Prólogo

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Por un momento, Kim miró pensativamente el vaso vacío que tenía en la mano, girándolo de un lado a otro antes de volver a colocarlo sobre el escritorio de Voight.

— Sólo iba a... — Comenzó, pero sacudió la cabeza y se interrumpió.

Realmente no había nada más que quisiera decir, así que se giró para irse.
Pero una mano en su brazo la detuvo en seco.

Su mano.

— Burgess, si alguna vez quieres hablar, mi puerta siempre estará abierta para ti

Kim asintió.

Pero ella ya sabía que no iba a aceptar su oferta.

Sólo quería olvidarlo todo y dejarlo atrás.
El caso y los recuerdos.

Y qué le había pasado a su hermana durante el último año.

A Veces Necesitas Más Que Sola Una Amiga Donde viven las historias. Descúbrelo ahora