de Jimin llamándolos.
—Seguro están jugando un videojuego, Nam.
Tuvieron tiempo de vestirse en silencio y bajar juntos; la mano derecha de Taehyung puesta en la fina cintura de MiRan, quien tenía en el cuello marcas rojizas y los labios notablemente magullados debido a los insistentes besos que compartieron.
Al implicado en este último asalto le iba a doler cuando la confianza sobre él desapareciera. Atesoró cómo sus hermanos le sonrieron sin sospechar lo que había ocurrido y menos lo que diría a continuación.
—Ella es mía.
La escondió detrás de sí. La bestia la había reclamado de alguna forma. No existía algún ápice de coherencia dentro de él, no concebía otro concepto más allá de la depravación que sus hermanos mayores orquestaron en primer lugar.
—¿No me escucharon? —Amenazaba con entrar en una especie de cuadro psicótico si no recibía respuesta. —Creo que ya fingimos lo suficiente.
—¿Oppa? Puedo, puedo. ¿Puedo subir a mi habitación?
Atrapó con más fuerza la manito que sostenía receloso.
—Te quedas conmigo. Aquí.
Hoseok estalló en risas. Seguido de los demás que se desenvolvían, ya sea empezando a preparar la cena o descargando las bolsas de la compra.
—¿Y ese rollo de Crepúsculo, hermano? Déjala subir, ya jugaron mucho hoy.
—Todos saben que no es un juego.
—¡Taehyung, ratoncito! ¿Quisieras ayudarme con la ensalada? ¡Si no está muy cansado el príncipe!
El grito sarcástico de SeokJin no hizo sino agitar a Taehyung. Se sentía frustrado porque no estaba recibiendo la atención que esperaba.
—¡Nadie nunca me hace caso, maldita sea! Por eso es que esto se salió de control.
Sentenció haciendo contacto visual con cada uno, y dejando a la niña en el sillón observando con atención la escena tan ajena a su comprensión.
—Estoy cansado de que ninguno me escuche. MiRan es la única que siempre está para todos y son incapaces de ser sinceros con ella.
Éste le dedicó una mueca, ella se encogió en su lugar sintiéndose cómoda de una forma extraña.
Yoongi puso los ojos en blanco con hastío y añadió:
—¡Taehyung quiere una reunión de putas justo antes de la cena! Cuando me muero de hambre. ¡Y maldijo frente a la mocosa! ¡Namjoon, pégaleee!
—¿Pueden dejar los gritos? —pidió Jungkook—. Estoy tratando de estudiar, animales.
—¿Tae? —Jimin intentó acercarse y determinar qué tenía a su hermano más cercano con ese comportamiento tan errático. —¿Qué tienes? ¿Quieres decirnos algo?
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Sí, Oppa [Resubiendo]
Fiksi PenggemarRecordemos que el hubiese no existe y lo correcto en esta familia, tampoco. -Tienes mi permiso, ahora haz lo que te digo, cariño. La inocencia en sus ojos los ponía aún más enfermos, nada importaba, su atención estaba fija en la chica que empezaba...