Capítulo 9: Himiko Toga.

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—Gracias por dejar que me quede, Kacchan.

—Descuida, nerd, mis papás están encantados de recibirte— Suspiró —Ojalá recibieran y trataran a Eijirō de la misma forma que lo hacen contigo.

Izuku tomó su mano en señal de apoyo.

—Buenas noches, Deku, descansa— Murmuró dándole la espalda a Izuku para poder dormir.

—Hasta mañana, Kacchan— Se acomodó a su lado en la cama.

La verdad es que no pudo pegar ojo en toda la noche, los últimos meses se habían convertido en un desastre.

Shōto lo había rechazado, y no solo eso, había exigido que se corte el contacto. Sus padres se divorciaron. Su mamá lo culpa. Su papá solo busca la forma de deshacerse de él para ocuparse de su nueva familia.

Él mismo pensaba que habría sido mejor si se hubiera mantenido obediente como siempre lo había sido.

En la escuela se mantuvo igual de distraído y decaído. No dejaba de mirar innecesariamente por la ventana, se le caían las cosas, no copiaba las clases.

Tanto sus maestros como sus amigos estaban desconcertados, y así fue durante toda la semana que se quedó en casa de Katsuki.

—Lo siento, Izuku-kun. Tu padre exige que regreses a casa. amenazó con denunciarnos por secuestro si no regresas hoy...

—Entiendo, Mitsuki-san, Masaru-san, muchas gracias por todo.

—Cuando quieras eres libre de volver, cariño.

No esperó que, al llegar a casa de Hizashi, hallara a cierta rubia esperándolo con una sonrisa.

—¡Izuku-kun!— Se levantó la alfa para abrazarlo, él la alejó como pudo.

—Tranquilo, hijo, ella es Himiko Toga, tu prometida, está muy emocionada por conocerte, ¿Verdad que es linda? Se quedará con nosotros un tiempo para que se vayan acostumbrando a la presencia del otro.

Suspiró, ya ni quería luchar, estaba cansado. Asintió.

—Vayan a dar un paseo o algo. Sería bueno que se conozcan antes de contraer matrimonio.

La alfa era extrañamente agradable, era culta y tenía temas interesantes de conversación, además de que lo hacía sentir como si fuera el omega mejor tratado sobre la tierra... Pero no le gustaba.

Podría no molestarle su intensidad y apego, pero es que ella no era la alfa que le gustaba, no era Shōto, así que se sentía agobiado.

Lo seguía a todas partes, quería ayudarlo, protegerlo y facilitarle la vida, cosa que cualquier alfa haría por su omega, sin embargo, él de verdad que no quería estar con ella... Pero tampoco quería dañar sus sentimientos.

—Vendré a recogerte en la tarde así que espérame, Izuku-kun— Se despedía ella con un sonrojo en sus mejillas, dándole un beso en la mejilla y marcándolo con su olor. Izuku asintió.

Ingresó a su escuela, observando que ella se iba a la suya al otro lado de la ciudad.

Obviamente los rumores no tardaron en circular, odiaba que sus compañeros sean tan chismosos.

—Midoriya, hazme el favor de llevarle esto a Todoroki-sensei, ha de estar en su oficina— La voz de Nemuri-sensei lo sacó de sus pensamientos, ella lo observaba con una sonrisa, ofreciéndole la caja —No pesa mucho así que estarás bien.

Sin saber cómo negarse y con cierto nerviosismo, tomó la caja, la cual tal y como dijo Nemuri, no pesaba en lo absoluto, para su suerte.

Subió las escaleras hasta la última planta y caminó atravesando pasillos y puertas hasta llegar a la tan conocida y ahora extraña caoba.

Sintió nostalgia, hacia mucho que no pasaba por ahí, tocó la puerta.

—Adelante.

La varonil voz de su maestro lo electrizó, paralizando sus movimientos y respiración por un momento.

Suspiró en un intento por relajarse e ingresó sin dirigir su vista a Shōto.

—¿Dónde dejo esto, sensei?

—Está bien en la silla de allá, gracias.

Dejó la caja ahí y se preparó para huir, cuando su profesor habló nuevamente.

—Midoriya. Échale seguro a la puerta y acércate.

Tragó saliva. No quería imaginar cosas que no eran, pero le daba curiosidad lo que Shōto tenía planeado hacer o decir.

Hizo lo ordenado, presionó el botón de la perilla para luego caminar hacia él, quedando frente al escritorio.

Shōto se levantó rodeando la mesa para quedar a su lado.

—¿Cómo estás?

—Bien.

—Ja— Soltó una risa sarcástica —Los demás maestros no dejan de hablar acerca de lo distraído que has estado últimamente, yo también lo he notado —Pues sí, por algo Nemuri le hizo el favor de enviar a Izuku con una caja vacía para poder "conversar" con él.

—No es nada.

—¿Se debe a tu nueva novia?

Izuku mordió su labio.

"No es mi novia" quiso aclarar, pero luego lo vio innecesario.

—Izuku...— El omega se giró completamente sorprendido para ver al mayor, nunca lo había oído decir su nombre antes —¿De verdad estás bien?

Sus mejillas enrojecieron al sentir el tacto del mayor en su mejilla.

—Estoy preocupado por ti, luces decaído, te estuve observando.

—Tenía entendido que usted quería tomar distancia...

—Hay una brecha que no puedo atravesar porque eres mi alumno— Sí claro, es tu alumno, pero un alumno no sale a citas con su profesor, ni se mandan mensajes a media noche, ni se sientan en su regazo, ni se abrazan...

—Pero también le gusto... ¿Me equivoco?

Shōto no dudó en responder.

—Me encantas como no tienes idea, pero debes entender que mientras seas mi alum-

—Ya estoy por graduarme, Todoroki-sensei.

Shōto lo miró fijamente antes de lanzarse a devorar sus labios. Una y otra vez, durante toda la hora que restaba no dejaron de besarse y abrazarse.

Sería mentira decir que ninguno de los dos quería eso.

—Todoroki-sensei... Voy a casarme con Toga-san después de graduarme, es mi prometida— Murmuró ocultando su rostro en el pecho del mayor, a quien se le encogió el corazón.

—¿No hay forma de evitarlo?— Izuku negó.

—Toga-san vive con nosotros, me trae y me recoge, no se despega de mí. En cuanto nos casemos ella se ocupará de su clan y yo me dedicaré al hogar que formaré con ella...

—Pensaré en algo, Midoriya, tú tranquilo, tu vida no puede desperdiciarse de esta forma, no lo permitiré— Acarició la mejilla del menor antes de volver a besarlo.

—Regresé, Todoroki-sensei— Tocó la puerta ingresando, Shōto conversaba por teléfono, lo saludó con la mano, él ingresó echándole seguro a la puerta.

Mientras tanto, paseó por la oficina. Hace tiempo que no la veía, en cierta parte la había extrañado.

Llegó al lado del alfa, llamó su atención tomando su rostro para que lo vea, depositó un beso en su nariz.

Shōto, aún concentrado en su llamada, le sonrió tomándolo de la cintura para atraerlo a sí mismo y sentarlo en su regazo.

—¿Cómo te fue en las clases? ¿Estás de mejor humor?

—Lo estoy. Gracias a usted, Todoroki-sensei— Le sonrió besándolo.

Shōto sonrió reafirmando el agarre en la cintura del más pequeño.

No sabía que te necesitaba. [Tododeku]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora