Matías.
El aroma a muerte era lo único que podía percibirse en el lugar y mi pecho subía y bajaba con fuerza mientras mis manos sostenían la roca entre ellas. Llenas de sangre. Estaban llenas de sangre.
—Mátame. ¡Mátame de una puta vez!
Mis ojos se abrieron de golpe mientras mi pecho subía y bajaba con agitación, mis ojos perdidos solo podían ver como toda la habitación giraba y rápidamente revisé mis manos, dándome cuenta de que todo había sido una pesadilla y que no había más que sólo una habitación y unas simples sabanas a mi alrededor. Jadee asustado.
No era la primera vez.
Cada vez las pesadillas parecían ser un poco continuas, desde el fantasma hasta esa misma pesadilla donde me encontraba con las manos ensangrentadas y una roca entre ellas, una voz, una voz que me ordenaba que matara pero no podía ver quien o que era lo que debía asesinar, eso solo termina por asustarme más, cada vez más.
Pase una mano por mi cabello, peinándolo hacia atrás antes de flexionar un poco mis rodillas y apoyar mis codos sobre ellas, frotándome los ojos frustrado de lo que había pasado de nuevo; las pesadillas habían incrementado desde que me había casado con Enzo, la ligera sospecha de que el fantasma de Matías Recalt era el que me perseguía tomaba más fuerza cada vez y eso comenzaba a alertarme.
¿Qué era lo que había sucedido con ese matrimonio y por que Matías había muerto cuando su hijo no tenía ni dos meses?
Todo eso comenzaba a carcomerme pero cada vez que intentaba preguntar, las respuestas no eran las que esperaba o simplemente evadían mi pregunta.
Habían pasado dos semanas desde que la ceremonia de renovación de votos había tomado lugar en esa mansión, en ese hermoso jardín donde había firmado los papeles y me había entregado por completo a los brazos de alguien como Enzo Vogrincic.
—Mierda —susurre llevando mis manos hasta mi cara antes de ponerme de pie y abandonar la cama una vez más.
Me duché rápido con agua fría, quería despabilarme de todo lo que sucedía y de todo lo que cruzaba por mi cabeza, Matías Recalt, el nombre seguía atormentándome y más ahora que nunca, ahora que yo era quien llevaba su nombre y tenía su matrimonio y su hijo. ¿Qué tal si buscaba venganza? ¿Qué tal si yo era su blanco por estar con su esposo y cuidar de su hijo?
Cuando salí, tome un poco de ropa, una camisa blanca y unos shorts de mezclillas antes de salir y caminar hasta la habitación de Lio donde lo encontré despierto y con los ojos bien abiertos, sonreí cuando lo tome y el pequeño bebé de casi ocho meses aterrizó contra mi mejilla para babearla. Bajamos hasta la planta baja y camine con él en mis brazos hasta la mesa del comedor donde lo senté en la silla para bebés que las sirvientes habían llevado para él.
Olga entró poco después con la comida para mi. Olga era callada, casi parecía no existir también en este lugar, era de confianza y parecía ser una mujer seria y estricta, recta y reservada. Casi nunca respondía a mis preguntas.
—Olga —la llame cuando dejó la papilla para Lio sobre la mesa, ella me miró esperando mis palabras—. ¿Podes darme las llaves del estudio de arriba de Enzo? Vi que había un libro ahí que llamó mi atención y quería leerlo.
—Lo siento, señor Recalt. No puedo dársela sin el consentimiento del señor Vogrincic —carajo.
—Él me lo concedió a mi.
Ella me sonrió—. Entonces lo llamaré para verificar eso, así podré entregársela.
Negué rápidamente mirándola—. No, así esta bien. Se lo pediré cuando regrese.
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Un corazón de mentiras (LIBRO #1)
Fanfiction«Lo nuestro siempre estuvo llena de mentiras y secretos desgarradores y aún así, mi corazón y cuerpo seguían perteneciéndole solo a él». O donde Matías cae en el juego mental y confuso que Enzo le da en bandeja de plata. AU OMEGAVERSE