Extra (1) - One day 9

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El agua tibia, con una temperatura agradable, estaba encendida. Era la primera vez que se bañaban juntos desde aquel día que lo hicieron en la mansión de Karlyle. Ash colocó cuidadosamente una toalla grande al lado del lavabo y entró en la cabina de la ducha.

El agua empapó lentamente todo su cuerpo. Mientras su cabello se mojaba, Ash exprimió el champú sobre su palma y lo enjabonó. Una pequeña sonrisa traviesa se formó en sus labios.

—Quiero lavarte.

—¿De...qué estás hablando?

—¿Si?, mi Lyle.

Al verlo, no le pareció que estuviera hablando en broma, sino que hablaba con sinceridad. Ash siguió intentando hacer algo por Karlyle. Pero eso era demasiado. Karlyle se negó con la cabeza.

—Prefiero hacerlo por ti.

—Entonces lo harás mañana, Lyle.

Los ojos de Ash se curvaron como si le suplicara. Mientras tanto, los dedos que se clavaban suavemente en su cabello, comenzaron a hacer burbujas.

—Vamos a vernos todos los días, por lo que podemos turnarnos cada día.

—¿Puedo verte...todos los días?

Aunque ya lo estaban haciendo, Karlyle preguntó en voz baja, con mucha incredulidad. Sus párpados húmedos temblaron. Sin darse cuenta se mordió los labios que estaban a punto de abrirse para contenerse.

—Eso es lo que estamos haciendo. ¿No te gusta, Lyle?

Sus manos suaves le revolvieron el cabello. Karlyle sintió como si su cuerpo se estuviera derritiendo por la sensación de se ser frotado cuidadosamente.

—¿Qué opinas?

Cuando le preguntó nuevamente si no le gustaba, Karlyle rápidamente lo negó.

—Yo...no sé si pueda hacerlo... 

Sabía que todo el mundo tenía un sentido diferente de la distancia. Incluso si ya eran amantes, no había razón para tener que verlo todos los días. Así que Karlyle supuso que ese momento tan feliz no duraría para siempre. Por supuesto, pensó que ese sería el caso.

—Quiero verte todos los días.

Su cabello ahora estaba suavemente lleno de espuma. Como si no fuera algo que hubiera hecho una o dos veces, Ash le lavó el cabello meticulosamente para evitar que las burbujas entraran en sus ojos u oídos.

A Karlyle le encantaba la habilidad y la experiencia de Ash Jones, pero a veces se sentía celoso y entristecido por el hecho de que él estuviera haciendo eso, porque lo había practicado con alguien en el pasado. Estaba feliz y triste a la vez.

A menudo daba por sentado, que no era el primero para Ash. Sin embargo, su torpe corazón saltaba de un lugar a otro sin control, cuando tenía a Ash a su lado.

—Pero si lo hago...puede que a ti no te guste.

Así que cuando escuchó que él quería verlo todos los días, Karlyle estaba aterrorizado. No sabía si prefería quedarse callado como siempre, pero las palabras de Ash de querer hacerlo lo hicieron sentir miedo.

Ash escuchó a Karlyle y lo miró en silencio. Entonces, fijó sus ojos suavemente curvados en él, luego cambió la dirección de la ducha y comenzó a enjuagarle el cabello.

—Hay una cosa que no sabes, Lyle.

Su dedo índice recorrió la espuma sobre sus cejas.

—Ciertamente tengo más experiencia que tú, pero eso no significa que haya hecho antes todo lo que hago contigo, Lyle.

Define La RelaciónDonde viven las historias. Descúbrelo ahora