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Las palabras habían salido sin siquiera haberlo pensado, pero estaba hecho, Charles le había pedido una cita y no había marcha atrás. En el peor de los escenarios ella diría que no y las cosas continuarían tal cual estaban.

- Tengamos una cita.

La voz de Elizabeth llegó a oídos del monegasco, ¿Acaso había aceptado? Charles la miraba un tanto sorprendido, si, ella le había aceptado una cita, por dentro estaba saltando de alegría, festejando como si hubiese ganado una carrera y estuviera en el podio empapándose con champagne.

Los pensamientos intrusivos llegaron tan pronto como su podio interno termino, ¿Y si solo lo decía por el alcohol en su sistema?, ¿De verdad era así de sencillo pedirle una cita?

- No estás obligada a...

- Charles.

- Porque enserio no hay presión con...

- Charles.

- ¿Que pasa?

- Realmente quiero tener una cita contigo.

Eso tranquilizó un poco al monegasco, aunque optó por volver a preguntar en otro momento, tal vez cuando ambos estuvieran sobrios y en otro tipo de ambiente, solo para estar seguro.

La noche transcurrió con cierta normalidad, Lando en algún punto de la noche se adueñó de la cabina del DJ hasta que Elizabeth lo hizo salir de ahí o los echarían a todos del lugar, las botellas en el balcón se acababan como si fuesen agua después de una carrera.

[...]

- Dios mío - George sostenía su cabeza mientras apoyaba sus codos en la mesa - no debimos hacer eso.

- Siento que voy a morir - Pierre tenía unos lentes oscuros y estaba recostado en uno de los sofás.

La puerta principal se abrió dejando entrar la luz natural y provocando que todos soltaran algunas quejas y maldiciones por la molestia.

- Buen día solecitos.

Elizabeth y Carola entraron con algunas bolsas de papel, en ellas se podía distinguir el logotipo de un restaurante. Lily y Carmen llegaron detrás de ellas con algunas bolsas más.

- No tienen nada de buenos Elsie - Carlos salía de la cocina con un gran vaso de agua - ¿Tienes Aspirinas? Tus hermanos no las encontraron.

- ¿Que pregunta es esa? Claro que no.

- Llamen a Dios, vamos a morir - Lando se encontraba recostado en la alfombra de la sala.

- ¿Y que tomaste para la resaca? - ahora era Charles quien preguntaba - parece que no tomaste una gota de alcohol.

- Cierto, recuerdo verte caer al abrir la puerta - Alex la miraba esperando respuestas - e increíblemente mantuviste a salvó tu trago, no derramaste ni una gota.

- ¿Verdad? Es algo que no sabía que podía hacer.

Elizabeth comenzó a vaciar las bolsas mientras ella y Alexander hablaban de la hazaña de la pelinegra.

- Eso no nos responde como curaste tu resaca - Max estaba sentado al pie de las escaleras intentando calmar su dolor con hielo - lo que sea que hayas tomado funciona muy bien.

- Esa es la cosa Emilian, nunca he tenido resaca.

- No hay manera - soltó Fernando - es imposible.

- Creelo, es posible - le contesto Ethan - es una presumida a la que le tengo envidia.

- Para suerte de ustedes, sé cómo se sentirán mejor.

Predestinado || Charles LeclercDonde viven las historias. Descúbrelo ahora