Capítulo 2: El anillo de Todoroki.

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—¿Cómo te fue con Katsuki? ¿Lograste acercarte a él?— Le preguntó su madre al regresar de su primer día en la escuela Yuuei.

—Un poco, sí... Katsuki-san es realmente increíble, mamá— No mentía, el alfa sí que lo era.

Había conocido de lejos lo amoroso y agradable que podía ser con Eijirō Kirishima, su omega.

Mientras que con el resto del mundo gruñía, maldecía y explotaba, cuando estaban solos se dejaba mimar, querer y apaciguar por el pelirrojo.

Suspiró con una sonrisa, le parecía maravilloso Kirishima, ¿Cómo es que un omega tan "imperfecto" podía tener a un alfa como Katsuki comiendo de su mano?

Sencillo.

La perfección es un lente distinto para cada par de ojos.

Envidiaba ligeramente a Eijirō, había logrado lo que era sin cambiar nada de sí mismo, mientras él fue criado para favorecer, servir, agradar a los alfas.

—Masaru me dijo que su hijo es algo difícil de tratar, pero estoy segura de que solo un buen omega será capaz de hacerlo— Besó su frente.

"En realidad solo Kirishima-kun es capaz de hacerlo"

De pronto, recordó a su atractivo maestro de economía, la cual ahora era su materia favorita y él, su nuevo maestro favorito.

Se sonrojó de solo pensar en él.

—Mira su cara, de seguro ha tenido algún avance— Se burló Yō.

—Déjalo en paz— Yamikumo lo regañó.

Le entristece ver su horario en el que recuerda que economía solo le toca una vez a la semana, pero no importa, tiene entendido que el maestro ayuda a sus alumnos en el taller de química los miércoles en las tardes, definitivamente se inscribiría.

En la escuela, sin su hermano Yō al pendiente aguardando todo, le fue muy sencillo hacer amigos nuevos.

Obviamente solo de omegas, no quería juntarse con alfas a menos que ya tuvieran pareja, aun no se le quitaba la costumbre de juntarse únicamente con omegas, pero al menos podía hablar con el resto con naturalidad.

Y, aunque no se lo esperaba, había logrado acercarse bastante a Katsuki, de una forma especial, definitivamente no se atraían como hubiera esperado, pero este lo trataba diferente.

Para su sorpresa, el alfa lo había denominado su mejor amigo.

—Oye Deku, eres demasiado obvio, deja de mirarlo así o se dará cuenta— Le susurró al oído, burlándose. Izuku se sonrojó pensando que, si él lo notó, todos los demás lo harían también.

—¿Se me nota tanto?— Preguntó sonrojado.

Katsuki se puso pálido.

—No me jodas, ¿De verdad te gusta?— Bajó la voz -cosa casi imposible- para no delatar al chico —Olvídate de él, está casado.

—¿Lo dices de verdad o solo quieres fastidiarme?— Preguntó temiendo la respuesta.

—Tiene un anillo, Deku...— Regañó.

—¿De qué hablan?— Eijirō se acercó curioso por ver a su novio incrédulo y al otro chico triste.

—Nada— Katsuki chasqueó la lengua, Izuku sonrió ante su respuesta, por un momento pensó que lo delataría.

—Iré a comprar— Izuku se levantó, no quería ver a Katsuki en esos momentos, por lo que huyó a la cafetería.

—Midoriya— Una profesora lo interceptó en cuanto lo vio salir del pasillo —¿Estás libre? Por favor, entrégale estos módulos a Todoroki, está en la sala de proyección.

—¡Claro!— Asintió con una sonrisa, al menos ver al maestro lo pondría de buen humor, aún si tuviera que subir cuatro pisos con cinco kilogramos de papel en manos.

Llegó completamente agotado, rojo y con leves gotitas de sudor cayendo de su frente, se dirigió a la sala de proyecciones e ingresó, hallándola vacía.

Con cierta decepción dejó los libros en el escritorio y apenas libró sus manos, corrió a la salida para ir al baño a lavarse el rostro.

En cuanto cruzó la puerta, chocó contra una figura más grande que logró sujetarlo de la cintura para que no cayera.

—¿Estás bien?— Preguntó su maestro, aun sosteniendo su cintura, el calor se apoderó de él.

—S-sí, solo... Me agoté al subir con los libros...

—Ven, vamos por una toalla–– Cambió la posición de su mano, pasándola de la cintura hacia la espalda del menor, electrizándolo con el toque.

Lo invitó a tomar asiento para luego secar su rostro con la toallita, Izuku se dejó ser, no le incomodaba ni la cercanía, ni el tacto, estaba en algo así como su sueño lúcido.

—¿Puedes ayudarme configurando el proyector mientras yo me encargo de las sillas?— Le preguntó, Izuku asintió yendo a la computadora para cliquear los archivos que, supone, va a reproducir.

Lo ayudó básicamente a habilitar el aula, cerrar las cortinas, probar el audio, vídeos, corregir el archivo. Como a todo omega, le gustaba facilitarle la tarea al alfa.

—Gracias, Midoriya, fuiste de gran ayuda— Le sonrió yendo a acariciar el cabello del menor, quien emanó feromonas de felicidad pura.

El alfa, instintivamente quiso ronronear debido al agradable aroma, mas se reprimió antes de que la situación pudiera ser malinterpretada y continuó hablando.

—Todo esto es para la clase de reforzamiento de hoy, vi que te inscribiste, dime, ¿Qué opinas del material?

—Es muy sencillo de entender, cuenta con la función y finalidad de facilitar la clase.

—Me alivia oír eso.

De pronto, se oyó el timbre e Izuku palideció, no había comido nada, usó todo su receso para ayudar al profesor. Shōto pareció adivinar la situación.

—Midoriya, ¿Comiste?

—Para ser honesto, no...

—Espérame acá y toma un descanso, iré por algo a la cafetería, luego te daré una nota para que puedas ingresar a clase.

Izuku obedeció como el buen omega que era, tomó asiento en una de las butacas intentando apaciguar su sonrojo.

Tener a su maestro tan atento, además de saber que dentro de nada compartirían un momento que no estaría nada relacionado a las clases, lo puso de buen humor y alteró a su omega interno.

Pronto, el alfa regresó con comida, cerró la puerta y se sentó frente a Izuku, ofreciéndole que escoja lo que quiere comer.

—Gracias...— Le dedicó una sonrisa, esas de las que sabía que le gustaban a los alfas, luego fijó su vista en la mano izquierda de su maestro, más específicamente en su anular.

—No estoy casado como dicen los rumores, por si tienes curiosidad— Le explicó su maestro como si adivinara sus pensamientos —Es representación de mi familia, mis hermanos y yo tenemos el mismo diseño. En cuanto llega el momento de comprometernos o casarnos, se pone bajo el de compromiso.

—¿Puedo verlo más de cerca?— Preguntó tímido, su profesor sonríe quitándose la sortija para ofrecerle al omega, que lo tomó con cuidado.

Dentro del aro estaba el apellido Todoroki, y por fuera había un diseño muy diminuto del símbolo alfa, al lado de una T.

—Mi hermana lo tiene con el símbolo omega.

—Es muy bonito— Izuku lo devolvió —Me gustaría tener uno igual, ¿Dónde lo mandaron a preparar?

—Es imposible— Sonrió enternecido —La joyería tiene un contrato de exclusividad, se ganaría una gran demanda por parte de mis padres si alguien que no es de la familia lo usa. Solo puede llevarlo quien tenga el apellido, mi hermana no lo usa desde que se casó, solo se lo pone en eventos familiares.

—Entonces, si quiero uno igual...

—Tendrás que casarte con uno de mis hermanos, o conmigo.

Un rubor se asomó en las mejillas pecosas, rubor que no pasó desapercibido por el mayor, su alfa interno sonrió complacido al ver tal reacción.

No sabía que te necesitaba. [Tododeku]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora