Capítulo XXI.

5.9K 618 1K
                                    

Matías.

«Estas jugando con fuego, Matías».

Esas habían sido sus últimas palabras antes de besarme contra la pared, ni siquiera era un beso, parecía más bien un castigo donde solo había dientes, un beso castigador había pensado. Su agarre se había vuelto más brusco y yo gemí contra su boca cuando me estampó aún más contra la pared antes de jadear al sentir como mordía bruscamente mi labio inferior hasta el punto de sentir el sabor metálico de mi sangre en mi boca y verlo apartarse bruscamente, relamiendo la sangre que había dejado en su labio a causa de su mordida.

Lo mire aturdido cuando vi sus ojos oscuros y me bajo de su cuerpo, dejándome sobre el suelo, sintiendo como mis piernas parecían un par de gelatinas, mis labios aún hormigueaban por desear sentirlo una vez más contra los míos, anhelando su toque y su cálida, sin embargo no recibí eso, solo recibí una mirada dura.

—¿Tan imbécil me crees? —su pregunta me confundió y parpadeé sin poder entender a lo que se refería.

—E-Enzo —susurre intentando buscar en que sostenerme y no caer de rodillas cuando su aroma se envolvía a mi alrededor de una manera agria.

Enzo me ignoró por completo cuando se separó de mi cuerpo y lo vi caminar hasta el papel que había tirado, tomándolo entre sus dedos y deshaciendo la bola arrugada que había hecho yo hace unos minutos atrás, mis ojos se abrieron de golpe e intenté ir hacia él para quitarle el papel y no se diera cuenta el motivo de mis acciones.

—No lo veas —le rogué intentando alcanzar el papel de sus manos pero él fue más rápido en alejarlo y mirarme.

—¿Por qué?

Mis hombros cayeron cuando Enzo abrió el papel y lo vio, observando la fotografía donde se encontraba el torso desnudo de Malena y alguien encima de ella con las piernas a su costado, claramente montándola. Abajo estaban escritas una frase con letras distorsionadas que parecían haber sido escritas por un nene de cinco años.

«Felicidades por el compromiso» se podía leer y yo aparte la mirada avergonzado antes de encogerme cuando la risa ronca e irónica salió de la garganta de Enzo, claramente molesto por haberlo considerado como un paño de lágrimas. Como una segunda opción.

—Enzo, yo... —el papel hecho bolita cayó sobre mis pies y alce la mirada para ver a Enzo, este parecía enojado y...traicionado.

Mi omega chillo con fuerza al verlo de esa manera, tan distorsionado y confundido, casi ofendido por lo que había pasado. Lo vi peinar su cabello hacia atrás en una señal clara de frustración y yo sentí la necesidad de liberar mi aroma para calmarlo, de pedir por su perdón pero eso solo me volvería un maldito hipócrita.

—¿Qué? ¿Vas a explicarme el porque me pediste que te follara sólo por estar ardido de que tu ex se estuviera follando a alguien que no sos vos? —se rio en mi cara y yo sentí como mis mejillas estallaban en un rojo intenso y mi pecho dolía.

—No era mi intención, yo no pensé en ese momento, yo solo...

—Estas dolido —murmuro y me miró—. Es una lástima.

—No quería, yo en serio, yo lo siento mucho. No quería que pensaras que sos un...

—¿Plato de segunda mesa? —me quede callado cuando termino de completar mi frase y mis hombros se encogieron.

No podía decir lo contrario a eso, no podía decir que no lo había hecho porque esa fotografía me había dolido, que había querido desquitarme con Malena y querer que Enzo me follara para demostrarle que no era la única que había decidido seguir con su vida, la única que lo había superado todo pero esa no era más que una mentira, porque yo no la había superado en ningún momento y mi pecho aún seguía doliendo por su decisión y lo único que me tocaba hacer era fingir que tenía un corazón para Enzo.

Un corazón de mentiras (LIBRO #1)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora