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- Sabía que estarías aquí.

- Nunca me pierdo la primera nevada.

Ambos se encontraban debajo de un tejado en el jardín trasero de la casa, Elizabeth estaba recostada en el diván con las piernas cubiertas por una manta con dibujos de dinosaurios azules.

- Lo sé - el castaño se sentó a su lado - toma.

- Gracias - ella tomo el vaso entre sus manos y le ofreció una parte de la manta que la cubría - ¿Condujiste hasta el 7 eleven a esta hora?

- Pude haberlo hecho yo.

- Creeré tu mentira por hoy.

- Me ofende que no me creas capaz de prepararte un café.

- Eres capaz, pero Charles, tu no sabes sacarle la espuma al cappuccino - comentó entre risas - pero gracias, es lindo saber que no lo olvidas - ella dejo caer su cabeza en el hombro del castaño apreciando la nieve.

- Cappuccino vainilla, en el vaso grande porque el pequeño nadie lo toma y el mediano no dura tanto - el dejo caer un poco su cabeza hasta poder sentir su cabello chocar con sus mejillas - y era el que tomaba tu mamá.

- Me hubiera encantado conocerla - un suspiro pesado salió de ella - me gusta pensar que ella viene con la primera nevada.

- ¿Es por eso que es tan especial?

- Si, papá decía que el invierno era su estación favorita, y sus fotos en la nieve de Francia lo comprueban. Cuando ella se fue nevó en Monte-Carlo.

Charles se mantenía en silencio, recordaba ese día nevado en el principado, sus clases se habían cancelado por mal tiempo.

- La idea de haber sido culpable por eso me...

- Bella, tu no tienes la culpa - le tomo un segundo pasar su brazo por sus hombros para atraerla en un intento por abrazarla - ella no te culparía tampoco.

- Lo siento.

- No lo hagas, no te disculpes por sentir y tampoco por externarlo.

- ¿Cómo es posible extrañar a alguien que no conociste?

El silencio volvió a envolverlos, simplemente había cosas para las cuales Charles no tenía respuesta.

- Es el clima - se justificó - pero ¿Cómo va tu vida campeón?

- Aún no logro ser campeón del mundo, las cosas no salieron bien en las últimas carreras.

- Lo sé, los veo siempre - era real, nunca se perdía el fin de semana de carrera completo - ese choque en Qatar, quise atravesar la pantalla y sacarlos de ahí.

- Se vio más grave de lo que fue, de verdad.

- Ella debió asustarse.

- ¿Shiela? - la pelinegra asintió - ese contrato acabo al inicio de la temporada.

Ella lo miro confundida, Charles no haría algo como eso ¿O si?

- El equipo creyó que era una buena idea.

- ¿Y tú?

- No al principio, pero resultó ser una buena amiga y creeme, ella se alegro mucho más que yo cuando terminó el contrato.

- ¿Quien querría librarse de ti?

- Ella, y no puedo competir contra los ojos castaños de Evie.

- Oh...

- Y ella tampoco podía competir, nadie en realidad.

- Uy ¿Estás enamorado?

- ¿Tu no? ¿Que hay del chico margarita?

Predestinado || Charles LeclercDonde viven las historias. Descúbrelo ahora