Capítulo 11: Nuestros últimos días.

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Gracias a la época de exámenes para Himiko y el trabajo que le asignaba su clan para que lo herede en cuanto cumpliera la mayoría de edad, fue que Izuku tuvo mucha más libertad, siendo cuidadoso, claro.

Shōto se ponía parches para no dejar rastro de su aroma en él, aunque se moría de ganas por hacerlo.

También aprovecharon la ausencia de la rubia para tener más citas, ir a casa del mayor a ver películas, consentir a Izuku con joyería y juguetes de edición limitada de All Might -su personaje favorito- y más.

Y por supuesto, habían subido unas cuantas rayas a la intensidad de su cariño. No llegaron al punto de tener relaciones como tal, pero roces, toques y simulaciones había, y muchos.

Fue cuando salía nuevamente en el auto de Shōto, que no notó cierta cabellera rubia, esperarlo en la entrada de la escuela.

Tuvieron otra cita como siempre, decididos a ir al acuario y luego a casa de Shōto donde cenarían después de cocinar juntos.

—Hora de llevarte, amor— Tomó las llaves del auto, Izuku lo siguió abrazándolo.

Le abrió la puerta para que el menor ingrese y luego se dio la vuelta, subiendo al asiento del conductor.

Condujeron con la música al volumen mínimo, entrelazando sus manos durante todo el trayecto.

Una cuadra antes de llegar a casa del menor, detuvo el auto.

—Hasta mañana, Izuku.

—Adiós, Todoroki-sensei— Lo besó fugazmente saliendo.

Ocultó el regalo en su mochila y caminó hacia su casa, liberando sus feromonas para únicamente oler a sí mismo.

Su madrastra lo esperaba en la entrada con una sonrisa maliciosa.

—¿Kaina-san?

—Estás en problemas— Canturreó abriendo la puerta.

Tragó saliva con nerviosismo, ¿Ahora qué sucedió?

Ingresó con cierto temor, hallando a Himiko con la mirada acuosa en el sofá, su padre apoyado en la pared a su lado y todos los regalos, joyas y cartas que Todoroki-sensei le había dado tirados en el piso.

—Papá, qué... ¿De dónde sacaron todo esto?

—¿Eres idiota acaso? El hecho de que seas omega no justifica tu inteligencia asintomática.

—Papá...

—Pensé que habías aceptado la idea de estar con ella y dejar la etapa de ponerte rebelde, ¿Por qué se debe ese cambio? ¿Quién es ese dichoso alfa que te pone en contra mía? Te lo sacaré de la cabeza así sea a golpes.

Tembló viendo a Hizashi acercarse y levantar el cable en su mano.

La tortura fue horrible. Hizashi lo había golpeado hasta el cansancio y metió todos los obsequios de Shōto en el horno, para que vea cómo se quemaban.

Himiko también lo golpeó unas cuantas veces, furiosa.

Su cuerpo estaba lleno de marcas y moretones por los latigazos que le cayeron encima.

Incluso Kaina se sintió asustada por la escena y salió de casa con su bebé en brazos.

Sollozaba en su cama boca abajo mientras su madrastra curaba sus heridas.

Tienes prohibido regresar a la escuela. Apenas me entere de qué compañerito tuyo es con el que sales, lo mataré— Recordó las palabras de Himiko.

Al menos no se habían tomado la molestia de leer las cartas más a fondo, de ser así sabrían que no era un compañero, sino su profesor con el que tenía encuentros.

—Ya está, descansa... Logré salvar esto— Kaina le da un pequeño anillo que cayó sin que Hizashi se diera cuenta, lo puso en la palma de Izuku, este sonrió con tristeza.

Era el anillo familiar de Shōto, se lo obsequió luego de unos días desde que empezaron a salir.

—Gracias...— Susurró apretándolo.

—Y... No te metas en problemas— Dijo la pelimorada levantándose, siseó al ver la espalda enrojecida y al chico dormir boca abajo con lágrimas secas en sus mejillas.

Solo esperaba que su cachorro fuera un alfa, odiaría verlo de esa forma en el futuro.

—¿No fueron cuidadosos acaso?— Gruñe Katsuki ingresando a la oficina de Shōto.

—¿De qué hablas?

—Deku no viene desde hace una semana, debe estar castigado, y si está castigado a este nivel fue porque hizo algo grave. Y lo único grave en su vida eres tú.

—¿Castigado?— Pregunta girando la cabeza —Según Nezu, había pedido permiso por vacaciones.

—Esa es una excusa de mierda. Si estuviera de vacaciones respondería los mensajes o las llamadas, pero nada— Se queja tomando asiento —No conoces a su familia, están locos y tienen ideas alfistas que llegan al extremo. En cualquier momento vendrá Hizashi para retirarlo de la escuela.

—¿Al extremo?

—Antes de comprometerse con la loca, lo estuvo conmigo. Y me contaba sus castigos, por lo general le pegan en los pies para que no haya marcas en su cuerpo, ya sabes, el cuerpo de un omega debe ser "perfecto" y esa mierda. Lo obligan a actuar sumiso y lindo, le quitaron la idea de que tiene vida propia para inculcarle que debe vivir para su alfa...— Suspira sobando su cabello —A veces pienso que hubiera sido mejor aceptar casarme con él para que no padezca este tipo de cosas...

A Shōto se le estrujó el corazón. Izuku nunca le había comentado nada de eso, siempre le brindaba una sonrisa enamorada que indicaba que todo estaría bien

Ahora se sentía idiota por haberle creído a una sonrisa tan triste sin tratar de ver más allá de ella.

—Mi hermano menor va a casarse con su hermano mayor... Puedo ayudarlos para que se vean una última vez. Dudo mucho que lo dejen regresar a la escuela y... Esto sería todo lo que puedo hacer por ustedes.

—No quiero despedirme de él...

—Mira, seré franco. Su familia es muy interesada respecto a herencias, linajes, bienes y eso. Tú eres un simple profesor, ¿Crees que te aceptarán así por así? Están locos, van a matarte si intentas algo y de paso, a él. Una despedida y olvidar todo sería lo mejor.

Shōto lo meditó un rato. Había una carta con la que no estaba jugando y estaba dispuesto a sacarla si hacía falta.

—Está bien, haz que me reúna con él por última vez.

No sabía que te necesitaba. [Tododeku]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora