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Elizabeth fue directamente a saludar a Sergio, era su padrino por lo tanto era una figura importante en su vida al igual que su esposa Carola, ella había contribuido mucho para llegar a ser la persona que era.

- ¿Y esto que es? - señaló Sergio aquella argolla - ¿Te uniste a una pandilla o algo así?

- Quería ser como mi tío Lewis - respondió ella mientras continuaba saludando al mencionado - ya sabes, ser fashion icon; oh hola, tío Fernando.

- Pequeña Izzy - el la recibió con un abrazo y un beso en la sien - llegó el día de acusar a estos tres.

- Espero que tengas tiempo, la lista es larga.

Entre sonrisas y abrazos fue saludando uno a uno, presentándose si es que no la conocían, hasta que llegó frente a Charles.

- Hola Charlie.

- Bella, hola.

Lo saludo de la forma habitual, un beso en cada mejilla, la sonrisa tonta que se formó en el rostro del castaño no podía disimularse, él quería preguntar mil cosas, pero se vio interrumpido por el grito de alguien.

- ¡IZZY!

- ¡Hola!

Charles no quería perder la cercanía que habían ganado, quería detenerla, pero no lo hizo, los pequeños la esperaban con una sonrisa en sus rostros; ella ni siquiera lo dudo, corrió hasta su encuentro terminando en la alfombra mientras los pequeños seguían aferrados a ella.

- Ve a ayudarla, Charlie - Lando le dio un pequeño empujón a Charles quien rápidamente corrió junto a Elizabeth para ayudarle a levantarse.

- ¿Qué planeas? - Carlos, volteo a ver a su amigo, lo conocía demasiado - no quieras ser cupido, eres piloto, recuérdalo.

- ¿Por quién me tomas? Yo no haría tal cosa.

- Los estábamos esperando para cenar - la voz de Carola hizo que todas las miradas se dirigieran a ella - trajimos algunas pizzas.

- Yo iré a cambiarme y los acompaño.

Elizabeth desapareció con su maleta por el mismo rumbo que habían tomado Tico y Chilaquil hace un rato.

- ¿Realmente son hermanos? - la pregunta hizo que todos voltearan a ver a Lando - ¿Perdón?

- No, no somos hermanos - el semblante serio de Ezra hizo que Lando palideciera - la abandonaron en nuestra puerta con una nota.

Pequeñas risas se escuchaban al rededor, pero para Lando eran imperceptibles que ahora no tenía nada que decir.

- Sus papás la quisieron de vuelta hace años - Elián seguía alimentando el cuento de su hermano - y tuvimos que huir a Toronto para protegerla.

- Y espero que no estés creyendo esto - Ethan tenía una sonrisa en el rostro mientras observaba a su amigo.

- ¿Qué? ¿No es verdad?

- Lando, Elle es idéntica a su mamá - Pierre reía por la reacción de su amigo - a excepción de esa cabellera rulosa y pelinegra.

- Los genes Gray fueron buenos con ella - Ethan abría una caja de pizza para poder comer - a algunos solo nos dieron risitos de oro.

- Tu también eres hermoso Ethan.

- Gracias tío Lewis, siempre he confiado en ti.

Las risas de todos en el comedor se hicieron presentes y con el ambiente mucho más relajado continuaron con su cena.

Predestinado || Charles LeclercDonde viven las historias. Descúbrelo ahora