Mis ojos intentaban acostumbrarse a la luz después de estar varios días sumida en un sueño. Fue totalmente raro, igual que cuando estuve un mes en coma. Me dolía la cabeza, y el pecho, pero estaba bien, y al cabo de unos días me dieron el alta. Gracias a dios aquel veneno no me había hecho nada y también gracias a mis hermanas que habían hecho un hechizo de barrera para que lo que aquel tipo estaba haciendo no surgiera efecto. Ellos no tuvieron tanta suerte: Ares, fue herido de bala en el hombro y, aunque lo tuvieron que operar para extraer la bala y tuvo que estar unos días en observación porque casi le dio cerca del corazón, estaba bien, pero Samuel, Samuel no lo tuvo nada fácil y cayó en un coma bastante grave. Las heridas en la cabeza por las patadas que le habían propiciado le habían dejado muy mal y no quería despertar. Estaba completamente dormido y enganchado a unos cables que lo mantenían hidratado y alimentado. El doctor nos dio esperanzas, pero yo no me hacía a la idea. Fabiola, vino en cuanto la llamé y se quedó conmigo en casa de Samuel. Íbamos y veníamos las dos e intentábamos turnarnos para estar con él. Habíamos pedido que lo trasladaran a Asturias para poder estar en casa, y el viaje en avión no fue nada fácil. Tuvieron que aclimatarlo para que Samuel no sufriera ningún daño en su traslado, pero todo salió bien. La policía también venía para interesarse por él; cuando despertara, tendría que dar muchas explicaciones sobre sus negocios con Adam. A este, en cuestión, lo cogió la policía y lo volvieron a encerrar, y Atenea Robson, estuvo muy mal herida, pero salió viva de todo aquel drama y se encerró en un centro de meditación para sanarse por dentro y por fuera. Quería ser una mujer nueva, diferente e independiente y nos pidió perdón muchas veces. No podía culparla, estaba enamorada y con eso quiero decir que el amor cuando estás tan enganchada no te deja ver más allá y nos hace cometer locuras. Al menos, se dio cuenta e intentó reconducir su vida. Y bueno, yo estaba en un estado bastante normal y es que mis nauseas habían sido a causa de un embarazo que seguía adelante. Cuando me ingresaron en el hospital, al hacerme todas las pruebas, vieron que estaba embarazada y gracias a dios aquella droga no le hizo nada al bebé. Mis cuentas habían salido y es qué, en Ámsterdam, en aquella discoteca, lo hicimos sin protección, nos dejamos llevar por toda la rabia que sentíamos y ni siquiera me paré a pensar en ello. Fue así y en aquel momento, solo podía rezar y esperar a que el padre del bebé despertara.
— Hola, pelirroja - saludó Ares que se acercaba por el pasillo del hospital.
Había salido de la habitación un momento para tomarme un café y despejarme. Había dejado a Fabiola con Sam para poder respirar un poco, lo necesitaba y es que cada día que pasaba, me sentía más triste. No podía ver a mi chico en ese estado. Ya estaba totalmente curado, pero seguía sumido en aquel sueño y eso, me mataba. Le hablaba en todo momento cuando nos quedábamos asolas y le decía cuanto lo quería y que ojalá despertara ya, para que supiera que iba a ser papá. No sé si me escuchaba, pero al menos, lo intentaba.
— He, hola, chico del inframundo, ¿qué tal lo llevas? - pregunté un poco decaída.
— Yo bien, aunque un poco triste por ti. Selene, va a despertar muy pronto, ya lo verás, pero no puedes estar así. - dijo levantándome el mentón.
— Veo que el hombro sigue mejor.
— Soy un dios, esta herida es solo un rasguño, pero tú... tienes una cara que no me gusta.
— Estoy embarazada. - solté sin más. Ni siquiera se lo había contado a mi padre ni a mis amigas, ni hermanas. El doctor esperó a decírmelo a mi asolas por si acaso no quería decirlo y yo todavía no había dicho nada.
— ¿Qué? ¿Cuándo ha sucedido? - preguntó atónito.
— Pues eso, que estoy embarazada de dos meses y supongo que aquella noche en la discoteca ¿recuerdas que te lo conté? - él asintió - pues ahí. Fue sin pensar, ya lo sabes. Pero estoy preocupada, por mí, por Sam y por todo en general.
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EL EMBRUJO DE SELENE II : HECHIZADOS POR UN SOLO CORAZÓN.
RomanceHay historias que no siempre terminan bien y si lo hacen, después ¿qué sigue? Dicen que las segundas partes nunca fueron buenas, pero cada historia tiene su intriga y Samuel y Selene han sido un claro ejemplo de que en una relación las cosas no son...