capítulo siete

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Hoseok

—¿Có–cómo te ayuda SeokJin?

—Él me hace cosquillitas, mientras lo hace pone unas caras muy divertidas y hace sonidos graciosos, ah, a veces maldice.

Y soltó una risita como quien se acuerda de una travesura.

Maldito. Hijo. De Puta.

Es mi niña, es mi bebé, es nuestra hermana. Es la chica que vimos crecer y hemos protegido de todos; ni siquiera la dejamos tener contacto con la familia de nuestros padres por lo mucho que la juzgan, cuando ellos murieron pretendían llevársela y Jin fue el primero en pelear y salir a trabajar para poder mantenerla con nosotros.

Jin siempre ha velado por ella —de manera económica— y escucharlo hablar al respecto es inspirador, obviamente sin que ella esté presente. Cuando está, es un desalmado como Yoongi, pero más sutil. Dice que no quiere atarse mucho a ella. Jin siempre ha tenido sus reservas.

—Necesito que seas más clara.

Quizá soné muy firme, pero esto no es un juego. Ahora la vida de SeokJin depende de lo que diga. Lo mato, juro que lo mato.

—Ya sabes, mi sol, para poder ayudarte de la mejor manera. Como lo hace Jin Hyung.

Suavicé el tono, sin embargo, nombrarlo ahora me deja un amargo sabor de boca.

—Puedes empezar diciéndome qué te pide hacer.

—Mmm... Primero, tengo que hacer todo lo que él diga: no puedo hablar, si lo hago, tengo que llamarle "oppa".

Sonrió y asintió como si fuera lo más normal del mundo. ¿Qué demonios estaba pensando? Decir que estoy decepcionado es poco.

—¿Algo más?

La expresión de sus ojos reflejaba miedo y nerviosismo. Oh, joder, ahora sí es mejor que me trague la Tierra. ¿Dije algo malo, la hice acordarse de algo malo? ¿Jin le hizo algo aún peor?

—¡Ay! ¡Lo olvidaba! No puedo hablar de esto con ninguno de ustedes. ¡Jin Oppa va a matarme! ¡Por favor no le digas que te dije! Soy tan tonta.

Su expresión de cachorro, ahí va otra vez.

—¿Te ha dicho por qué no puedes hablar de ello?

—Sí, porque ustedes son buenos hermanos y querrán ayudarme también, él no quiere que les dé problemas. ¡Yo tampoco quiero darles problemas, Hobi, por eso intenté hacerlo sola!

—Dime qué más hacen.

—Debo quitarme la ropa, aunque es injusto, él solo se quita la camisa.

Con ese reproche quise saltar y romper algo. Ella continuó como se lo pedí.

—Además, debemos estar solos. Una vez se me ocurrió pedírselo durante la cena y me regañó muy feo, hasta me pegó en mi trasero.

Debo dejarla terminar de hablar, no puedo interrumpirla, no puedo salir de aquí como alma que lleva el diablo a matar a Jin. Debo tener todo claro para reclamar con base, mientras le parto la cara de pederasta que tiene. Es una niña con capacidades diferentes, ¡se está aprovechando de ella, joder!

Ya muchas cosas cobran sentido, como ese día durante la cena, ella dijo: "Jin Oppa, ¿ya puede ayudarme?" Y él la sacó del comedor a rastras para llevarla a su habitación, de donde no salió en el resto de la noche.

—No me permite moverme, pero si me deja hacer los sonidos raros. No sé ni porqué los hago, no es mi intención. Parece ser lo único que no le molesta.

Sí, Oppa [Resubiendo]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora